Leyma Básquet Coruña: Año I en el nirvana

El primer año siempre es muy especial. El debut en la ACB de un equipo es recordado por siempre, y con ello a todos los jugadores que formaron parte

Con la renovación de todo el staff técnico a la cabeza, rápido nos dimos cuenta que el club iba a optar por la vía de la continuidad, de seguir contando en un porcentaje destacable con quienes fueron capaces de ascender y de ganar la siempre exigente LEB Oro, ahora Primera FEB.

Plantilla de 13 jugadores, y hasta 8 renovaciones (más del 60%) para mantener a un equipo muy querido en la ciudad de A Coruña por razones obvias. Habrá quien piense que es arriesgado, que no sabemos si jugadores de talla LEB Oro hasta la fecha serán capaces de mantener el nivel en acb, otros estarán encantados en confiar que así sea sin ningún atisbo de dudas. La realidad es que esto solo lo decidirá el parqué, el que la pelota entre por el aro, como así ha sido desde siempre.

Para diseccionar la plantilla del Leyma Básquet Coruña vamos a comenzar entonces en sus cinco caras nuevas. La idea era la de fichar a jugadores lo más contrastado posible, que nos garantizasen aporte y conocimiento de la competición cuanto antes. Es un equipo novato, y la ACB es muy dura con los recién llegados, tienes que aprender rápido a competir, tienes que hacerte cuanto antes con victorias que luego serán muy necesarias para lograr la permanencia. Se intuye que buscarán claridad ofensiva desde el exterior, y capacidad de sacrificio para completar las demás tangibles en el interior, con el permiso de un Trey Thompkins que a buen seguro tendrá algo más de libertad en el rigor táctico.

Brandon Taylor es un base de 1.78 y 30 años, que se adentra en su segunda experiencia en ACB después jugar la temporada pasada con el BAXI Manresa. Con los catalanes, un equipo que realizó un gran baloncesto a lo largo de la campaña, y donde Taylor destacó con sus nueve puntos y más de tres asistencias de media por partido.

En el pasado ha jugado en China, y en Italia, donde aportó grandes números, sobre todo en el Reggio Emilia del 2021. En Francia también ha dado muestras de su cualidades, donde en el Le Mans del 2020 llegó a superar los quince puntos y siete asistencias de media. Un currante del parqué, como nos hace pensar cuando tuvo que jugar en ligas como la húngara y la rumana para hacerse un sitio en el siempre competitivo baloncesto europeo.

Nacido al oeste de Hollywood, el base ofrecerá, además de su notable experiencia, capacidad de dirección, buscando el pase apropiado hacia la canasta, añadiendo el hecho de que se sabe generar sus propias canastas desde un gran control de la pelota y su rapidez de movimientos, necesaria dada su estatura que le obligará a buscar soluciones ante rivales más corpulentos que él en su posición.

Phil Scrubb es un escolta que puede ayudar en el puesto de base. Mide 1.94 y tiene 31 años. Es canadiense, exactamente de la maravillosa ciudad de Vancouver, aunque con pasaporte del Reino Unido, el jugador ocupará plaza de comunitario.

Proviene del Bahcesehir turco, donde Scrubb manejó medias de 11 puntos por partido, tanto en la liga domestica como en la FIBA Cup. Antes jugó en la ACB, para eso está aquí, para que se sepa manejar en la competición desde el primer bote, y para ello le avalan sus tres temporadas de experiencia, la primera con el Movistar Estudiantes, y después dos temporadas más con el Monbus Obradoiro, siempre manejando unas medias en torno a los 10 tantos, cifras que esperaremos de él en su nueva aventura naranja.

Los puntos fuertes de Phil son sobre todo el tiro exterior, manejará buenos porcentajes desde el triple demostrando su capacidad para anotar tanto en situaciones de catch & shoot como en tiros tras bote o bloqueo directo, y con el hecho de que no necesita amasar demasiado el balón para poder anotar. Si lanzar es lo suyo, no lo es tanto forzar en penetración. Tiene buen bote, pero le cuesta más hacer daño en la pintura, se siente infinitamente más cómodo desde el lanzamiento.

Es un gran asistente, mueve el balón con inteligencia si se ve superado en defensa, esto nos puede dar a entender que puede jugar de base, aunque su posición natural, y donde más daño hará con su visión organizativa será jugando de escolta, dando apoyo al control del balón junto a otro manejador.

