Final Four EuroLeague Belgrado. 5 Razones para creer: Zalgiris Kaunas

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Los aficionados de los cuatro equipos que se dirigen a Belgrado piensan que su equipo puede llevar a casa el trofeo, ¡y tienen razón! Su imprevisibilidad es lo que hace que la final de la Turkish Airlines EuroLeague sea tan dramática. Aquí hay cinco razones para creer en Zalgiris Kaunas

1. Estrellas fugaces de tres puntos
Zalgiris ha disfrutado de una excelente temporada de tiros desde fuera del arco para registrar una tasa de conversión colectiva de tres puntos del 42,41%, que no sólo es el mejor de todos los equipos de esta temporada, sino también el cuarto más alto de este siglo. Ese excelente registro ha sido liderado por Kevin Pangos y Arturas Milaknis, que son dos de los seis jugadores de la liga esta temporada, con un promedio de más de dos triples por partido, y los únicos compañeros que lo han hecho. Ese dúo dinámico también ha sido muy preciso, ambos clasificados entre los cinco primeros de la tabla de jugadores que han intentado al menos 100 triples esta temporada.

2. Ganar a los mejores
Si alguien se atreve a dudar de la capacidad de Zalgiris para mezclarse con los grandes, sólo tiene que fijarse en los resultados de esta temporada. A lo largo de la temporada regular, el campeón lituano venció a todos los equipos y terminó entre los cuatro primeros: El Panathinaikos fue derrotado por 80-74 en la 11ª jornada, seguido inmediatamente de una emocionante victoria por 89-90 en carretera contra el Fenerbahçe. El CSKA de Moscú cayó en Kaunas en la Ronda 29 por un marcador de 85-73, y el Olympiacos fue derrotado dos veces, en las Rondas 15 y 30. Luego, por supuesto, Zalgiris derrotó al Olympiacos por 3-1 en los playoffs, sin duda disipando cualquier duda de que los hombres de Sarunas Jasikevicius lucharán contra rivales de élite.

3. Nada que perder
Si alguna vez un equipo se ha dirigido a las semifinales sin la presión de jugar, es Zalgiris. Con su paso a la gran cita del fin de semana, Zalgiris ya ha superado con creces todas las expectativas y se ha asegurado de que, pase lo que pase en Belgrado, la temporada se considere un gran éxito. Eso permitirá a los jugadores de Jasikevicius relajarse, aprovechar la ocasión y disfrutar de su último desafío, sin necesidad de quedar paralizados por las expectativas de llevarse el trofeo. La idea de que un equipo no tiene “nada que perder” nunca ha sido más cierta, y Zalgiris también tiene un gran impulso tras el emotivo triunfo sobre el Olympiacos.

4. Saras para encenderlo
Sin embargo, una persona se asegurará de que Zalgiris no se relaje demasiado o tenga demasiada libertad: El entrenador Sarunas Jasikevicius, cuyo implacable enfoque y ojo para los detalles dará a sus jugadores la mejor oportunidad de triunfar. Zalgiris ha llegado hasta aquí en gran parte gracias a la determinación que le ha inculcado el entrenador, que ha creado un grupo de jugadores increíblemente disciplinados y bien organizados que saben exactamente lo que necesitan para triunfar. Eso no será diferente en Belgrado, donde Jasikevicius animará a sus jugadores para seguir superando a sus rivales en dos partidos más.

5. La historia de su lado
Zalgiris llega a Belgrado como el club y la lista con menos experiencia en la Final Four de este año. Pero la poca experiencia que tiene Zalgiris es alentadora. Como outsider en 1999, Zalgiris irrumpió en el título y lo hizo de manera dominante. Zalgiris lideró al Olympiacos bajo la batuta de Dusan Ivkovic, el vencedor de dos años antes, por 15 en el entretiempo y bailó hasta la victoria por 87-71 en su semifinal. Dos días más tarde, el defensor del título, Kinder Bologna, bajo la dirección de Ettore Messina, estaba esperando. Zalgiris sumó otros 15 puntos en el entretiempo de la final, y se levantó del suelo en el Olympiahalle de Múnich como el ganador de 82-74 y el más meritorio de los campeones. Zalgiris nunca llegó al gran baile antes o después -hasta ahora- y eso lo convierte en el único equipo invicto además de Jugoplastika Split en la historia de la Final Four. Bonita historia para traer a Belgrado!