En una noche de emociones extremas, los Golden State Warriors vencieron 121-116 a los Memphis Grizzlies en el Play-In de la Conferencia Oeste, asegurando su pase a los playoffs y un duelo vibrante contra los Houston Rockets
El partido fue una montaña rusa de momentos inolvidables, donde el liderazgo de Stephen Curry fue determinante para inclinar la balanza en favor de los Warriors, especialmente en los instantes finales, cuando los visitantes soñaban con la remontada.
Desde el arranque, Golden State salió decidido a marcar territorio. Con Jimmy Butler encendido en ataque, los locales establecieron un ritmo feroz, cerrando el primer cuarto con ventaja de 31-25 y dejando claro que no estaban dispuestos a ceder terreno.
Memphis, sin embargo, mostró su capacidad de reacción cuando más lo necesitaba. A pesar de un preocupante déficit de 16 puntos mediado el segundo cuarto, los Grizzlies aprovecharon un oportuno tiempo muerto para recomponerse y, liderados por una exhibición de Butler con 21 puntos en la primera mitad, lograron reducir la diferencia a 67-55 al descanso.
El tercer cuarto se convirtió en un pulso de estrategias. Memphis tomó impulso con Desmond Bane y Scotty Pippen Jr., quienes con su intensidad en ataque y ajustes defensivos pusieron en aprietos a los Warriors. La clave llegó con un momento inesperado: Ja Morant cayó aparatosamente sobre su tobillo derecho tras un contacto con Draymond Green y quedó visiblemente afectado. Aunque intentó seguir, solo pudo lanzar un tiro libre antes de retirarse definitivamente, dejando a su equipo sin su máxima estrella.
La ausencia de Morant fue el detonante de una reacción impresionante de los Grizzlies. Con menos de once minutos en el reloj, lograron ponerse por delante 96-94, algo impensado tras la abrumadora primera mitad de los Warriors.
Pero si hay un jugador que sabe manejar los momentos decisivos, ese es Stephen Curry. El ‘Chef’ encendió los fogones y, con una serie de triples letales en los minutos finales, devolvió el control a Golden State, elevando la ventaja a 117-111 cuando el partido se acercaba a su desenlace.
Pese a la quinta falta de Green y un error de Butler en la posesión, los Warriors resistieron los embates de Memphis. El marcador se apretó a 117-114 con 36 segundos por jugarse, y los Grizzlies vieron una última oportunidad cuando provocaron la falta sobre Curry. Sin embargo, la estrella de Golden State no titubeó desde la línea y puso la daga final.
El broche de oro llegó con una insólita infracción de cinco segundos de los Grizzlies en el saque, una equivocación que terminó sellando su eliminación y asegurando la clasificación de los Warriors.
Ahora, Golden State pone la mira en Houston, donde buscará extender su camino en los playoffs y demostrar que sigue siendo un equipo temido en la postemporada.
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