Golden State suma 72 triunfos en San Antonio y batirá el récord si gana a Memphis. Los Warriors de Stephen Curry ya están a la altura de los Bulls de Michael Jordan. Lo consiguieron a lo grande, en San Antonio, con una extraordinaria victoria (86-92) frente a uno de los equipos más exigentes de la competición, los Spurs. La escuadra tejana había ganado todos sus partidos en casa esta temporada, 39, y en el ATT Center de San Antonio sumaba 48 sin perder en temporada regular
Los Warriors, que tan solo 24 horas habían ganado por los pelos en Memphis, sumaron así 72 victorias esta temporada e igualaron el récord establecido por los Bulls en la temporada 1995-1996. Tendrán ocasión de batirlo el miércoles, en la última jornada, en la que se medirán de nuevo a Memphis, pero al amparo de su público, en el Oracle Arena de Oakland.
La proeza de los Warriors se define por su esplendoroso juego, la suma de sus talentos individuales y su arsenal de recursos tácticos. Su eficacia que les ha procurado tal número de victorias que les han permitido igualar y posiblemente superar un récord de un equipo legendario, que se pensaba de imposible consecución. Muchas voces autorizadas consideraban poco menos que imposible alcanzar la plusmarca de aquellos Bulls de Michael Jordan, Pippen, Kukoc, Rodman, Harper, Longley y Kerr, el entrenador que ahora dirige precisamente a los Warriors. Los precedentes de los duelos entre los Warriors y los Spurs en San Antonio, eran concluyentes en la liga regular: 33 victorias para el equipo local. El último triunfo de Golden State en la cancha tejana se remontaba, siempre hablando de la temporada regular, al 14 de febrero de 1997.
Pero nada frenó a los Warriors. Los Spurs, pese a las importantes bajas de Duncan y Diaw, empezaron el partido a su estilo, con una labor defensiva agobiante para su rival, que llegó a ceder una desventaja de nueve puntos. Pero el equipo de Steve Kerr les respondió con la misma moneda. El primer tiempo acabó con un marcador paupérrimo, empate a 35 y con un ínfimo 28% de acierto en tiros de campo de los Spurs. Curry sumó pronto dos faltas personales y Draymond Green, una técnica. Los Warriors estaban por la labor, se arremangaron en defensa y esperaron su momento.
Aceleraron cuando lo hizo Stephen Curry, que entró en ignición en el tercer cuarto, con 15 puntos, y hasta un triple desde su propia cancha que no valió pero que ratificó que había recobrado la inspiración. Se fue hasta los 37 puntos con 4 triples y varias canastas de fantasía. El equipo al completo siguió su estela. Klay Thompson sumó 14 puntos y 6 asistencias y Draymond Green, 11 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias.
Popovich utilizó un equipo de bajitos al principio, luego recurrió al gigante Marjanovic, que por momentos formó una pareja de torres con Aldridge. Pero la defensa de los Spurs no pudo contener a Curry en la segunda parte y no bastaron los 24 puntos y 10 rebotes de Aldridge y los 20 puntos y 13 rebotes de Kawhi Leonard. Parker, Green, Ginóbili o West no acabaron de tomarle el aire al juego y no pudieron con la actividad defensiva de los Warriors, que llegaron a acumular 11 puntos de renta y los administraron con solvencia en los minutos finales.
Fuente: elpais.com / Photo NBA Media
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