1984, diciembre. En el Torneo de Navidad del Real Madrid, Sabonis rompe un tablero (“¡Qué lo pague, que lo pague”, grita el público). Y en EE.UU., tras 23 jornadas, los Bulls del rookie Michael Jordan (MJ) suman 13 triunfos y 9 derrotas cuando su balance del año previo era 8-14. En Madrid bulle la movida y sonríen adolescentes como Quique Ruiz Paz, que brilla en el Canoe junior. Él nos acompaña hoy en este viaje
Tras una camiseta roja con letras redondas diciendo “Chicago”, Jordan, con pantalón corto y muñequera blanca en el antebrazo izquierdo, juega a veces con rodillera negra en la pierna izquierda. Tanto volar exige cuidados. Aparte de mates, empieza a enseñar el resto de SUS virtudes: bandejas, contras, respetable tiro de media distancia… “Sport Illustrated”, una de las revistas deportivas norteamericanas más importantes, vuelve a darle la portada de diciembre, tras dedicársela meses antes a Magic Johnson. La corte de estrellas aumenta.
En esta NBA 1984-1985 sobresalen Larry Bird, Bernard King, Moses Malone, Isiah Thomas o Dominique Wilkins, ese alero de salto bestial que vive su tercer año profesional en Atlanta, promediando seis puntos más que en la temporada previa, al pasar de 21,6 p. a 27,4 p. Ante todos ellos, el nuevo icono de los Bulls ya asombra. Y Nike, feliz. Jordan, que en la universidad vestía Converse, no vuela, levita pero meterla hacia abajo vale tanto como la suspensión más chusca. Eso sí, en las fotos queda mejor un vuelo con la lengua fuera.
Durante la segunda semana de diciembre, Chicago naufraga. Pierden cinco encuentros seguidos en solo ocho días. Se avecina la Navidad y llueve mucho. El 20 de diciembre, tras la mala racha, llega un partido épico. Se miden los dos jugadores espectaculares: Dominique y Michael. En la recién nacida ACB, arranca la liga mientras todavía se comentan los 54 puntos metidos por Epi al Joventut en febrero, tras dos prórrogas. Por otro lado, Quique Ruiz Paz cuenta los días para ser mayor de edad y cumplir los 18 años el 30 de enero de 1985.
En el Chicago-Atlanta del 20 de diciembre del 84, en Nueva Orleans, los Bulls salen desatados. Meten 32 puntos en el primer cuarto. El equipo que lidera Dominique Wilkins (tres años mayor que Jordan) se rehace. Wilkins tiene mal día y toma el relevo ofensivo un Doc Rivers imparable, que desde el puesto de base no se cansa de anotar ni de repartir balones al gigantón Tree Rollins (2,16 m.). En frente, Jordan va ganando su paricular duelo.
Al habla Quique Ruiz Paz.
Antes de llegar al Real Madrid de 1986-1987, Quique Ruiz Paz destaca en el Canoe, club importante a nivel de cantera durante esos años en el circuito madrileño, como prueba que el año previo jugase allí un Quique Villalobos de 18 años. Así recuerda este base de 1,83 m., rápido y fuerte, su etapa allí en 1984-1985.
“Yo era jugador junior y ese año tuve el honor de ser entrenado por Tirso Lorente, una persona muy especial para mí. Compatibilizaba la categoría junior con el primer equipo del Canoe, que militaba en la Primera División B (LEB actualmente). Fue un año importante, llegando a la Selección Junior Española y además, contra pronóstico, nos clasificamos con el Canoe para el campeonato de España de Bilbao Junior. La visión de la NBA de entonces, en mi caso, se reducía a los videos que se proyectaban en el mítico Pub Rebote, en Madrid. Siempre llegaban videos de la NBA y entre coca cola y charla, podíamos ver los resúmenes. Solían ser enfrentamientos entre Magic Johnson y Larry Bird”, detalla Quique Ruiz Paz.
Quique Ruiz Paz comparte cancha y vestuario en ese junior con Francisco Javier Barranco, Juan Carlos García Ballesteros, Sanriago Fernández Arévalo, Miguel Cuenca, Jesús Madroñal, José Luis Bernal Zúñiga, José María Cercos, Raul Valiño y Cándido J. Martínez, con el citado Lorente como entrenador (luego llevó durante 20 años la cantera del real Madrid). Más los delegados Guillermo Rodriguez y Jorge Osuna. Así lo detalla la foto que publica la web “Clasicosdelbasketmusic.blogspot.com” (Fila de abajo, Quique, tercero desde la izquierda).
Volvamos a esa NBA. En la temporada previa, con un viejo conocido de la posterior ACB jugando por dentro, un Wallace Bryant de 24 añitos, el balance de Chicago tras 22 jornadas es de solo de 8 victorias y ahora unos Bulls bastante mejores buscan una Navidad tranquila superando a los Hawks. Al descanso, 57-52 para los de Wilkins. Tras un cuarto para cada equipo, reina el intercambio de canastas. Nadie se escapa en el marcador.
En el banco de los Hawks, por cierto, hay un elegante pívot, Rickey Brown, un primera ronda que se cansa de mirar sin jugar hasta el punto de que meses después comienza en Italia una notable carrera en Europa, con paso por Caja de Ronda (1988-1990), Real Madrid (1991-1993), Festina Andorra (1994-1995) y Taugrés Baskonia (1995-1996). En el Chicago – Atlanta se llega a la primera prórroga. Acaba con un parcial de 16 – 16. Toca otra.
