El San Pablo ahuyenta fantasmas en la Champions (92-80)

Balsámica, placentera y de las que alejan fantasmas. Necesitaba una victoria como la de este martes el Hereda San Pablo Burgos y esta se fraguó en el tercer cuarto, cuando llegaron los mejores minutos de la temporada de los de Tabak. Aparecieron muchos aspectos vírgenes esta campaña como el poderío de Braimoh o un acierto de cara al aro no visto desde la pasada campaña. Con esos ingredientes se empezó a cocinar un triunfo que se certificó desde un juego coral

¡Ay la defensa del Hereda San Pablo en los primeros cinco minutos! Y eso que hace unos días Tabak afirmaba que tenían que mejorar en ataque- En ese tiempo, los alemanes ya habían anotado 16 puntos y habían sacado cinco faltas a los locales, lo que se convertía en siete tiros libres. Así que con esa situación, los puntos llovían en el aro de los burgaleses. Lo mejor este inicio era ver la efectividad de jugadores como Nikolic, que propiciaba que la herida aún no fuera muy profunda. La intentaba coser el técnico de los locales moviendo el banquillo y la presencia de McGee se notaba sobre el parqué con cinco puntos en sus dos primeras acciones.

Al escolta se sumaba Salash y la pírrica diferencia de los alemanes al principio desaparecía momentáneamente. A pesar de ese tímido acierto local, los tiros libres, consensuado con un concierto de silbato del trío arbitral, seguían penalizando al Hereda San Pablo. Pero el mayor problema de los hoy de negro no eran solo las personales, preocupaba más su defensa y la facilidad con la que llegaba a canasta el Oldenburg.

Pero todo se modificó con Renfroe en pista. Por lo menos en la faceta ofensiva. Su presencia intimida y da puntos. Porque simplemente se le caen de los bolsillos. 24-24, al final del primer cuarto.

El segundo acto mejoró la versión del San Pablo. La defensa ya era efectiva y era cuestión de que los puntos llegarán. Con esa herida ya saturada, los de Tabak tenían la asignatura pendiente de los tiros libres. La buena noticia es que mientras los alemanes sumaban de uno en uno, los de Tabak lo hacían de tres en tres y eso daba cierta tranquilidad.

No mucha. Porque los dos equipos se empeñaban en dar la vuelta al marcador como si de un calcetín se tratara. Así que la igualdad imperaba en el marcador al final de la primera parte (40-42). Se venía arenga de Tabak en el vestuario.

Y esta se notó más en McGee con sus cinco puntos y una asistencia de esas que dejan mal al compañero si la fallas. Braimoh no lo hizo y los alemanes tenían que parar el partido al estar cuatro por debajo en el marcador.

Fue en ese momento cuando el Hereda San Pablo recuperó las sensaciones que enterró en los últimos cuatro partidos, donde solo cosechó derrotas. Por fin se veía el músculo de Braimoh, la intimidación de Kravic, el acierto de Benite (aunque el brasileño nunca lo perdió) y un juego coral como los de antaño.

En el mismo tiempo que se da la vuelta a un calcetín, los burgaleses se habían ido de 11. Era cuestión de que la fiesta iniciada en este tercer cuarto no se fuera al traste. Y no fue así. Braimoh, con diez puntos en este periodo, estaba más que de dulce y Rabaseda sacó sus galones de campeón del mundo. 73-59, a falta de diez minutos.

Con esa ventaja lo que buscaban los de Tabak era evitar los microinfartos. Y prácticamente no se dieron, porque la diferencia navegaba sobre los diez puntos.

Hereda San Pablo 92 – Nikolic (12), Benite (10), Rabaseda (6), Braimoh (16), Zack (4) -cinco inicial- Kravic (8), Salash (6), Díez (2), McGee (22), Renfroe (6).

EWE Baskets Oldenburg 80 – Heidegger (18), Pressey (8), Clark (10), Odiase (20), Paulding (2)- cinco inicial- Herrera (7), Breunig (5), Holyfield (-), Hundt (10).

Parciales: 24-24/ 16-18/ 33-17/ 19-21.

fuente: burgosconecta.es

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