Los Rockets no se podían permitir una nueva derrota en su cancha y lograron la victoria gracias a una lógica pero muchas veces complicada fórmula, que más jugadores ayuden en ataque a su estrella James Harden. Algo que en este encuentro los Warriors no supieron hacer
Harden venia de anotar 41 puntos en el primero y perder. Así que Rockets salió con la idea clara de jugar de una manera más coral y ciertamente dominó el partido de principio a fin ante unos Warriors que por momentos parecían dar por el bueno el trasladar la serie a su cancha con un (1-1).
Pocas veces en el partido estuvo los Warriors por delante, alguna vez en un primer cuarto terminó con un todavía ajustado (26-21). Pero los Warriors no acababan de encontrar su juego, iban a tirones, buenas acciones con largos periodos de sequía, por lo que Rockets, mucho más centrado, abrió distancias de cara al descanso (64-50).
Con Curry (16 puntos) muy fallón en el triple, con (1/8), Thompson (8 puntos) y Green (6 puntos) desaparecidos, Warriors vivía de Durant (38 puntos). En frente en los Rockets todo funcionaba, Harden (27 puntos 10 rebotes) como no, pero también Gordon (27 puntos), Tucker (22 puntos), Ariza (19 puntos), y en el tercer cuarto Paul (16 puntos) se sumaba a la fiesta. Al final del tercer cuarto estaba todo decidido (95-79).
Warriors intentó un último arreón para intentar acercarse (100-89), a lo que Rockets contestó con un contundente (11-0), estaba claro que este partido no se lo iba a escapar. Al final (127-105) y la serie viaja con (1-1) a la cancha de los Warriors.
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