Entre 1980 y 1987, Los Angeles Lakers y Boston Celtics se repartieron siete de los ocho campeonatos de la NBA, protagonizando una de las rivalidades más feroces y legendarias en la historia del deporte. Tres finales directas entre ellos —1984, 1985 y 1987— sirvieron como campo de batalla para dos filosofías opuestas, dos ciudades enfrentadas y dos líderes carismáticos que marcaron época: Magic Johnson y Larry Bird. No era solo baloncesto. Era orgullo, historia y supremacía en juego cada vez que se cruzaban
1985: Los Lakers conquistan Boston
Tras décadas de frustración ante los Celtics, los Angeles Lakers rompieron el maleficio en 1985. Liderados por un imponente Kareem Abdul-Jabbar, por la visión mágica de Magic Johnson y por la explosión ofensiva de James Worthy, los californianos vencieron a los Celtics por 4-2 en unas Finales intensas, vibrantes y con aroma a redención. Fue el primer título angelino logrado ante Boston, el punto de inflexión de la rivalidad más legendaria del baloncesto.
La humillación del Memorial Day: Celtics 148-114. Las Finales arrancaron con una auténtica paliza en el Boston Garden. Los Celtics dominaron todas las facetas del juego en un encuentro apodado luego como el “Memorial Day Massacre”. Boston encestó 61% de sus tiros, repartió 44 asistencias y le endosó 148 puntos a unos Lakers que se derritieron mental y físicamente. Bird, McHale, Parish y Wedman (7/11 en triples entre los cuatro) aplastaron a un equipo que parecía quebrado.
El orgullo de Kareem devuelve el equilibrio (109-102). El segundo partido fue otra historia. Kareem Abdul-Jabbar, vapuleado en el primer duelo, respondió con 30 puntos y 17 rebotes en una de las mejores actuaciones de su carrera en Playoffs. Magic repartió 18 asistencias y Worthy añadió 30 puntos. La defensa ajustó, limitó a Bird a 21 puntos con 7 pérdidas, y los Lakers recuperaron el factor cancha. El Garden ya no era intocable.
Fiesta angelina en el Forum (136-111). Ya en Los Ángeles, los Lakers tomaron control total de la serie. Con un Kareem excelso (26 puntos), Magic rozando el triple-doble y Worthy certero (23 puntos), los locales desbordaron a unos Celtics erráticos. Boston lanzó por debajo del 45%, y aunque McHale volvió a ser el mejor (31 puntos), la diferencia física y de ritmo favoreció claramente al Showtime. Primer aviso serio.
McHale rescata a Boston en el último suspiro (107-105). Con la serie en riesgo, Kevin McHale firmó un doble-doble imperial (28 puntos, 12 rebotes) y forzó el empate 2-2 con una canasta clave en los últimos segundos. La defensa celta subió líneas, y aunque los Lakers dominaron durante gran parte del partido, errores en la ejecución final y una pérdida de Magic sellaron la derrota. La serie volvía a estar en tablas.
Kareem y el dominio interior: 3-2 Lakers (120-111). El quinto duelo fue una obra maestra de Abdul-Jabbar. El pívot firmó 36 puntos y 7 asistencias, fue una pesadilla para Parish, y lideró un ataque que alcanzó los 120 puntos con 51.2% en tiros de campo. Magic Johnson volvió a brillar con 14 asistencias, Worthy se fue a 23 puntos y la defensa de Cooper sobre Ainge y Johnson fue decisiva. Los Lakers se ponían a una victoria del título… en Boston.
Victoria histórica en el Garden: primer título ante los Celtics (111-100). Nadie había ganado un título en el Boston Garden… hasta ese día. Los Lakers cerraron la serie con una actuación brillante, física y cerebral. Kareem dominó con 29 puntos, Magic firmó un nuevo doble-doble (14 asistencias), y la defensa de Rambis y Cooper hizo el trabajo sucio. Boston no encontró fluidez ofensiva pese a los 32 puntos y 16 rebotes de McHale. Fue una noche inolvidable para el baloncesto angelino: el primer título ganado contra Boston, en su cancha, y el nacimiento de un nuevo relato en la historia del deporte.
Kareem, MVP de una serie para la historia. Los Lakers se impusieron por 4-2 en una serie de ritmo alto (103.1 posesiones), con una eficiencia ofensiva superior (ORtg 112.3 vs. 109.7) y mejor acierto (eFG% .519 vs. .488). Kareem Abdul-Jabbar fue el alma y motor del equipo: 25.7 puntos, 9.0 rebotes, 5.2 asistencias, 60.4% en tiros de campo, y un liderazgo intangible que marcó la diferencia.
James Worthy sumó 23.7 puntos por partido con 56.4% en tiros, Magic Johnson aportó 18.3 puntos, 14 asistencias y 6.8 rebotes, y Michael Cooper se consagró como especialista clave. La profundidad del banquillo (McAdoo, Rambis, Kupchak, Scott) sostuvo el ritmo físico ante un equipo experimentado.
