El Real Madrid logró una importante victoria 90-77 sobre Unicaja en una nueva jornada de la Liga Endesa. El equipo de Chus Mateo, que venía de una racha negativa con derrotas en Europa y en la liga, se recuperó ante el líder del campeonato, Unicaja, en un duelo marcado por la intensidad y algunos momentos de desconcierto
El encuentro comenzó con una destacada actuación del Madrid, que, impulsado por la dirección de Facundo Campazzo y la solidez defensiva, logró un parcial inicial de 8-0. Gabriel Deck brilló tanto en ataque como en defensa, ofreciendo un buen arranque. Sin embargo, la ventaja madridista pronto se desvaneció a medida que Unicaja ajustaba su defensa y comenzaba a presionar, a pesar de la falta de puntería de ambos equipos.
El Madrid, que no encontraba fluidez en su juego y cometía errores en ataque, sufrió también la presión de un arbitraje que favoreció a Unicaja al poner al equipo local en bonus muy temprano. A pesar de estos obstáculos, algunos destellos de Llull, aunque esporádicos, mantuvieron a los blancos en el juego. A lo largo del primer tiempo, Unicaja fue poco a poco reduciendo la diferencia gracias, en parte, a su efectividad desde la línea de tiros libres.
Tras el descanso, el Real Madrid volvió a elevar su nivel, destacando nuevamente Deck y un excelente Abalde. El equipo local salió con un parcial de 9-2, pero los de Ibon Navarro respondieron con una mayor agresividad defensiva, aunque su ataque siguió sin encontrar la fluidez deseada. Los árbitros continuaron influyendo en el ritmo del partido, generando frustración entre los jugadores madridistas, que no lograban conectar como en otros momentos.
En el último cuarto, a pesar de la presión arbitral, el Real Madrid supo mantener su ventaja. Llull fue crucial en este tramo, liderando a su equipo con triples importantes y asistencias clave. Con un Madrid más centrado, ampliaron su ventaja a 15 puntos a falta de dos minutos, con Campazzo y Deck como principales artífices del despegue. Sin embargo, la victoria no estuvo exenta de polémica: al final del partido, una provocación de Osetkowski desató una pelea en la que estuvieron involucrados Ibaka, Ejim y Pérez, terminando con varias expulsiones, aunque el jugador que originó el altercado no recibió sanción. A pesar de este incidente, el Madrid se llevó la victoria con autoridad en la segunda mitad.
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