A siete/ocho partidos del final de la regular todo el mundo en la NBA tiene claro que el MVP, el premio individual más codiciado del baloncesto, se jugará entre James Harden, de los Houston Rockets, y el griego Giannis Antetokounmpo, de los Milwaukee Bucks
La temporada de Harden (1.96, 29 años) está siendo impresionante, ya que ha tenido que asumir mucha responsabilidad ante las muchas lesiones que ha sufrido su equipo a lo largo de la temporada. Una circunstancia que ha obligado a “la barba” a tirar del carro de una manera espectacular, con unas medias de 36.4 puntos, 7.5 asistencias y 6.4 rebotes, para que sus Rockets estén cuartos en el Oeste, a tiro de la tercera posición.
Un nivel ofensivo, con 27 partidos de 40 o más puntos, 8 partidos de 50 o más y 2 de 61 puntos, esto algo sólo al alcance de Chamberlain, Jordan y Bryant en un mismo año, que no ha dejado indiferente a nadie. Un nivel que cualquier año no haría dudar que obtendría su segundo MVP de forma consecutiva, pero en el otro lado del país hay un griego que no se lo pondrá fácil.
Y es que Antetokounmpo (2.11, 24 años) es líder total de unos Milwaukee Bucks que salvo catástrofe dominarán el Este, algo que no conseguían desde la época de Abdul-Jabbar, y terminarán con el mejor balance de la NBA. Todo ello con un Antetokounmpo liderando a su equipo en puntos, rebotes, asistencias, recuperaciones y tapones, con 27.4 puntos, 12.6 rebotes, 6.0 asistencias y 1.5 tapones por encuentro.
Lo colectivo siempre ha sido algo clave en la obtención del MVP, así que por aquí tiene algo de ventaja Antetokounmpo, que también opta al de mejor defensor de la NBA, y que en caso de ganar el MVP sería el segundo europeo en conseguirlo en la historia de la NBA después de Nowitzki.
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