Por Boston, Kevin McHale fue el mejor con 26.0 puntos y 10.7 rebotes, Larry Bird promedió 23.8 puntos, pero tiró por debajo del 45% y cometió 13 pérdidas. Parish, Johnson y Ainge aportaron en momentos puntuales, pero no lograron neutralizar el arsenal ofensivo de los californianos.
En 1985, los Lakers hicieron historia. En Boston. Contra Boston. Fue la redención más dulce del Showtime.
1986: El trono de Bird: los Celtics conquistan su 16º anillo
La temporada 1985-86 coronó a uno de los equipos más completos y dominantes en la historia de la NBA. Con un Larry Bird en su cénit competitivo, unos secundarios brillantes y la dirección de K.C. Jones, los Boston Celtics derrotaron por 4-2 a los emergentes Houston Rockets de Olajuwon y Sampson, el temido “Twin Towers”. Fue el tercer anillo en seis años para la generación dorada de Boston y una confirmación definitiva del legado de Bird.
Bird y McHale abren la serie con autoridad (112-100). El Boston Garden fue un fortín en el arranque de las Finales. Hakeem Olajuwon firmó 33 puntos y 12 rebotes, pero fue insuficiente ante el dominio coral de Boston. Bird sumó 21 puntos y 8 asistencias, McHale aportó 25 y Parish controló la pintura. La defensa celta forzó 17 pérdidas y secó a los secundarios de Houston. Primer aviso serio.
Paliza en el Garden: 2-0 Celtics (117-95). Con el aura del mejor equipo local del año, Boston arrasó a los Rockets en el segundo encuentro. Bird firmó 31 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias, acompañado por McHale (22) y una defensa asfixiante que limitó a Sampson y dejó a Houston en 95 puntos. Boston dominó el rebote ofensivo (33.6% en la serie) y la eficiencia de tiro (50.5% eFG%). El Garden se venía abajo.
Houston sobrevive con un final de infarto (106-104). De vuelta en el Summit de Houston, los Rockets lograron su primera victoria gracias a la resistencia de Olajuwon (20 puntos, 10 rebotes) y al rebote monumental de Ralph Sampson, que capturó 22 rechaces. Boston tuvo el tiro para ganarlo, pero Bird erró en los segundos finales. McHale fue el mejor con 28 puntos, pero los Rockets reaccionaban en casa.
Los Celtics golpean de nuevo: 3-1 (106-10). En el partido más igualado de la serie, Boston demostró su veteranía. McHale volvió a castigar en la pintura (23), Bird manejó los tiempos (25-9-8) y Bill Walton brilló en los minutos finales con defensa y juego de pies. Houston peleó hasta el final, pero la dirección de Dennis Johnson (11 asistencias) y los tiros clutch de Ainge inclinaron la balanza.
Orgullo tejano: los Rockets fuerzan el regreso a Boston (111-96). Cuando parecía todo decidido, los Rockets ofrecieron su mejor versión. Olajuwon fue un titán con 32 puntos y 14 rebotes, Sampson aportó otros 24 y la defensa anuló a Bird (17 puntos, 7 pérdidas). Houston ganó la batalla física y de intensidad, forzó 18 pérdidas y recortó la diferencia. La serie volvía a Boston.
Bird corona a Boston y sella el anillo (114-97). El sexto partido fue la consagración definitiva. Larry Bird y Kevin McHale, ambos con 29 puntos, lideraron la ofensiva desde el primer cuarto. Parish controló a Olajuwon en la segunda parte, Walton dominó en minutos clave, y Ainge sumó 19 puntos con triples oportunos. Boston lanzó 50% en tiros de campo, impuso el ritmo, y cerró las Finales con un partido redondo.
Bird, McHale y una dinastía perfeccionada. Boston ganó las Finales con una media de 108.2 puntos, mayor eficiencia (eFG% de 50.5%) y dominio bajo los aros (+5 en rebotes por partido). Larry Bird fue el MVP virtual de las Finales con 24.0 puntos, 9.7 rebotes, 9.5 asistencias y 2.7 robos, combinando liderazgo, eficacia (TS% .578) y control total del juego. A su lado, Kevin McHale dominó por dentro: 25.8 puntos, 8.5 rebotes, 57.3% en tiros.
Dennis Johnson (17.0 puntos, 5.3 asistencias), Danny Ainge (14.5 puntos, 55.6% en tiros) y Bill Walton desde el banco (8.0 puntos y 6.7 rebotes en solo 19 minutos) completaron una estructura imbatible.
Del lado de Houston, Hakeem Olajuwon brilló con 24.7 puntos, 11.8 rebotes y 2.3 robos, y Ralph Sampson sumó 14.8 puntos y 9.5 rebotes, pero no pudieron con la profundidad y experiencia celta. Los Rockets mostraron el camino hacia el futuro, pero en 1986, el presente era verde.
