Entre el estreno de Michael Jordan en la NBA en 1984 y el de Luka Doncic en 2018, aparte de saltar de siglo hemos vivimos toda una revolución del juego. La perla eslovena ya ha superado en algún minúsculo apartado a quién Larry Bird llamó… “Dios disfrazado de jugador de baloncesto”, y hoy toca revisar la estadística de uno y otro durante su primer curso profesional
Nacidos ambos en febrero, uno el 17 F de 1963 y otro el 28 F de 1999, los dos fueron Rookie del Año pero hay varias diferencias entre sus números, cifras de escándalo cada uno jugando a su estilo. Hay un baloncesto AJ, antes de Jordan y otro DJ (después de Jordan). Los logros del mítico 23 parecen de otro mundo pero conviene celebrar que el emergente Doncic crece sin complejos y divertirse comparando. ¿O no?
Minutos en cancha y puntos, uno más a ritmo dispar.
Para empezar, Jordan jugaba más tiempo por jornada. A mediados de los años 80 el ritmo ofensivo era menor, sin tantas posesiones por partido, y eso ayudaba a que las rotaciones fueran más distanciadas y a dar mayor presencia en cancha a las estrellas de cada franquicia.
El mito de los Bulls promediaba en su primer año 38,3 minutos para meter 28,2 puntos. El rubiales esloveno salía 32,3 min. para clavar 21,1 tantos. De esa forma, mientras el de Chicago necesitaba para anotar un punto 1,35 min. el de Dallas… algo más, 1,53 min. Datos todos de canela en rama.
En su temporada inicial Jordan lanzaba casi 20 veces por noche (19,8) y Doncic algo más de 16 (16,5). Hay que recordar que el icónico 23 fue 10 veces el máximo anotador de la NBA, eso sí, no lo fue por primera vez hasta su tercer año de juego profesional (en el 2º solo disputó 18 encuentros),
Triples: ayer no existían y hoy (pre)dominan.
A nivel ofensivo, para el inolvidable líder de los Bulls el triple casi no existía ya que lanzaba 6 veces desde esa distancia tras cada 10 encuentros. Hoy, en plena fiebre de un sol llamado tiro desde el parking, Luka intentó en su año de debut más de… 7 triples por partido o sea… ¡¡¡70 cada 10 jornadas!!!
Conviene recordar que la NBA moderna utilizó por primera vez el tiro de tres en la temporada 1979/80. Así extraña menos que Jordan acabase su ejercicio inicial con un pobre 17,6 % de acierto cuando Doncic firmó en 2018/19 un 32,7% (algo por debajo del 34% que fue media colectiva).
Asistencias, evoluciones contrarias.
En su ejercicio anual de estreno, Doncic repartió 6 asistencias por noche, la misma cifra que el Jordan primerizo (5,9). Esa igualdad revaloriza un poco la capacidad pasadora del alero de Chicago considerando que se jugaba a menos posesiones y que ahora Luka amasa mucho más la bola en un baloncesto donde hay más jugadas de ataque por cada cuarto y, por tanto, más opciones de que un pase acabe convertido en canasta.
Eso sí, la perla de los Mavericks ha elevado su cifra de asistencias un 50% esta temporada 2019/2020, pasando de 6 as. a 9 as., siendo cada vez más asociativo, a diferencia del icono de los Bulls que fue rebajando su capacidad de ceder la bola, en parte debido a ir teniendo compañeros como Pippen o Kukoc, buenos pasadores.
En cuanto a los robos, ahí gana la fiereza de Michael en la retaguardia, otro de los rasgos distintivos de su leyenda. De hecho, en la temporada 1987-1988 consiguió ser el máximo anotador de la temporada y al mismo tiempo el mejor defensor, y en su año de rookie se fue hasta los 2,4 robos por noche por 1,1 del esloveno en su liga como novato.
Porcentajes, ojo a los finales de partido.
Jordan era demoledor en los finales de partido y salvo en el triple superó en su primer el porcentaje de acierto anotador inicial de Luka: un 51,%% de tino de dos frente a un 42,7%.
En cuanto a los momentos decisivos, se ve que Doncic va asimilando que los tiros libres pueden dar y quitar anillos, y aunque su curso de rookie apenas superó el 71% de eficacia esta temporada ya marca un 78,2%, todavía lejos del 84,5% del primer año de Michael, que superó el 81% como promedio de toda su carrera (alguno anotado a ciegas tras una broma a Mutombo).
Robos y pérdidas, distinto bote.
En su arranque, Luka, base, perdió el doble de bolas que Michael, alero, en total 4,3 pérdidas frente a 2,1. Es un dato entendible, dado el mayor riesgo que asume el de Dallas al actuar como playmaker de mucho mando y bote, obligado a ser quien comience la jugada desde atrás, a diferencia de Jordan, que solía recibir la bola ya en campo contrario (salvo en finales apretados o instantes de pique personal).
Rebotes, y tapones, no todo es saltar.
Algo más alto, con menos salto pero más cuerpo, Doncic reboteó bastante mejor que Jordan en su primer año, al cazar 7,8 balones frente a los 6,5 del dios de los Bulls, que, eso sí… repartía entonces 4 tapones por cada 5 encuentros, a una media de 0,8 cuando Luka se quedó el curso pasade en 0,3.
La estrella europea se mueve más cerca del aro que Jordan, y hay que destacar que en este segundo año en Dallas esté ayudando mucho más en el rebote defensivo. Ese progreso le ayuda a él y al equipo ya que ahorra el primer pase rumbo a sus manos pues al rebotear él ya sale jugando…
Además, Luka ha mejorado en su aro gracias a una mezcla de intuición, técnica (¡hasta se le ve meter el culo!) y buena colocación, con una bestial media de 9,7 rebotes por encuentro. en esta temporada 2019/2020, probando que dios en el baloncesto solo hay uno a quien rezar…. Michael Jordan (incluso le idolatra LeBron James) pero discípulos hay muchos y Doncic entre los jóvenes más espabilados…
Por Xabier Sanmartín C., periodista autor de “El Gran Libro del Obradoiro” y “Aquellos Maravillosos Aros” (libro de aparición en 2020)
Foto: ClutchPoints
Redactor · Artículos de opinión
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