Siempre que la Supercopa Endesa se jugó en el Buesa Arena, el Baskonia cayó en semifinales, una por la mínima y otras dos de forma muy abultada. Enterrar esos recuerdos y volver a sus días grandes en esta competición, el objetivo de los vitorianos
El Baskonia se toma esta Supercopa Endesa como una reválida. Una revancha en el torneo que tan bien se le daba, una forma de compensar las decepciones en casa.
Y es que están aún muy vivas las decepciones vividas cuando la Supercopa Endesa se jugó en el Buesa Arena. Tres ediciones previas y tres derrotas en semifinales, sin poder al menos alcanzar la deseada final.
El primer sinsabor fue en 2010. Aquel partido era el primero en jugarse en el pabellón vitoriano tras la mítica canasta de San Emeterio que hizo campeón liguero al conjunto baskonista de la pasada Liga. Sin embargo, otra canasta final y agónica, la de De Colo, metió al entonces Power Electronics Valencia en la final, dejando con la miel en los labios a los baskonistas.
Claro que mejor quedarse con sensación de mala suerte que la impotencia que los vitorianos vivieron en los dos siguientes torneos de Supercopa Endesa en Vitoria, en una película que se repitió calcada en 2013 y 2014, con derrotas contra el mismo verdugo, el Barça, por 25 (73-98) y 29 (66-95) puntos respectivamente.
En esta Supercopa Endesa de 2016, el Baskonia apuesta por llegar a la final un lustro después de su última presencia (Bilbao 2011) y luego por conquistar un título que se le resiste desde la edición de Zaragoza 2008.
Tras sus cuatro triunfos seguidos de 2005 a 2008, en Granada, Málaga, Bilbao y la citada de Zaragoza, los baskonistas no volvieron a levantar este trofeo. Esta es su oportunidad.
Nota de prensa liga Endesa / Foto: cadena SER
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