La semana pasada finalizó la temporada para el Barça de manera prematura y, cómo no podía ser de otra manera, para Ricky Rubio. La contundente derrota por la vía rápida ante el Real Madrid en las semifinales de la ACB, ha desatado, desde entonces, infinidad de noticias sobre el futuro de la sección azulgrana
Los rumores sobre posibles entradas y salidas de jugadores y, también de un más que probable cambio de entrenador, han acaparado todo tipo de portadas.
Qué les vamos a decir… Es algo que sucede cada verano, que llena webs, redes sociales y periódicos. El producto hay que venderlo, pero no todo vale… Me refiero a hablar sobre Ricky Rubio. Y es que, con el bueno de Ricky, nunca mejor dicho, deberían sobrar las palabras.
El jugador del Masnou, que regresó a las pistas el pasado mes de marzo, tras muchos meses sin hacerlo, ha dado pinceladas de la clase que atesora. Inmerso en una pretemporada, dentro del ritmo frenético de competición, el base ha dado lo mejor de sí, y eso es con lo que el aficionado al baloncesto se debe quedar.
Acabado este curso, se abre la incógnita sobre el futuro del jugador. Si continuará en el Barça, si irá a otro club, si se retirará definitivamente… Personalmente eso es lo de menos, simplemente que haga lo que él quiera, mientras sea feliz. El resto de especulaciones, sobran. Ricky se ha ganado el derecho a decidir su futuro con total tranquilidad, y cuando lo tenga claro, seguro lo hará público.
Mientras llega ese día, lo mejor es dejarlo tranquilo. El mismo trato que tuvo cuando hizo el parón por el tema de salud mental, es el que se le tiene que brindar ahora. Respeto por toda una leyenda del basket español, y sobre todo por el Ricky Rubio persona. A ese, es al que hay que cuidar siempre.
Redactor · Opinión · NBA · Liga Femenina
Twitter: @jmsantiago33