En defensa tenemos un poco de todo. En lado fuerte muestra anticipación, su buen tren inferior le permite cubrir a su par y acudir a ayudas de forma notable. En cambio, en el lado débil se le ve más dubitativo, con problemas para avanzar en bloqueos ciegos y puertas atrás.

Lionel Jr. Figueroa, “LJ”, es un alero de 1.98 y 26 años. Nacido en Massachusetts, por sus venas corre la sangre de cristo, por lo que también dispone de pasaporte dominicano, país donde es internacional desde categorías inferiores, por lo tanto, disfrutará en la ACB de su condición cotonú y no ocupará plaza de extracomunitario.

Formado enteramente en Estados Unidos ha intentado hacerse un camino hacia la NBA, hasta el momento sin éxito, fogueándose en la G-League, donde jugó en los equipos vinculados de los Warriors y los Angeles Lakers. La temporada pasada dio el salto a Europa, al siempre interesante proyecto del Ratiopharm Ulm, y cumplió sobradamente su cometido, aportando más de 12 puntos y casi 4 rebotes en la EuroCup.

A Figueroa le va la marcha, el contacto, el elevar al límite la jugada. Es polivalente, su mezcla de altura y físico le permite jugar tanto de dos, como de tres, y en este baloncesto cada vez más poliedro, se podría atrever a jugar hasta de falso cuatro, sus condiciones atléticas así se lo permiten.

Tira bien en parado, donde maneja buenos porcentajes, aunque donde disfruta es en la transición, en el amague y culminar con potentes entradas a canasta. Esta llamado a ser muy querido por el Coliseum. Para ello tendrá que “templar gaitas”, jugar con inteligencia, arrastrar a sus defensores y no forzar, saber doblar el balón para una jugada más efectiva.

Cierto que la ACB no es la liga alemana, que aquí tendrá que dar un paso más en su crecimiento, pero su gran temporada pasada en la EuroCup le da cimientos suficientes para lograrlo.

Trey Thompkins, 2.08 y 34 años. Un ala-pívot con mano de seda, que si ha olvidado sus lesiones podrá ser el absoluto referente de este proyecto. El estadounidense viene de jugar muy poco con el Estrella Roja la pasada temporada, así que tiene una buena oportunidad en A Coruña para volver a disfrutar de la sensación del juego.

Fue santo y seña del Real Madrid durante 7 temporadas, donde la ganó todo, y tocó la mayor de las glorias cuando una acción suya certificó la EuroLeague del 2018 en Belgrado. Vestido de blanco siempre rondó los 11/12 puntos y 4 rebotes por partido.

Nacido en New York, Trey maneja ese talento de los parques y canchas de cemento, ese baloncesto natural que ni se entrena, simplemente está. Puede ocupar las posiciones de 4 y de 5. Tiene un enorme talento ofensivo pudiendo jugar de cara o de espaldas al aro. Saca ventajas en situaciones de bloqueo directo en continuaciones cortas para tiros de media distancia o abriéndose para tirar desde el triple donde lanza con notable acierto, sobre todo abriendo la cancha hacía las esquinas. En el poste bajo suele buscar con rapidez girarse sobre sí mismo y hacer el fade-away. No se complica.

“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, esta mítica frase ha sido un mantra en toda la carrera de Trey. Es tal su talento que a veces no ha sido todo lo responsable que debía haber sido. En el Madrid lo gestionaban bien porque con una plantilla tan amplia sabían meterle en cintura para que el jugador estuviera en su mejor pico anual cuando realmente les hacía falta, de la copa del Rey en adelante, pero en A Coruña esto no será suficiente, necesitan a un gran Trey Thompkins y el mayor tiempo posible de la temporada. Viene de una casi en blanco, 34 años, … situaciones a gestionar por parte de los entrenadores para disfrutar de la mejor versión del interior.

Augusto Lima, “Gus”, cupo, 2.10 y 32 años. Nacido en Rio de Janeiro y amamantado en Málaga, el pívot ofrecerá al Leyma Básquet esas tangibles tan importantes en el baloncesto como el rebote y el sacrificio defensivo. Experiencia y capacidades tiene sobradas para ello.

Lleva peleando en las pinturas tanto nacionales como internacionales desde 2009. Hasta que hace dos temporadas volvió a su segunda casa, a Málaga, donde fue participe, a pesar de sus dolencias, de los éxitos del Unicaja, con una copa y una Champions League por el camino.

