Valencia da la sorpresa y deja al Barcelona fuera de la Copa a las primeras de cambio. La defensa de los de Ponsarnau acabó desesperando a un cuadro culé obsesionado con el perímetro. Los puntos de Mirotic no fueron suficientes para que evitar la derrota blaugrana
Málaga y baloncesto son prácticamente sinónimos en nuestro país y muestra de ello daba un Pabellón Martín Carpena que se frotaba las manos con el primer partido de la Copa 2020. Después de un emotivo minuto de silencio en memoria de Kobe Bryant y Robert Archibald, el balón bicolor de la copa se marchó al cielo del Carpena para que la Copa del Rey diera el pistoletazo de salida.
Comienzo igualado
Ese esférico nuevo marco el desatinado inicio de los cuartos de final. La sensación de que el balón era más grande de lo habitual no solo se palpaba desde fuera del parqué. A Valencia se le atragantaba el bicolor y veía como el Barcelona sacaba rédito de ello. Con un Claver acertadísimo desde el perímetro, los de Pesic marcaban el ritmo del partido desde el inicio.
Además del desacierto de cara al aro, Valencia encallaba también en la trampa defensiva impuesta por el Barcelona. Los culés dejaban espacio a los taronjas invitándoles a lanzar de tres y les introducían una china en las zapatillas a los de Ponsarnau. Pero la reacción del equipo más entretenido del año iba a llegar gracias a dos seleccionables por Scariolo
San Emeterio primero y Colom después rompían esa ceguera anotadora e incrementaban el nivel defensivo del equipo. Poco a poco, como hormiga en verano, los granos de trigo iban cayendo en el marcador de Valencia y el final del primer periodo llegaba con los de Ponsarnau por delante (18-19).
Valencia alza la voz
La entrada de Hanga y Davies no le había venido nada bien a los de Pesic. Con ellos en pista, la solidez defensiva de los culés se había caído como edificio con cimientos de cartón. Valencia cambiaba entonces de cromos, daba entrada a Tobey y Abalde y hacía más daño si cabía a los catalanes.
Parcial para los de Ponsarnau a falta de 5 minutos para el descanso. Pesic, tranquilo en la banda, volvía a dar entrada a Delaney, Claver y Mirotic para recuperar el acierto en ataque. Dicho y hecho. El Barcelona subía el nivel de producción en ambos lados de la cancha y soplaba la nuca de los taronjas al filo del descanso. Un triple de Doonerkamp con la bocina como BSO hacía que la igualdad no fuera plena y Valencia se marchaba al parón un triple por delante en el marcador (38-41).
La igualdad vuelve al Carpena
Pero esa ligera ventaja duró lo mismo que tardas en decir Mirotic. El canterano blanco se convertía en la pesadilla de Ndour y daba la vuelta al luminoso. En un abrir y cerrar de ojos Nikola se había puesto con 17 puntos en su bolsillo, mientras que Ponsarnau reflexionaba sobre cómo parar al anotador por excelencia de la Liga.
A duras penas sobrevivía Valencia a la tormenta Mirotic y con 52-52 Ponsarnau daba entrada a Labeyrie y a Colom para recuperar la solidez e intentar frenar a la estrella blaugrana. Acertó de lleno un técnico cuyo nombre debería empezar a sonar en los despachos de los ‘mayores’ del baloncesto europeo.
Se repuso Valencia mejorando y mucho en defensa. La intensidad y fortaleza de Labeyrie lograba apagar a Mirotic y con el crack culé ‘desactivado’ las opciones ofensivas del Barcelona se reducían y mucho.
El nerviosismo llamaba a la puerta de los culés, que veían como el Valencia le había perdido todo el respeto para dejar paso a la inteligencia. Colom y San Emeterio habían dado un salto de calidad e intensidad al equipo taronja y lograban una ventaja de 12 puntos al término del tercer periodo.
Los minutos del último acto corrían a la velocidad de la luz para los intereses blaugranas y tan lentos como tortuga para Valencia Basket. Pero lo que no era relativo es que la diferencia en el marcador apenas se movía para felicidad de los de Ponsarnau. Con los valencianos concienciados con que el partido lo ganaban agachando el culo, el Barcelona apostaba por el tiro de tres como única manera para remontar.
El Barcelona hinca la rodilla
Fracasaba en su intento de acercamiento el Barcelona y los de Ponsarnau, con Tobey leyendo la pintura cual libro de Teo, mantenían la decena de ventaja a falta de tres minutos para el final. Cada vez veía Valencia más cerca lo imposible y ese sentimiento era opuesto en un Barça cada vez más nervioso y obcecado en el triple.
Con 71-78 en el marcador el partido entraba en su último minuto. El banquillo de Valencia aguardaba de pie una victoria que tantas veces había rozado esta temporada. Colom se adueñaba del balón y parecía que el choque iba a morir si los taronjas lograban anotar. No lo logró el equipo de Ponsarnau y, para más inri, hacía una antideportiva que daba una última vida a los de Pesic.
Pero esa vida se iba a prolongar casi una década con la cantidad de veces que los árbitros acudían al Instant Replay. Mientras que los colegiados estaban obsesionados con el VAR del baloncesto, un triple de Hanga ponía al Barcelona a dos a falta de 7 segundos.
Lo que en el segundo cuarto es antideportiva, en los últimos instantes no lo era, pero lo que si le entraba a Doonerkamp era el miedo desde la línea de tiros libres dando una última opción a los culés. Pero el fallo de Higgins no acabó en las manos adecuadas y Valencia da la primera campanada de una Copa que nunca deja de sorprender a los amantes del baloncesto. El equipo de Ponsarnau ya piensa a las semifinales y espera rival del Real Madrid – RETAbet Bilbao Basket.
fuente: elespanol.com · ACB Photo
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