El equipo Blaugrana remontó 20 puntos a un gran Unicaja y acabó llevándose la victoria en la prórroga. Calathes (17 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias) y Higgins (22 puntos) dieron réplica al sensacional partido de Darío Brizuela (33 puntos)
Con mucho sufrimiento y después de una prórroga tras estar casi todo el partido contra las cuerdas, el Barça acabó sacando su billete para semifinales de la Copa del Rey al apagar, gracias a la mejor versión de Corey Higgins, la rebelión de un excelso Unicaja que lo arrolló en el primer cuarto y llegó a estar veinte arriba guiado por Dario Brizuela, autor de 33 puntos (103-93).
Se enfrentaban dos plantillas con rachas diametralmente opuestas. Los azulgranas llegaban en un gran momento de juego y resultados, con once triunfos en doce partidos en 2021, mientras que los andaluces encadenaban una serie de trece derrotas y una sola victoria hasta que el domingo lograron imponerse al urbas Fuenlabrada en Liga.
Pero nada de eso se reflejó este viernes en la pista. El primer cuarto fue un monólogo del Unicaja. Dolido en su orgullo, salió a morder y arrolló al Barça en sus mejores momentos de la temporada. Todo le salía a un equipo crecido que, al ritmo que marcaba un imperial Brizuela, bailaba a un rival que no las veía venir.
Al escolta donostiarra le salía todo y sus catorce puntos en el cuarto, con un solo fallo en el tiro, catapultaron a su equipo ante el enojo de un Sarunas Jaikevicius que tuvo que parar el juego antes de lo previsto en busca de una reacción de sus jugadores.
Porque los azulgranas asistían atónitos al recital verde. Sin ritmo y con muchas dudas en su juego, perdían hasta la batalla del rebote ante el segundo peor equipo en esa faceta. Los triples de su oponente (5/7), y el sorprendente desequilibrio en los rechaces (10/4), elevaron la brecha a los 20 puntos (9-29) y solo un par de aciertos exteriores de Álex Abrines y Leo Westermann en el último minuto minimizaron daños al final de un primer cuarto de claro color malagueño (15-29, min 10).
El segundo acto se impuso la lógica y la batalla se equilibró. Pierre Oriola aportaba los puntos y la garra bajo aros que tanto necesitaban los suyos y, a base de defensa, se fue apretando un marcador en el que las canastas llegaban con cuentagotas. En cinco minutos, el Barça ya estaba a ocho porque el Unicaja fue frenando su producción ofensiva de forma alarmante y cometiendo demasiadas pérdidas.
Higgins tomó entonces las riendas del Barça y golpeó el aro cajista, sumando ocho puntos en menos de cinco minutos, y el equipo de Jasikevicius empezó a parecerse al que se presentaba en Madrid como uno de los principales candidatos al título. Huérfanos de triples, los andaluces fueron cediendo terreno peligrosamente, asfixiados por la efectiva defensa azulgrana y cinco puntos seguidos de Abrines ajustaron aún más el choque al descanso (39-44, min 20).
Alberto Díaz estrenó el marcador del tercer cuarto con un triple que fue respondido de inmediato por un hasta entonces desaparecido Nicola Mirotic. Durante varios minutos, Unicaja logró mantener su media docena de puntos de la mano de Brizuela, al que Abrines y especialmente Calathes respondían para evitar una nueva escapada (53-59, min 26).
Unicaja se mantenía arriba a base de acierto desde el perímetro mientras Jasikevicius se desesperaba en la banda en busca de soluciones para culminar la remontada. Sus hombres reaccionaron y rebajaron en dos minutos a la mitad los diez puntos de desventaja al final de un tercer cuarto equilibrado que tuvo a Calathes de protagonista (60-65, min 30)
Los últimos diez minutos se le hicieron demasiado largos al Unicaja. Con el miedo en el cuerpo al ver al Barça cada vez más cerca, se apagó en ataque, donde acumulaba pérdidas a gran velocidad, lo que aprovecharon los blaugranas para, tras más de treinta minutos por debajo, ponerse por delante gracias a un 13-3 a su favor en tan solo cuatro minutos.
Del 55-65 se había pasado al 73-68 en seis minutos en los que los malagueños solo fueron capaces de acertar con un triple de Bouteille. Ahí pareció acabarse el partido porque las pérdidas y la defensa asfixiante seguían ahogando a un conjunto cajista que sin embargo, en un nuevo arreón comandado por Brizuela, se volvió a poner por delante a dos minutos y medio del la conclusión (79-80).
Una canasta final de Tim Abromaitis llevó el partido a la prórroga y en el tiempo extra ambos rivales sumaban de uno en uno desde la línea de tiros libres y los empates se sucedían, hasta que volvió a aparecer Higgins para rescatar a un Barça que sudó más de lo previsto y regresa, dos años después, a unas semifinales coperas, donde este sábado le espera el TD Systems Baskonia.
103 – Barça (15+24+21+28+15): Calathes (17), Higgins (22), Mirotic (16) y Pustovyi -cinco inicial-, Oriola (5), Abrines (11), Davies (10), Westermann (5), Hanga (6), Smits (4), y Kuric (7).
93 – Unicaja (29+15+21+23+5): Díaz (9), Brizuela (33), Waczynski (10), Thompson (10) y Guerrero (10) -quinteto titular-, Fernández (7), Abromaitis (6), Bouteille (6), Alonso, Nzosa (4) y Suárez (5).
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