En un jugador donde destacará su defensa, en ataque veremos sus movimientos felinos recibiendo en movimiento cara al aro, y se maneja de espaldas, sacando de cuando en vez un gancho con la derecha, como segunda opción. Con dificultades para generarse sus propios lanzamientos, vivirá del oportunismo y de la brega.

Con la brega entramos en el hábitat de Lima, en su zona de confort. Tiene una muy buena mezcla de altura, físico y atleticidad, que le permite ayudar mucho en el rebote, fijando el defensivo, y oportunista en el ofensivo. Cualidades que le permite ser intenso en la defensa de los interiores, aunque le costará correr ante rivales con mayor polivalencia.

Diseccionados los fichajes, a partir de aquí depositamos toda la atención en la base del equipo, que es la continuidad de hasta ocho jugadores, ocho héroes que lograron el ascenso a la ACB, y que ahora en un tiempo récord tendrán que aclimatarse a ella. Cuanto antes lo logren mejor le ira al equipo en una competición que no deja mucho margen al error.

Ingus Jakovics, base, 1.86 y 31 años, viene de realizar una excelente temporada pasada, de ser un referente desde la dirección, no ya en el equipo, si no en toda la LEB Oro. Se ha ganado el derecho a tener su oportunidad en la ACB, y el club tiene mucha fe en que realizará una gran campaña, ya la tercera en A Coruña.

El año pasado aportó unas medias de 12.5 puntos y 5.5 asistencias por partido. Es un jugador con experiencia en primeras divisiones, con equipos como el Varese y el Limoges, entre otros.

Conoce el juego, puede actuar tanto de base como de escolta, dada tanto su facilidad para dirigir como para atacar el aro, sintiéndose muy cómodo tras bloqueos recibir y tirar con acierto, y cuando encuentra el camino al aro no rehúye de entrar a canasta con decisión. En defensa destaca por su buen nivel, siempre pegajoso a su par y ofreciendo buenas ayudas.

Álex Hernández, base, 1.89 y 34 años, es el jugador que todo equipo necesita tener. De inicio todo apunta que será el tercer base, y que tendrá que estar preparado para todo lo necesario en los minutos que le den, y a buen seguro que Álex lo hará a la perfección.

Es el prototipo de base puro, tiene una gran experiencia en ACB, jugó sus primeros minutos en la élite con el Barcelona y luego estuvo seis temporadas en el Manresa, con un rol de entidad en todas ellas, por lo que sabe, a lo mejor el que más, a lo que el equipo se va a enfrentar.

Gran director, siempre pensado en la jugada, en el compañero, en lo que le pide el entrenador, y si le dejan anotar lo hará con efectividad. Viene de recuperarse de una lesión ya totalmente olvidada, y la temporada pasada, está será su cuarta de naranja, aportó unas medias de 2.4 puntos y 1.8 asistencias.

Yunio Barrueta, escolta/alero, 1.98 y 31 años. Nacido en Miami, cubano de corazón y sangre. Es uno de los factor X de este equipo. La suerte de este proyecto tendrá un barómetro en la capacidad de Yunio para ser él mismo en la máxima competición. Si lo logra el Leyma Coruña tendrá un plus con él.
Es tirador, un anotador.

El año pasado aportó 14.0 puntos y 4.7 rebotes. Excepto en su primera temporada como profesional en Bélgica, siempre ha jugado en segundas divisiones. Ahora es su momento.

Yunio tiene madera de líder, la temporada pasada, su segunda en la ciudad herculina, lo fue. Destaca por su lanzamiento de tres, pero también por su fortaleza que le permite ayudar en el rebote y postear a su par si así es preciso. No le tiembla la mano cuando el balón más quema. Tendrá que ser duro, en ACB se enfrentará a jugadores bastante más altos que él en su posición.

Olle Lundqvist, sueco, 2.01, alero, 24 años. Tiene una proyección tremenda, una oportunidad excelente para enfrentarse a los mejores. El año pasado, en su segunda temporada de naranja, aportó unas medias de 10.1 puntos y 3.1 rebotes.

Desde que llegó a España desde Suecia en 2019, siempre ha jugado en LEB Oro, creciendo cada temporada hasta convertirse en un alero muy notable, ofreciendo enormes dosis de garra, calidad, entrega y compromiso con la camiseta que defiende.

El gran aval de Olle es su inteligencia, su conocimiento del juego, sabe jugar al baloncesto. Tiene muy buenos fundamentos técnicos y se mueve muy bien en la pista, tanto con balón como sin él. Es muy fiable en el tiro, tanto de dos como de tres.

