Esta selección americana femenina es uno de esos equipos pasarán a la historia por su dominio durante una época. España intentó jugar de tú a tú pero no pudo aguantar los 40 minutos
Jugar un partido ante Estados Unidos en la primera fase de un campeonato te lleva a sentimientos encontrados. Se puede optar por sufrir para llevar el partido a un ritmo lento y crear incomodidades a tu rival, o jugar de tú a tú, talento contra talento, para disfrutar del baloncesto, de los Juegos Olímpicos… e incluso de tu rival.
Así se lo tomó el equipo de Lucas Mondelo. Una salida sin miedo y con acierto llevó el marcador a un 8-6 después de un triple de Astou Ndour que seguía a otro de Laia Palau. Estados Unidos salió con todas sus figuras y no quería permitir ninguna relajación. Después de ganar por 65 puntos en la primera jornada quería dar un golpe sobre la mesa ante España y no frenó su ritmo en ningún momento.
El talento de Taurasi y Moore era contrarrestado por el no más asombroso de Torrens y Cruz, pero en la pintura los centímetros de Grinner y el físico de Delle Donne y Silvia Fowles hacían mucho daño y superaban los diez puntos de ventaja antes del final del primer cuarto. En el segundo España estuvo más acertada y jugó unos minutos fantásticos, con Leticia Romero en el puesto de base aguantando el ritmo de juego de las americanas y Alba Torrens gustándose a campo abierto.
Lo cierto es que tras el descanso el poderío físico de Estados Unidos hizo el resto. España venía de jugar un partido muy duro el día anterior, contaba con la baja de Marta Xargay, que descansó con unas leves molestias en el pie, y los 40 minutos se hicieron muy largos. Las americanas no bajaban el listón y el poderío interior hacía mucho daño en la pintura. La previsible derrota estaba ya consumada y España pensaba ya en el trascendental duelo ante China.
Nota de prensa FEB
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