Los Warriors le han dado una soberana paliza a Cleveland (110-77) en el segundo de la serie final. En las 28 finales donde el equipo con ventaja campo comienza con un (2-0), en 25 termina ganando. Los Warriors un poco más cerca del título
Golden State no tuvo piedad y le dio una paliza a Cleveland en el segundo partido de las finales NBA. Los Warriors fueron contundentes, aplastaron, dominaron a partir del segundo cuarto y con una exhibición exquisita demolieron a los Cavs por 110-77 para poner la serie 2 a 0. Sin dudas hoy no hubo equivalencias entre los dos equipos, la paridad tardó un par de minutos en romperse pero en cuanto el local pudo imponer su estilo la brecha no dejó de abrirse.
Draymond Green tuvo una noche estelar y fue la máxima figura de la jornada después de anotar 28 puntos y añadir 7 rebotes y 5 asistencias. El dúo compuesto por Stephen Curry y Klay Thompson escoltó a Green con 18 y 17 tantos respectivamente. Lo notorio de los Warriors es que pusieron de rodillas a unos Cavaliers frustrados, que nunca tuvieron forma de recuperarse y donde el partido de LeBron James (19 unidades, 8 rebotes y 9 asistencias) pasó a ser discreto.
De hecho ningún jugador de los Cavs supo imprimir peligrosidad en Golden State. Los de Steve Kerr no tuvieron un primer parcial con todas las luces y de hecho arrancaron perdiendo por 21-19. Sin embargo cuatro tapones de Andrew Bogut empezaron a marcar el rumbo, el campeón defensor no pasó al frente durante aquel parcial inicial pero dio claras muestras de mejoría.
En el segundo capítulo la historia se desequilibró más, gracias a un muy activo Thompson pero con un Green decididamente descomunal que ya llevaba 18 tantos para dejar a Golden State con ventaja de doce tantos (42-30). Curry se encargó de tomar las riendas del juego en ese momento, junto a Thompson y a una terrible defensa de Iguodala que secó a Cleveland. La diferencia llegó a ser de quince (52-37), aunque Cleveland se fue al descanso largo con un mejor perfil y en los últimos minutos se aproximó un poco más: 52-44 y distancia de ocho tantos.
El tercer periodo terminó de inclinar la balanza para los Warriors, desde el tridente Green-Curry-Thompson junto a la férrea labor de Iguodala. La defensa y el orden del dueño de casa empezaron a pinchar poco a poco el encuentro, en una brecha que se amplió a veinte (82-62) al finalizar el cuarto. El parcial de 30 a 18 terminó de desmoronar a un Cleveland muy confundido.
Y en el último cuarto la intensidad no bajó, porque independientemente de que Golden State aguantó la diferencia también se dio el lujo de alternar y poner a sus relevos en cancha. Sin las máximas figuras las distancias no se recortaron, demostrando la clara superioridad de unos Warriors contundentes que se encaminaron a un triunfo de 110-77 sin sufrir ningún sobresalto ni contratiempo. La brecha prácticamente abismal de 33 puntos puede significar un durísimo golpe para los Cavs, quienes deberán corregir muchas cosas de cara al partido del próximo miércoles.
Por basquetplus.com / Photo NBA Media
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