Y tras mucha intriga, Jordan le gana el primer pulso a Dominique. Chicago 132 – Atlanta 129. En total, MJ disputa 41 minutos para 34 puntos (12 de 22 en tiros de dos y 10 de 16 en los libres), más 8 rebotes, 7 asistencias, 5 robos, 1 tapón y 7 balones perdidos. Wilkins, por su parte, acaba con 48 min en el parqué para 26 puntos (11 de 27 + 4 de 6 y un triple fallado), 7 reb., 4 as., 2 rob., 3 tap y 2 per.
Hablando de comparativas, Quique, luego playmaker de clubes como Real Madrid (1986-1987), Bancobao Villalba (1987-1988), BBV Villalba (1988-1990), Atlético de Madrid Villalba (1990-1991), Estudiantes (parte de 1991-1992), Ferrys Llíria (el resto de 1991-1992), CB Canarias (1992-1993) y Juventud Alcalá (1993-1994), nos cuenta qué compañeros estadounidenses tuvo que le recordasen el nivel NBA,
Quique Ruiz Paz: “Recuerdo a Walter Berry (Atlético de Madrid Villalba, 1990-1991), uno de esos jugadores que tienen un talento extraordinario, sobre todo talento ofensivo. Fue uno de los descartes de la selección USA para la Olimpiada de Los Angeles, en 1984. Era un pívot no muy alto ni con muchos kilos pero con una elasticidad y unas condiciones físicas tremendas que le permitían junto con su técnica y su socarronería, ‘reirse’ de los rivales”. Ojo, Berry firmó 20 puntos y diez rebotes de promedio en la NCAA con St Johns antes de tres años y pico en la NBA para luego convertirse en trotamundos bien pagado .
“También citaría a Larry Spriggs, un tipo espectacular, con quien coincidí en el Real Madrid de 1986-1987. Era un escolta de dos metros con una visión de pase espectacular y una potencia física fuera de lo normal. Llegó a Madrid a un equipo que sangraba por la marcha de Fernando Martín y Antonio Martín a USA… no era el momento ni seguramente el equipo pero es lo más NBA que he conocido en americanos/españoles”, apunta Quique
Saltemos el Atlántico otra vez. El 22 de diciembre, los Bulls sonríen de nuevo. Rebasan a los poderosos Celtics, dominando por completo hasta un 110-85. Los verdes solo han caído antes cuatro veces, lo que revaloriza el éxito de los rojos, muy brillantes en defensa. Jordan mete 32 puntos, caza 12 rebotes y suma 8 pases de canasta, rozando el triple doble en solo 35 minutos. Son números que retratan un gran rendimiento, más considerando el talento de la franquicia rival y el hecho de que Michael promedia 25 puntos. No olvidemos que los Celtics vienen de ganar el anillo de 1984, dando pie a calendarios y todo tipo de marketing con Larry Bird como emergente reclamo, algo que intentaban hacer en Portland con Sam Bowie, número uno del draft que, entre dudas y problemas físicos, no respondía a las enormes expectativas creadas. ¿Cuántos millones de veces se habrán arrepentido aquellos directivos de los Blazsers tras no elegir a MJ antes que a Bowie en aquel verano?
En esa época de mediados de los años 80, Ruiz Paz revela como era la convivencia entre jugadores de aquí y foráneos: “Siempre me he considerado un privilegiado por poder disfrutar del baloncesto a este nivel, y por estar en dinámica de selección de Madrid, Junior Española y Sub 23 Española, de jugar Copa de Europa (que viejuno suena, jajaja) con el Real Madrid y Estudiantes… En cuanto a la relación con los americanos, era cercana, al ser uno más del equipo. En la inmensa mayoría había una cercanía de equipo más allá del vestuario, cenas, cervezas… y era maravilloso. No existía la parte lesiva de la falta de intimidad que hoy conllevan los móviles ni las redes sociales. Y como homenaje, me gustaría nombrar (confío no dejarme ninguno) a ‘mis americanos’: Brad Branson, el citado Spriggs, Rory White, Winfred King, Lance Berwald, Todd Murphy, Mike Schlegel, el ya dicho Berry, Shelton Jones, Howard Wright, Pinoso Pinone, Ricky Winslow, Kevin Holmes, Wayne Sapleton, Tom Sheehey y Jerome Mincy”, concluye Quique.
Y hablando de concluir, ojo a la entrega siguiente de esta tanda de reportajes porque hablaremos del primer partido mítico del Michael Jordan profesional, una noche generadora de una maldición que duró mucho y que arrancó 35 años antes de que la ESPN estrenase ese recomendable documental llamado “The Last Dance”, inspiración de este viaje por la carrera de Jordan y nuestro baloncesto llamado “Del primer al último baile”.
Por Xabier Sanmartin Cuevas, periodista autor del libro Aquellos Maravillosos Aros [63 reportajes sobre grandes protagonistas del baloncesto de los años 80 y 90 de ACB, NBA…] https://libros.com/comprar/aquellos-maravillosos-aros/
Redactor · Artículos de opinión
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