Aleix Font, 1.94, 26 años, escolta, “el del bombo”. Totalmente integrado, y eso es necesario. Talento tiene todo el del mundo, y esa seguridad nacida desde la confianza es en la que tiene posarse el jugador en su vuelta a la ACB.

Criado en las categorías inferiores del Barcelona, disputó la máxima competición desde muy joven con los blaugranas, Monbus Obradoiro y Zaragoza. Dio un paso atrás, en A Coruña, para coger impulso y aquí estamos de nuevo.

La temporada pasada aportó unas medias de 9.0 puntos y 1.7 rebotes por partido. Cuando él juega bien, cuando él anota, el equipo lo agradece, y en ACB será así más todavía, para dar profundidad al juego exterior.

Es un gran anotador, sus armas favoritas son la de lanzar con posición a dos pies, y luego haciendo daño desde su verticalidad y movilidad hacia el aro, donde ejecuta con fundamento y fuerza personales. En defensa tendrá que mejorar un punto, la ACB es más exigente y será una asignatura para todos, no solo para él, y la de cuidar la posesión cuando pase el balón por él. Hay que cometer las menores pérdidas posibles.

Para el juego más cerca del aro, el conjunto herculino seguirá contando con la aportación de hasta tres jugadores.

Beqa Burjanadze, ala-pívot, 2.01, 30 años, natural de Tbilisi. No podemos decir que el georgiano no sea hombre de palabra. Volvió la temporada pasada, prometió que ayudaría con su fuerza, talento y experiencia para llevar al Leyma a lo más alto, y así ha sido.

Pues como siempre que juega en ACB, donde tiene mucha experiencia, ocho temporadas, con Real Betis, Andorra, Gipuzkoa, y Gran Canaria, Beqa tendrá que buscar su zona en la cancha. Algo bajo para ser un cuatro, algo lento para ser un tres, da igual, Beqa juega y cumple.

Es un jugador muy físico y a la vez con muy buena mano, sutil por veces en sus lanzamientos. Esa mezcla le hace especial. Se maneja bien en la media distancia, en buscar el choque, faltas, y ayudará en el rebote. Tendrá que elevar su velocidad para la defensa. El año pasado aportó 9.2 puntos y 4.9 rebotes, pero lo que realmente aportó, y mucho más cuando serenó sus ansias de hacer el bien, es el liderazgo para hacer creer al grupo que eran capaces de cualquier cosa.

Goran Huskic, pívot, 2.10, 32 años. El serbio vuelve a la ACB, donde en el pasado estuvo seis temporadas, con Gipuzkoa, Burgos y Bilbao. Su calidad técnica, su inteligencia y lectura de juego le han convertido en un jugador diferencial. Su capacidad para el pase, para generar, para casi ser el segundo base en pista, o el primero, le convierten en algo especial, en algo diferente, en alguien donde la libreta del entrenador tendrá que sacarle su mayor jugo.

Con 11.1 puntos, 5.8 rebotes y 3.7 asistencias, fue uno de los mejores jugadores del Leyma en particular, y de la LEB Oro en general, la temporada pasada.

El serbio tendrá que hacerse de nuevo a jugar en la ACB, donde le obligarán a moverse más rápido, a ser más sereno en la adversidad, a ser más duro ante el rival. La posición de cinco no es sencilla, y él por su características tendrá que derrochar más esfuerzo y “cierta dosis” de mala leche controlada. Calidad e inteligencia no le faltarán para cumplir con su cometido.

Atou Diagne, pívot, 2.15, 25 años, cupo. El de Dakar será por cuarto año consecutivo la torre del equipo. Será un jugador importante, de los que son necesarios que encuentren su rol y sea importante en los minutos que esté en pista.

Sobre el papel, aunque habrá que ver las vicisitudes de la temporada será el quinto pívot, pero Atou será fundamental en el cierre en rebote, en el aporte físico cerca del aro, en la defensa, en la intimidación. En ataque culminará lo que este cerca del aro. El año pasado aportó 7.4 puntos y 4.4 rebotes.

Formado en el Barcelona tiene su gran oportunidad para dar el salto en su juego y en el impacto que pueda dar en la máxima competición, donde en el pasado ya jugó con la camiseta blaugrana.

Total
0
Shares
Deja una respuesta
Artículo Anterior

El Partizan también quiere a Davis Bertans

Siguiente Artículo

Omer Yurtseven le pide unos días de espera al Panathinaikos

Artículos Relacionados
Artículos Relacionados