Trepidante noche en la NBA con hasta 9 partidos en los que destacan el primer doble-doble del Chacho, el idilio de Irving con el clutch y unos Jazz que sorprendieron a los Spurs. Gentileza de fullbasket.es
Empezamos en el Quicken Loans Arena de Cleveland, donde los Cavaliers se impusieron a los Rockets 128-120 en un partido muy igualado que no se decidió hasta el último minuto, cuando Kyrie Irving, en un alarde de sangre fría cuando todos rehuyen del último tiro, anotó un triple definitivo que acabó con las esperanzas de los texanos y le permitió cerrar una actuación fantástica (32 puntos). El partido tuvo de todo, porque los de Mike d’Antoni, que parece estar implantando ya su estilo de run&gun (sin tener un equipo tan potente como aquellos Suns), comenzaron muy fuertes el primer cuarto, con un James Harden del que salía absolutamente todo en ataque (o los puntos o las asistencias). Él era el origen del juego de los Rockets, con Ariza y Gordon aprovechándolo desde la línea de tres. La segunda unidad de Cleveland, con Frye y Jefferson a la cabeza, tuvo muy buenos minutos en el segundo cuarto, dándole la vuelta al partido (63-59 al descanso). Y la segunda parte continuó siendo un intercambio de canastas constante, llegando al último cuarto con todo por decidir. Y ahí se produjo una borrachera ofensiva. Un parcial de 43-36 que benefició a los locales, incapaces de romper el partido pese a las acciones de Love (24 puntos) y un triple de Dunleavy que ponía el 105-93 a falta de 6 minutos. Los Rockets nadaron hasta el final, pero murieron en la orilla con un lanzamiento letal de Irving y la serenidad de Lebron (19+13+8), al que se le vio mal en algunas fases del encuentro. Harden, en otra actuación memorable (41 puntos y 15 asistencias), se quedó sin recompensa. Es la primera vez este siglo que los de Ohio comienzan el curso con 4 victorias y ninguna derrota.
Con Hawyard lesionado, Booker con restricción de minutos y la recaída de Burks -otra vez lesionado-, los Jazz dieron la sorpresa en San Antonio, provocando la primera derrota de los Spurs este curso y dejando a Popovich de nuevo sin el ansiado balance de 5-0, algo que no ha conseguido desde que está en la franquicia texana. Ver para creer. Volvió LaMarcus Aldridge (21), por lo que Pau fue menos protagonista en ataque (8+8), pero es que Utah fue superior en todo momento, llegando a tener una renta de 17 puntos, algo poco común en el AT&T Center, donde antaño los locales sólo cayeron en una ocasión. George Hill llevó la batuta de los de Salt Lake City (22 puntos, 12 de ellos en el último periodo) y dejó en anécdota los 30 puntos y 7 rebotes de Kawhi Leonard, que sigue a un nivel superlativo. Destacar los 15 puntos y 7 rebotes de Lyles. Utah venció con una lectura táctica muy interesante: atacar la pareja interior Pau-LaMarcus con un quinteto de small-ball. Y funcionó.
No hay manera. Los Pelicans son incapaces de ganar un partido (ya van 4 derrotas), y eso que Anthony Davis sigue haciendo lo imposible para que eso suceda. Nueva Orleans cayó 113-117 ante los Bucks en un partido que Antetokounmpo (24 puntos, 10 rebotes, 7 asistencias) decidió con un triple en los últimos dos minutos que acabó con cualquier tipo de esperanza de los de Luisiana, que esta vez si pudieron ayudar algo más a Davis, con Frazier (20 puntos y 9 asistencias) y Solomon Hill (18), pero sin recompensa. Davis se fue hasta los 35 puntos y 15 rebotes, y ya suma los mismos puntos que Curry en la pasada temporada, aunque sigue frustrado en el pozo de la Conferencia Oeste. No tienen malos mimbres, pero cohesionar piezas tan distintas se convierte en una tarea realmente complicada.
