Dice la historia que quien gana el primer partido de la final se proclama campeón de la NBA en casi un 77% de los casos, contra eso tendrá que luchar los Cavaliers. Warriors no se fía, confianzas cero, y hacen bien, tiene muy presente lo que le ocurrió en el 2016
La historia es clara, desde que la NBA instauró el actual formato de las finales quien gana el primer partido se lleva el anillo en casi un 77% de las ocasiones. Ocho de cada de diez veces, contra eso luchará LeBron James.
La esperanza de los Cavaliers es que se conocen el camino de la gloria, y además no hay que remontarse mucho atrás para recordarlo, las finales del 2016, cuando los Warriors comenzaron ganando, y se dejaron remontar un (1-3), cosa que nunca había pasado, y finalmente perdieron el título ante el poderío de LeBron James.
Incluso en aquella final, haciendo memoria, los Warriors ganaron el segundo (2-0), Cleveland ganó el primero en su cancha (2-1), y Warriors se llevó un cuarto en cancha contraria que le colocaba a las puertas del título (3-1). Más cuando nunca nadie había remontada tal circunstancia. A partir de ahí Cavaliers ganó tres partidos seguidos, los dos últimos en la cancha de unos Warriors que no daban crédito a lo que les estaba ocurriendo. Una experiencia que solo nos demuestra, que sí, que el (1-0) marca, pero que hay mucha, mucha final.
Photo NBA Media
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