Sí. Lo pude comprobar en primera persona el pasado viernes en el Palau Blaugrana, Jabari Parker es un jugador diferente. De esos jugadores con una clase a raudales, a veces incomprendidos… y por los que merece la pena pagar una entrada
El bueno de Jabari, todo un número dos del draft en el 2.014, comenzó su participación ante Panathinaikos, agazapado, inadvertido, por momentos diría que hasta perdido, esperando su oportunidad. Pero cuando ésta llegó, el jugador del Barça destapó el tarro de las esencias y deleitó al aficionado azulgrana, con una gran actuación.
Todas las canastas del de Chicago, fueron “Made in Parker”, se las construyó él sólo. Sus lanzamientos, entradas a canasta fueron de cosecha propia. El repertorio del americano le supuso 17 puntos frente al conjunto griego.
De este hecho hablaba precisamente hace unos días su entrenador, Roger Grimau en rueda de prensa. El coach catalán reconocía que tienen que encontrar la manera de involucrar y buscar más a Jabari. Si lo consiguen, las acciones del club azulgrana estarán al alza.
Lo que sí está claro, es que Parker está recuperado de sus lesiones, algo que los escépticos no tenían claro, cuando se supo de su fichaje y eso ya es motivo de alegría.
Jabari, de 28 años, tiene todavía trabajo por delante. Mejorar su tono físico, tras estar tanto tiempo parado debido a sus lesiones y una mayor comprensión de los sistemas y del juego en Europa, son sus deberes. Ahora bien, el jugador progresa adecuadamente y cada partido que pasa, el americano va a más.
Sea cómo fuere, se debe ser optimista con Jabari Parker y su progreso en pista. Un Jabari sano, puede ser MVP en Europa. Es lo que tiene ser un verso libre y con gran calidad, un jugador diferencial.
Redactor · Opinión · NBA · Liga Femenina
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