“El partido de Anna Cruz es sobre todo para enseñar lo que es tener personalidad, tener orgullo. Lo que es tener una capacidad de aguantar el dolor fuera de lo normal, porque solo ella sabe lo que lleva encima. Muy feliz por ella, porque es una mujer que se exige mucho, que a veces no termina de disfrutar de lo que hace. Ya lo he dicho muchas veces, la medalla más grande que tiene, es esto que hace”. Estas palabras salen de la boca de una de las personas que más cerca y mejor ha conocido en este último año a Anna Cruz, el entrenador del Barça CBS, Isaac Fernández
Las declaraciones de Isaac vienen tras la última gran actuación de la jugadora de Badalona, clave en el triunfo de las azulgranas ante Jairis. Cruz, con sus once puntos, seis asistencias y cinco rebotes, volvió a ser el faro del conjunto culé, que a falta de dos jornadas continúa en puestos de Playoffs. Algo muy meritorio y a tener muy en cuenta, para un equipo recién ascendido.
Anna lejos de echarse flores a sí misma, le quitaba hierro a su actuación personal y hacía hincapié en hablar del equipo: “Bueno, no soy nada de mirar números, no los suelo mirar nunca. Sí que es verdad que el equipo necesitaba un poco más de chispa, de demostrar que todavía estamos aquí, que vamos a seguir luchando y que queremos acabar la temporada con buenas sensaciones. Esta victoria ha sido importante para todas, para volvernos a sentir bien en la pista”.
Cruz, a sus 36 años, está viviendo con mucha ilusión su regreso al Barça veinte años después. Sus 6,4 puntos, 4,2 rebotes y 3,4 asistencias de medía son muy buenos números, pero no reflejan a la perfección todo lo que aporta Anna en pista. Eso a lo que solemos llamar intangibles. Una canasta en un momento crucial, un robo de balón en el momento oportuno… Ver a Anna, toda una ganadora de un anillo de la WNBA y de prácticamente todos los títulos posibles, lanzarse al suelo en busca de un balón, con las ganas de una debutante, tiene un mérito enorme. Eso es lo que ha hecho la base este curso.
Independientemente de lo que aporta la de Badalona en pista, tiene también mucha importancia su función como mentora fuera de ella, en las jóvenes del equipo. Jugadoras como Carolina Guerrero, Julia Rueda, Deva Bermejo o Lucía Navarro, están absorbiendo las lecciones y consejos de Anna, en su debut en la Liga Femenina Endesa, así como su ética de trabajo, que está siendo impecable.
Sin duda alguna, la temporada de Anna Cruz es para enseñar en las escuelas de formación. Un ejemplo de amor a este maravilloso deporte llamado baloncesto. Su llama sigue muy viva.
Redactor · Opinión · NBA · Liga Femenina
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