Boston Celtics, 1986: excelencia, legado y dominio total. El anillo número 16 llegó con una de las plantillas más completas que haya visto la NBA.
1987: El gancho del destino, Magic Johnson y los Lakers vengan su pasado
Un año después de caer en las Finales frente a su eterno rival, los Angeles Lakers de Magic Johnson encontraron redención y gloria. En la temporada 1986-87, quizás la cúspide del “Showtime”, los angelinos vencieron por 4-2 a los Boston Celtics en una de las series más icónicas de la rivalidad. Fue una serie marcada por el liderazgo de Magic, el famoso “junior sky hook” y la transición de una dinastía a otra.
Los Lakers golpean primero en casa (126-113). La serie comenzó en el Fórum con un espectáculo ofensivo de los locales. James Worthy se impuso con 33 puntos, secundado por un Magic Johnson que dirigía con maestría. Los Lakers dominaron desde el primer cuarto, con mayor energía, mejor ritmo de juego y más acierto (eFG% de 53.8%). Aunque Larry Bird anotó 28 puntos, la defensa de Boston no logró contener el vendaval angelino.
Festival ofensivo en L.A.: 2-0 (141-122). Los Lakers ofrecieron uno de los partidos más redondos de toda la era Showtime. Hasta seis jugadores superaron los 10 puntos, con Byron Scott como máximo anotador (24) y un despliegue coral de circulación de balón y velocidad. Los Celtics no pudieron seguir el ritmo. Boston mejoró sus porcentajes (52% eFG) pero fue superado en todas las facetas, especialmente en transiciones y control del balón.
Bird resucita al Garden (109-103). La serie se trasladó al Boston Garden, donde los Celtics mostraron su orgullo. Bird firmó 30 puntos y 12 rebotes, bien acompañado por McHale y Parish. Sin embargo, el foco fue para Magic Johnson, autor de 32 puntos que casi vuelca el partido. Boston resistió gracias a su dominio en el rebote y a una defensa más física que logró frenar el ritmo angelino. Volvían a la vida.
El “junior sky hook” que entró en la historia (107-106). En uno de los partidos más legendarios de las Finales NBA, los Celtics parecían tenerlo todo para empatar la serie: control del rebote, acierto de McHale (25) y liderazgo de Bird. Pero a falta de segundos, Magic Johnson penetró por el centro y lanzó un gancho con la izquierda —conocido desde entonces como el junior sky hook— que entró limpio y silenció el Garden. Los Lakers ponían el 3-1 con una daga histórica.
Respuesta de campeón: Boston sobrevive (123-108). Heridos en su orgullo, los Celtics dieron su última gran función en casa. McHale dominó con 29 puntos y 14 rebotes, Bird añadió 23, y el equipo recuperó la energía colectiva. Controlaron el ritmo, bajaron el número de pérdidas y superaron a los Lakers con 54% en tiros. Magic anotó 29 puntos, pero no fue suficiente. El Garden se despidió con una victoria de honor.
Magic cierra el círculo (106-93). De vuelta en el Fórum, los Lakers no dieron opción. Magic Johnson cerró con 16 puntos y 19 asistencias, completando una serie majestuosa. Dennis Johnson, con 33 puntos, fue el último en resistir por Boston, pero los angelinos dominaron el rebote defensivo, ejecutaron a media pista con eficacia y cerraron el título con autoridad. El Forum fue una fiesta y Magic, la estrella absoluta.
Magic MVP, Lakers campeones: el relevo definitivo. Magic Johnson firmó una de las mejores actuaciones individuales en unas Finales: 26.2 puntos, 13.0 asistencias, 8.0 rebotes, 2.3 robos, 54.1% en tiros y un TS% de 59.0. Dirigió, anotó y marcó los tiempos de una serie donde los Lakers fueron superiores en ritmo, eficiencia ofensiva (118.4 ORtg) y pérdidas (solo 9.9 por partido).
A su lado, Kareem Abdul-Jabbar aportó veteranía y 21.7 puntos a sus 39 años, mientras que Worthy (20.7 puntos) fue imparable en transición. Michael Cooper (12.0 puntos, 4.7 asistencias, 61% en triples) fue decisivo desde el banquillo, y Mychal Thompson (11.2 puntos, 5.2 rebotes) dominó en los minutos interiores.
Boston peleó con orgullo: Bird promedió 24.2 puntos, 10.0 rebotes, 5.5 asistencias, pero sufrió en los porcentajes (TS% .534), perseguido por la defensa de Cooper. Dennis Johnson (21.0 puntos, 9.3 asistencias) fue su mejor hombre exterior, y McHale brilló con 20.5 puntos y 9.0 rebotes. A pesar de los esfuerzos, los Celtics no pudieron frenar la ofensiva total de L.A.
Lakers 1987: Showtime en su máxima expresión. Fue el año de Magic, el año del gancho, el año donde la rivalidad se tiñó de púrpura y oro.


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