Los nuevos proyectos necesitan un tiempo para gestarse y que funcionen. Pero a veces, cuando la acumulación de potencial es tan abismal, la exigencia de que los resultados lleguen lo antes posibles pueden provocar frustraciones o conclusiones precipitadas a las primeras de cambio. Eso le pasó a los Warriors tras caer el primer partido en casa ante los Spurs. Primeros análisis oportunistas y excesivamente duros. Desde entonces, una gira por el Oeste con tres victorias seguidas. La última, la de anoche, venciendo a los Blazers 104-127 con 28 puntos de Stephen Curry, el principal artífice de la victoria de los de Oakland, rompiendo el partido en un tercer cuarto de los que vale la pena ver. El MVP de la NBA se fue al descanso con una actuación gris (5 puntitos), pero regresó enchufado y con 23 puntos (11 de ellos en apenas dos minutos) lideró un parcial de 16-46 que dejó a Portland sin opción alguna de competir por el triunfo. Del 57-61 del descanso al 73-107 antes del último cuarto. Los Warriors de Kerr, esa terrible máquina que destroza partidos en una porción de tiempo tan ínfima que los errores tácticos son muy difíciles de analizar. Anoche fueron superiores en todas las facetas posibles. Lillard, con 31 puntos, no pudo hacer más ante el recital de los subcampeones. Durant, con 20 puntos, está a un partido de igualar a Jordan, que en el curso 90-91 encadenó 69 partidos anotando 20 o más puntos.
Comenzaron la temporada genialmente bien los Lakers, ganando en el Staples a Houston. Pero desde entonces, vuelta a la “realidad”, al menos la de los últimos años. Tres derrotas seguidas, anoche 115-108 ante los Pacers de un Paul George superlativo (30 puntos, 7 rebotes y 4 robos), que sentenció en el último cuarto después de que los angelinos remontasen hasta 14 puntos de desventaja en otra desconexión más de los de Indiana, abonados al funambulismo este curso. Calderón anotó 9 puntos y repartió 2 asistencias, poniendo cordura en un juego muy anárquico en el que destacó Lou Williams desde el banco (19 puntos). Los californianos pueden tener un buen año, pero deberán encajar a Ingram mucho antes y que Russell encuentre la regularidad en su juego.
Pocos equipos son capaces de tirar por la borda un partido tan serio como el que jugaron los Sixers anoche en casa ante los Magic. En Philadelphia ha cambiado el ambiente. Las victorias siguen sin llegar, pero las sensaciones ya no son malas. La ilusión impera en el ambiente. Al menos, la de tener dos acicates con los que ir al pabellón y disfrutar del baloncesto. Son Joel Embiid y Sergio Rodríguez. El primero terminó con 18 puntos, 10 rebotes y 4 tapones en 25 minutos, mientras el español firmó su primer doble-doble del curso (12 puntos y 11 asistencias). El Chacho lleva la batuta de los Sixers como si llevase 5 años dominando en la NBA. No le tiembla el pulso y despliega ese juego de fantasía que tanto tiempo hemos disfrutado en la ACB. Los 76ers llegaron a ponerse 18 arriba en la primera mitad (28-44), pero poco a poco fueron perdiendo esa ventaja con un Vucevic (24+14) imperial cuando Embiid estaba en el banquillo y un Payton que también destacó (18) en la dirección -quizás es el punto débil del Chacho, que sus rivales acaban también firmando buenos partidos-. Ganaban de 4 los locales a falta de un minuto, pero no supieron cerrar el rebote defensivo y Embiid se equivocó en dos acciones consecutivas, permitiendo a Fournier e Ibaka, con dos tiros libres (acabó con 21 puntos), dar la vuelta al partido y llevándose el gato al agua (103-101).
No echaron de menos los Timberwolves a Ricky Rubio, sumando la primera victoria de la temporada en casa ante unos Grizzlies que viajaron a Minnesota sin Marc Gasol ni Mike Conley, que descansaron para no correr riesgos. Dunn aprovechó la titularidad para dejar muestras de lo que es capaz de hacer (10+4+6+5), mientras que fueron Zach LaVine (31 puntos) y Gorgui Dieng (17+6) los que dinamitaron el encuentro.
Photo NBA Media
CEO de Piratas del Basket
twitter personal: @raainaga
twitter web: @piratasbasket
mail: redaccion@piratasdelbasket.net