El californiano anotó 28 puntos en el triunfo sobre el Bilbao Basket, que aleja a los verdiblancos en dos partidos del descenso
La séptima victoria de la temporada, sexta en el pabellón San Pablo, fue de enorme peso y valor para el Coosur Betis, que se aleja del descenso en dos partidos (aunque el Fuenlabrada, penúltimo, contabiliza un encuentro menos) y afianza su fortaleza como anfitrión después de un largo parón de tres semanas que, visto lo visto, le ha venido sensacional al equipo para que Erick Green se integre mucho más en el engranaje. Después de tres partidos ligueros como verdiblanco, no hay ya dudas de quién es la referencia anotadora del Coosur Betis, su hombre más determinante. Imperial en el tiro, completó una actuación soberbia el escolta californiano liderando al bloque de Curro Segura con 28 puntos. AJ Slaughter, gris en a la primera parte y brillante en la segunda, coleccionó catorce, así que entre dos jugadores sumaron más de la mitad del total de puntos de los verdiblancos, que se impusieron en un partido muy igualado y en un final de infarto a un equipo muy serio, el Bilbao Basket, que jamás se dio por vencido y planteó muchísimos problemas.
Erick Green, con su proverbial facilidad para anotar, se convirtió en el factor desestabilizador de una primera parte muy pareja, de extrema igualdad, que dejó patente las cualidades que han disparado al Bilbao Basket en la clasificación y a la Copa del Rey. Es un bloque homogéneo, con los automatismos asimilados. En un día complicado, el primero sin Bouteille, quien había sido su máximo referente anotador esta temporada, no se arrugó y le presentó una dura batalla al Coosur Betis. Los verdiblancos, en ataque, se pusieron en manos de Green cuando el californiano estaba en pista. De sus manos brotan siempre soluciones sensatas, tiros bien ejecutados. Tiene rasgos de anotador compulsivo pero también es eficiente, muy eficiente. Frente al desacierto en el primer tiempo de AJ Slaughter, que sólo acertó uno de sus primeros siete lanzamientos y estrenó su casillero casi al final del primer periodo, la clarividencia de Green. Al descanso, seis tiros anotados de siete intentos y catorce puntos sumados de los 43 del Coosur Betis. Es decir, un tercio.
Suya fue la última canasta antes del intermedio (43-42) y también la primera del encuentro, que en sus albores fue un intercambio de parciales con cada equipo respondiendo a las andanadas de su adversario. Del 5-0 al 0-9 (5-9), después un 7-0 del Betis (12-9) y, a partir de ahí, distancias mínimas, equilibrio extremo. A Slaughter, poco afortunado en el despegue, le dio el relevo Sipahi en la dirección de juego con el Betis metido en el partido, sin duda, pero algo peor engrasado a nivel colectivo desde el punto de vista ofensivo que los vizcaínos. Un grosero error defensivo, que propició una canasta fácil bajo aro de Rigo (14-16), provocó el tiempo muerto de Curro Segura y el cambio en la pareja interior. Con Nacho Martín y Niang, el equipo exhibió más recursos y mayor presencia por dentro, aunque esa mejoría no se tradujo en ventaja (22-22). Tampoco en un segundo cuarto desarrollado bajo los mismos parámetros y muy accidentado. Lammers, tras una dura caída, tuvo que retirarse momentáneamente a los vestuarios y también se dañó Niang en otro lance del partido. Hasta cinco puntos de renta almacenó el Bilbao Basket (31-36) antes del regreso a la pista de Green. Todo el partido estuvo en ignición y con seis tantos neutralizó el tímido intento de escapada de los visitantes.
AJ Slaughter regresó del descanso dispuesto a resarcirse. Quería demostrar que no había dos versiones en el mismo jugador. Y como no se arruga, asumió tiros y metió cinco puntos más que abrieron el tercer cuarto y fueron el inicio de los mejores minutos del Coosur Betis, impulsado por la hiperactividad y la relación idílica entre Green y los aros de San Pablo. Balón que le llegaba, lo convertía. Balón que recuperaba, lo convertía. Porque sí, generaba canastas y también se las creaba, defendiendo, atacando la línea de pase y birlando balones que terminaban en puntos verdiblancos. Un multiusos. Ahí se quebró al fin la igualdad del partido, aunque nada sería definitivo. El anfitrión aumentó la intensidad atrás, que le sirvió de tracción para desplegarse en ataque, y entre Slaughter y, sobre todo Green, las diferencias se fueron ampliando. Perdía pie el Bilbao Basket (54-45), que desconectó e intentó agarrarse al partido a través del triple como plan unidimensional. Se obsesionó incluso con esa opción, aunque los aciertos de Schreiner, Haws y Rafa Martínez lo sostuvieron a duras penas en el encuentro, pero ya en esos minutos se sentía inferior al Betis, liderado por un elemento indefendible llamado Erick Green, que sumaba ya 22 puntos. Se sentó con 59-53.
Competitivo como pocos, fiel reflejo de su entrenador, el Bilbao Basket no desistió. Resistió la avalancha liderada por Green y se colocó a sólo tres puntos tras un dos más uno de Rousselle (59-56). El tercer parcial tuvo, por cierto, dos parones enormes por sendas revisiones arbitrales que cortaron el ritmo y amenazaron con enfriar a los jugadores. Se eternizaba el partido y quedaba un mundo. El Betis, huelga casi decirlo, sintió las ausencias de Slaughter y Green en el tramo final de ese periodo. Perdió poder anotador, pero no solidez. Un triple de Borg aumentó a seis la distancia de seguridad (64-58) que el certero Sergio Rodríguez redujo a cuatro (64-60) en puertas del último cuarto.
Los vizcaínos se agarraban al encuentro, pero esta circunstancia entraba dentro del guión. El que se salía del mismo, verso libre él, era Green. No es que vaya a su aire, es que anda a otro nivel. De sus muñecas surge siempre alguna solución. Siguió sumando tiros y uno de ellos, abortado en plena ejecución por Rousselle, lo transformó el base del Bilbao Basket en canasta. Cuidado. Los hombres de negro porfiaban y estaban de lleno en el partido, buscando la victoria. Con arrojo, actitud y valentía. Sin excusas. A sólo dos los situó Balvin (72-70) y hasta dos ataques tuvieron para colocarse por delante. A la tercera empataron (72-72) y, poco después, Serron se estrenó con la camiseta vizcaína anotando un triple (73-75) que no desestabilizó al Betis. No se resquebrajó anímicamente. Primero, Slaughter, después Green con un dos más uno (28 puntos) y, otra vez Slaughter (14 para él), firmaron al alimón un 7-0 (80-75) que restablecía el orden.
Quedaban tres minutos y la tensión se disparaba. Tras un tiempo muerto, Kulboka acertó dos tiros libres (80-77) y luego Balvin le puso más emoción al desenlace (80-79) antes del único tiro libre anotado por Jerome Jordan, que dejaba paso a los veinte segundos finales. Armó dos ataques el Bilbao Basket. El primero lo cortó Green, con una falta, a falta de 3,9 segundos y en el segundo, tras tiempo muerto, los verdiblancos ahogaron a su rival y Rafa Martínez ejecutó un mal tiro que no llegó ni al aro para dejar la victoria en San Pablo y el descenso, a dos partidos.
Fuente: ABC Sevilla · ACB Photo
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