Desde Mickey McConnell ningún fichaje destacado ha brillado al nivel esperado
El equipo entrenado por Moncho Fernández presentaba este año a Eric Washington como fichaje estrella para dirigir el juego del equipo compostelano. El estadounidense con pasaporte de Malta estaba sufriendo las clásicas dificultades de adaptación a la Liga Endesa, pero su calidad y sus promedios de 11’2 puntos, 4 asistencias y 11’2 de valoración apuntaban a romper la mala racha que ha tenido las últimas temporadas el club gallego con sus fichajes estrellas para la posición de base. Con su salida se puede hablar ya de “maldición” en los jugadores que el Obra contrata para el puesto de director de juego titular.
En la temporada 16/17 el jugador más valorado de Monbus Obradoiro fue Mickey McConnell. El base de Arizona realizó una gran temporada con promedios de 11’2 puntos, 6’5 asistencias y 14’3 de valoración. Fue el jugador más utilizado por el Alquimista de Pontepedriña con 28:07 minutos por partido y dejó actuaciones para el recuerdo como sus 39 de valoración contra Herbalife Gran Canaria o los 35 contra Divina Joventut, sumando seis partidos de diez o más asistencias. McConnell es el único jugador del top 10 histórico de asistencias del Obra que solo ha jugado una temporada con los gallegos, ocupando el séptimo puesto con 189.
En verano de 2017 si fichó a Albert Sàbat, que no era un jugador que generase unas expectativas tan altas como fichajes posteriores, pero que venía de una gran temporada en la Penya con 9’8 puntos, 3’3 asistencias y 9’7 de valoración. Con los santiagueses mantuvo su media de asistencias el primer año y firmó su tope personal el segundo (4’4), pero su anotación no pasó de los 5’8 de la 17/18, en la que solo valoró 5’6 por partido, y en valoración su tope fueron los 7’5 créditos de media de la 18/19. En ningún momento hizo suyo el puesto de base titular, que compartió a partes casi iguales con Pepe Pozas, saliendo de inicio en 36 de los 77 partidos que jugó con Monbus Obradoiro.
Tras las dos temporadas de Sàbat, la contratación para el puesto de base titular fue la de un veterano como Earl Calloway. El base de Atlanta se dio a conocer en nuestro país con su fichaje por Cajasol de Sevilla, con los que se clasificó para la Copa dos temporadas y con los que llegó a la final de la Eurocup en 2011. Unicaja lo fichó para jugar liga y Euroliga, dando un buen rendimiento con un equipo del nivel de los malagueños durante dos temporadas. Llegó al Fontes do Sar siendo ya un jugador muy veterano y con un estado físico lejos del de sus mejores tiempos, que solo le permitió mostrar su calidad en contadas ocasiones. Solo superó la decena de valoración en 5 jornadas de las 17 que disputó, lesionándose antes de la interrupción de la liga por la pandemia.
La apuesta para la 20/21 fue Kartal Ozmizrak, un joven proyecto turco que ya había tenido minutos en Euroliga y un rendimiento prometedor en Eurocup. El otomano se lesión en pretemporada y lo que parecía que iba a ser un corto período fuera de las canchas se convirtió en una larga espera hasta su debut en la jornada 18. Su estreno fue muy notable con 16 puntos, 6 asistencias y 21 de valoración, pero resultó ser su mejor partido con diferencia y nunca demostró el potencial que se le presuponía. Esa misma temporada se fichó a mitad de curso a Antonios Koniaris, otro joven con pasado Euroliga, pero fue un visto y no visto, ya que solo jugó tres partidos se marchó por donde vino.
En 2021 llegaba Braydon Hobbs, base estadounidense que había desarrollado prácticamente toda su carrera en Alemania y también con pasado Euroliga. El jugador de Kentucky puede decirse que cumplió las expectativas a medias. Hobbs fue el auténtico termómetro del Obradoiro y sus buenos partidos eran sinónimo de victoria casi segura. Sus promedios en las doce victorias fueron brillantes, especialmente en asistencias: 8’3 puntos, 6’7 asistencias, 4’1 rebotes y 15’1 de valoración. El problema es que en los otros veinte partidos, todos ellos saldados con derrotas, se quedó en 6’6 puntos, 2’5 rebotes, 3’1 asistencias y 6’7 de valoración.
La temporada pasada se consiguió el fichaje más ilusionante de la historia de Monbus Obradoiro para el puesto de base y con el mejor historial de entre todos los jugadores que han pasado por equipo gallego. Llegaba Leo Westermann, internacional francés y con un largo historial en los mejores equipos de la Euroliga, lo que lo convertía en todo un lujo para un equipo del presupuesto del Obra. El francés sufrió problemas físicos y de adaptación al rol que se esperaba, quedándose en unas raquíticas medias de 6’7 puntos, 3’6 asistencias y 6’4 de valoración. Se le dio confianza, como demuestran sus 23 titularidades en 29 partidos, pero nunca rindió como se esperaría de un jugador son sus condiciones, talento e historial.
No preguntes que puede hacer el equipo por ti, pregunta que puedes hacer tú por el equipo.
