Después de ver a su equipo superar todos los pronósticos para coronarse campeón de la Turkish Airlines EuroLeague, el entrenador del Real Madrid, Chus Mateo, argumentó que la mentalidad de nunca decir morir fue el factor clave detrás de la última de las 11 coronas continentales récord de Los Blancos
Mateo cree que la serie de triunfos de su equipo ante la adversidad sólo ha sido posible gracias a la unión mostrada por sus jugadores: “Sabíamos que iba a ser muy duro, que no iba a ser fácil, pero creímos, creímos hasta el final.
“Nunca nos echamos atrás. Todo el mundo estaba listo para reaccionar. Cuando llegaron los problemas, reaccionamos. Fue bueno ver cómo todos los jugadores se unieron. Es increíble lo que hicimos. Ha sido una temporada muy dura, pero con un final muy feliz”.
El más feliz de los finales llegó tras un parcial de 0-7 en los dos últimos minutos de la final por el título, y Mateo hizo hincapié en la negativa de su equipo a dejarse vencer: “Estoy muy orgulloso del espíritu de los chicos porque se mantuvieron unidos cuando las cosas iban mal. Siempre creen que pueden ganar, nunca se rinden”.
“Cuando pasaban cosas malas -lesiones, derrotas- el equipo se unía cada vez más. Y cuando las cosas empeoraban, luchábamos aún más. Nos mantuvimos unidos, estuvimos vivos hasta el final, y en el último partido, fuimos capaces de ganar a una máquina de baloncesto como el Olympiacos en el último tiro con los 2 únicos puntos que anotó Sergio Llull. Es como un sueño.”
“Tengo la suerte de dirigir un grupo muy unido, y para mí eso es lo más importante. Convivimos como una familia. Tuvimos un camino muy duro, pero supimos luchar hasta el final”.
Y para el entrenador debutante en la Euroliga, que llegó al banquillo del Real el pasado verano tras una larga etapa como ayudante de Pablo Laso, el logro de proclamarse campeón continental en su primera temporada al frente del equipo fue sin duda una experiencia muy emotiva.
“No es fácil hablar ahora mismo”, afirmó, “[El partido] fue un sube y baja de emociones. Sólo quiero vivir el momento y disfrutar de esta noche. Una cerveza más… ¡quizá dos hoy!
“En el vestuario, después del partido, hubo muchos abrazos y lágrimas, porque todas las emociones explotaron en ese momento. Un momento increíble, y ahora mismo sólo quiero abrazar a mi gente”.
Tras una increíble serie de remontadas, podemos estar seguros de que la gente de Mateo estará encantada de devolverle el abrazo.
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