Para los que superamos por poco los cuarenta y amamos el baloncesto, vivimos una adolescencia muy diferente a la actual en lo que a información se refiere, sobre todo a lo referente a la NBA. Hoy en día, al momento tenemos imágenes, resultados, todo tipo de información referente a la NBA o podemos conseguir camisetas de los equipos con facilidad. Vemos jugadores españoles jugar con asiduidad y hemos normalizado el que uno de los nuestros pueda jugar allí, pero a finales de los 80, eso parecía imposible que ocurriera, sin duda, era una utopía. Cómo bien dice el youtuber de ciclismo en sus vídeos (geniales, por cierto), Antonio Blanco de La Gran Cosa Verde, “eran otros tiempos…”
Para ver alguna imagen de un partido, debíamos esperar días. La información la recibíamos en cuentagotas, esperábamos con gran ilusión al programa Cerca de las Estrellas, donde Ramón Trecet nos acercaba a aquellos “marcianos” que parecían de otro planeta. Con diez o doce años, en el recreo intentábamos pasar el balón sin mirar a lo Magic o imitar la versión “casera” (y menos efectiva) del Skyhook de Kareem. En definitiva, soñábamos con ser uno de ellos. Uno de esos chicos que seguro soñaba, era Pau Gasol. Y a veces los sueños se convierten en realidad…
Irrumpió en el Barça con un descaro, calidad y un físico privilegiado al que hizo campeón de Liga y Copa. Europa se quedó pequeña y la NBA llamó a su puerta al seleccionarlo en el nº 3 del Draft del 2.001… Todavía recuerdo aquella madrugada de noviembre de ese mismo año delante de la pantalla, en su debut, sabiendo que estaba viendo algo histórico. Desde aquel momento, las madrugadas que Canal + daba sus partidos, estaban reservadas al trío Gasol-Montes-Daimiel. Que momentos tan especiales, irrepetibles…
Gasol fue quemando etapas en la NBA hasta convertirse en una estrella de la Liga, un “marciano” como aquellas que soñaba de pequeño. E.T. cómo le llamaba Montes, fue Rookie del año, llevó a Memphis Grizzlies por primera vez a los Playoffs, se convirtió en All Star, aterrizó en los Lakers para ser campeón, jugó en otras franquicias históricas como los Chicago Bulls de Michael Jordan o San Antonio Spurs de Tim Duncan hasta regresar finalmente donde todo comenzó, en el Palau Blaugrana y su Barça, donde se proclamó campeón de Liga y poner el broche final a su carrera…
Pero donde vimos al mejor Pau, fue en los primeros años en Los Ángeles Lakers. En la franquicia angelina su dimensión como jugador creció exponencialmente. Junto a Kobe Bryant fue capaz de ganar dos anillos de la NBA siendo un pívot dominante, ganándose el respeto y admiración de todos. El ejemplo más claro y que define la magnitud de lo logrado por Pau es que su camiseta será colgada en lo alto del Staples Center, junto a aquellos jugadores que admiraba cómo, Magic Johnson, Kareem Abdul Jabbar o su “hermano” Kobe Bryant.
El mejor jugador de la historia del baloncesto español ha disfrutado de una carrera maravillosa, espectacular, en la que los adjetivos se quedan cortos… pero su mayor logro es que en estos últimos años, los niñ@s sueñan e imitan en el patio del recreo ser como él.
Personalmente solo me queda darle las gracias por todo lo que me hizo disfrutar dentro de una cancha de baloncesto. ¡Gracias Pau!
Redactor · Opinión · NBA · Liga Femenina
Twitter: @jmsantiago33
