Si buscamos en un diccionario el significado de la palabra sinfonía, encontraremos la siguiente definición: “Composición musical concebida para ser interpretada por una orquesta y que consta de tres o cuatro movimientos de larga duración con cierta unidad de tono y desarrollo”
Aunque una sinfonía es una composición musical, si lo extrapolamos al mundo baloncestístico y más en concreto a la NBA, tenemos a lo largo de la historia equipos que, con su juego y actuaciones dentro de la cancha, nos han hecho sentir al mismo Beethoven dentro de ella. Los Ángeles Lakers del Showtime fueron pura magia, los Chicago Bulls de Jordan, Pippen y Rodman en los 90, nos enseñaron que se podía volar en la pista y en los últimos años, los San Antonio Spurs de Duncan, Ginobilli y Parker con su juego asociativo o los Golden State Warriors de Curry, Durant y Thompson, que fueron prácticamente imbatibles, son ejemplos de equipos que llegaron a deslumbrar con su juego desplegado.
En la actualidad y aunque ni mucho menos se les puede poner en el mismo saco que los equipos anteriores, hay una plantilla que con su juego coral nos está haciendo disfrutar y mucho esta temporada. Este equipo no es otro que Utah Jazz, actualmente el mejor equipo de la NBA.
El equipo dirigido por Quin Snyder, con un balance de veintiuna victorias y cinco derrotas, noche tras noche, está demostrando que este año va en serio y que tras años disputando los Playoffs, ha puesto sus miradas en el anillo.
Si hay que calificar a los de Salt Lake City con una palabra, esa es sin duda, equipo. Los jugadores no están siendo egoístas y buscan en cada momento al jugador más liberado y mejor posicionado para poder lanzar a canasta. El rápido movimiento de balón está siendo una delicia en los partidos que llevamos disputados esta temporada.
Aunque el poder del equipo es el conjunto, Donovan Mitchell, a sus veinticuatro años es el auténtico líder del equipo y jugador franquicia. Sus veinticuatro puntos y más de cinco asistencias así lo corroboran. En su cuarta temporada, está en el mejor momento de su carrera y demuestra que puede marcar una época en el equipo mormón.
El acierto exterior está siendo otra de las claves del éxito. Para ello Mitchell está rodeado de dos tiradores de prestigio, el croata Bojan Bogdanovic y el australiano Joe Ingles. Dos jugadores de contrastada categoría. Veteranos de guerra al servicio del equipo.
Hablando de veteranos, el base Mike Conley con su buena dirección de juego, también es parte importante del engranaje del equipo. Es el prototipo de base perfecto que no necesita tener mucho el balón en su poder, para ser efectivo.
En el juego interior el francés Rudy Gobert aporta los rebotes y la intimidación necesarios que debe tener un equipo que aspira a todo. Sus tapones y los más de trece rebotes de media, dan fe de ello. Jugadores como el ala-pívot y con pasado en la ACB, Royce O´Neale o Derrick Favors aportan musculo y trabajo sucio en la pintura.
El base-escolta Jordan Clarkson, está siendo el jugador que anota desde la segunda unidad. Los más de dieciocho puntos de media, son toda una garantía cuando algún jugador titular está descansando.
Con todos estos mimbres, si mantienen el nivel mostrado y las lesiones y el Covid les respetan van a ser un hueso duro de roer, cuando lleguen los Playoffs. ¿Será este su año? Veremos…
Foto: 2020 Jason Miller
Redactor · Opinión · NBA · Liga Femenina
Twitter: @jmsantiago33