La Copa del Rey vivirá su cuarta final en A Coruña este próximo fin de semana. Los precedentes de 1972, 1989 y 1993 acabaron con tres títulos para el Real Madrid ante Joventut (dos ocasiones) y FC Barcelona. En las próximas líneas aparecerán mitos como Buscató, Luyk, Norris, Martín, Petrovic, Villacampa o Sabonis que escribieron parte de nuestra historia en la ciudad gallega
1972: El casi estreno de Riazor
Real Madrid 92 – Juventud Schweppes 77
A Coruña acogía por primera vez en 36 ediciones la final de una Copa, apellidada entonces como “del Generalísimo”, para casi estrenar su flamante Pabellón de los Deportes situado en Riazor. Si unas fechas antes el Preolímpico de balonmano había servido de pistoletazo de salida, la final copera daba continuidad a los eventos de primer nivel con 4000 espectadores en el graderío.
Por entonces, el sistema de concentración no existía como método habitual de competición, por lo que la ciudad herculiana se encontraba directamente a Real Madrid, vigente campeón, y al Juventud Schweppes que venían de derrotar en sendas semifinales a ida y vuelta al FC Barcelona y Estudiantes Monteverde, respectivamente.
Los verdinegros apenas pusieron en aprietos a un Madrid que presionaba con mucho acierto, sacando a su rival de su juego habitual. Muy pronto los chicos de Pedro Ferrándiz se colocaron por delante en el electrónico de Riazor aprovechando los continuos errores de precisión de una Penya desconocida. Tuvo que ser el buen hacer del veterano Alfonso Martínez en la última de sus once finales coperas quien ordenara las ideas ofensivas y acercarse hasta el 36-30 del descanso.
Sin embargo, la salida fulgurante de Emiliano Rodríguez abrió brechas cercanas a los 20 puntos (61-43). El capitán blanco se fue hasta los 26 puntos y le secundó de manera brillante el infalible Clifford Luyk (22) en su enésima demostración de talento. El malogrado Enric Margall (24 tantos) sostuvo junto a Buscató y una presión desesperada algunas opciones de recuperar la distancia, algo que los de Josep Lluis no alcanzarían ante la autoritaria dirección de Carmelo Cabrera.
1989: El gran triunfo español de Drazen
Real Madrid 85 – FC Barcelona 81
Galicia acogía la Fase Final de 1989 repartiendo los cuartos y las semifinales entre Ourense, Lugo, Ferrol, Vigo y Santiago, y jugando la final de nuevo en Riazor.
El triple de Solozábal en la edición anterior celebrada en Valladolid seguía vivo en la memoria colectiva, especialmente de un Real Madrid con un hambre de triunfo capitaneado por Drazen Petrovic y Fernando Martín. No obstante, el Barça de Aíto García Reneses había trazado un plan para ahogar el juego rival.
Los errores blancos facilitaban las oleadas culés, que habían salido en tromba excelentemente dirigidos por Solozábal. Los puntos de Epi (16 de sus 20 puntos en la primera parte) y Norris (15, más otros 15 rebotes) iban cayendo como un martillo pilón (29-21). Un tiempo muerto de Lolo Sáinz oxigenaba las ideas de un equipo desorientado que llegaba con todas las opciones abiertas al descanso (49-43).
Lolo Sáinz, técnico merengue, se percató del celo defensivo sobre posiciones interiores y sobre la velocidad en transición de Petrovic y sacó un gran rendimiento a Johnny Rogers, el mejor del partido con 23 puntos y 6 rebotes, dando galones a Jou Llorente como acertado sustituto del croata en una reanudación fulgurante.
Pese a todo, la casi infalibilidad de Drazen Petrovic desde los tiros libres (14/16 para 27 puntos) abría una distancia de 13 puntos (85-72) a falta de cinco minutos. Para entonces, el Barça estaba presionando a toda pista con continuos dos contra uno que sucesivamente fueron eliminando a pesos pesados como Epi, Jiménez o Waiters. Sin embargo, el Madrid cayó en la trampa blaugrana encadenando error tras error pero, pese a quedarse esos cinco minutos finales sin anotar, los de Sáinz alargaron el reloj hasta hacerse con el trofeo.
Los 8000 espectadores que rebosaron las gradas de Riazor fueron los testigos en directo del gran título de Petrovic en España. El otro había sido el Torneo Internacional en Puerto Real en pretemporada.
1993: Sabonis completa el “threepeat”
Real Madrid 74 – Joventut Marbella 71
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El talismán coruñés cobraba mayor entidad en esta temporada, ya que los blancos no lograban llevarse la Copa tras el éxito de Petrovic y compañía. La fórmula elegida para esta edición fue repartir los cuartos entre Lugo, Ourense, Vigo y Ferrol, mientras que las semifinales, el encuentro por el tercer puesto y la final se disputarían ya en el flamante Coliseum coruñés.
Un pabellón que se llenó hasta la bandera para contemplar la enorme distancia que había entre Real Madrid y Taugrés, y entre Joventut Marbella y CAI Zaragoza. Lo cierto es que los hombres entrenados por Clifford Luyk avasallaron a los vitorianos con un primer tiempo impecable que dejó sentenciado el encuentro antes de lo que la grada hubiera querido (52-29 para el 89-70 final). Ahí Sabonis (20 puntos en 26 minutos) ya dio todas las señales de que no se iba a volver de vacío a Madrid, pese los 32 tantos de Arlauckas.
Pero delante se iba a topar con una Penya en plenitud, capaz de dar con todas las teclas para ganar. Al CAI de Mario Pesquera lo superaría con una zona en la segunda mitad y con 25 puntos del elegante Harold Pressley. En los maños pesaron los cero puntos de Hopson, pese al empuje de José Ángel Arcega (19).
Antes de la final, el Taugrés venció la desgana por el tercer puesto (61-74) con otros 32 chicharros de Arlauckas. Por cierto, que su compañero en la pintura era todo un homenaje al torneo: Tom Copa. Ese triunfo metió a los vascos en la siguiente edición de la Recopa, en la cual llegaría a su primera final europea, la que perdieron ante el Olimpia Ljubljana de Horvat y Hauptman.
La final entre Madrid y Joventut comenzó a todo ritmo, pero fueron los de Sainz quienes gozaron de ventajas apreciables. Tanto que, al borde del descanso acariciaba el trofeo (40-25) con un Villacampa desatado que completó una magnifica actuación: 22 puntos y 5 robos. El paso por los vestuarios fue mano de santo para los blancos con el decidido liderazgo de Biriukov (20 puntos) y Sabonis (25 + 11 rebotes).
La Penya aguantaba el chaparrón y mantenía la igualdad hasta llegar a un sprint a cara o cruz. Los nervios maniataron a Pressley en la línea de tiros libres. El alero tuvo tres tiros libres con un 73-70 en contra y pocos segundos para el bocinazo. Solo anotaría el último, insuficiente para evitar el “threepeat” del Real Madrid en A Coruña.
A partir del jueves, los hombres de Pablo Laso tendrán la oportunidad de conseguir un poker en una ciudad en la cual, hasta la fecha, no conocen la derrota.
Nota de prensa Liga Endesa
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