El entrenador del Rio Natura Monbus Obradoiro, Moncho Fernández, cumplió el pasado sábado su partido número 200 en la Liga Endesa en el encuentro que enfrentó a su equipo con el Iberostar Tenerife
El técnico compostelano asegura que no es “nada demasiado diferente a cumplir 190 o 201. Lo que sí se siente es la fortuna de estar entrenando en ACB y de que este proyecto, el equipo y el club, haya tenido continuidad y haber conseguido hasta ahora todos los retos que nos hemos marcado. Durante todo este camino ha habido días fantásticos (partido de playoffs, partido de Copa del Rey…) y haberlos vivido, además de cumplir 200, en el Obradoiro es especial por todo lo que significa para mí y para los míos”.
Para Moncho Fernández el Rio Natura Monbus Obradoiro, en el que lleva siete temporadas y con el que ha ido “creciendo y madurando al lado del equipo”, es más que un club de baloncesto: “Es el equipo de mi ciudad, es el equipo que quieren mis amigos, el equipo que quiere mi familia. Cuando a tu profesión se une tu pasión logicamente hace que sea más especial todavía”.
Fue en una pista al aire libre, en la Escuela de Hostelería de Lamas de Abade en su ciudad natal (Santiago de Compostela), muy cerca del pabellón en el que se juega hoy en día, donde Moncho sintió por primera vez qué significa ser entrenador y dirigir a un grupo de jóvenes a jugar a ese deporte que tanto le gusta.
“Ese fue mi primer partido como entrenador – explica –. Tenía 17 años y recuerdo estar nervioso, como lo sigo estando a día de hoy. Recuerdo que hacía muy buen día y hacía sol. Me sentí muy feliz porque estaba viviendo una sensación que desconocía hasta ese momento. Tras haber entrenado un mes con aquellos chicos (a los que les llevaba dos años y hoy en día son grandes amigos y forman parte de mi pandilla) allí estaba con ellos, viviendo aquello. Lo recuerdo como un momento muy especial y ese día supe que quería hacer aquello más veces, que me sentía bien haciéndolo”.
Conseguir llegar a donde está actualmente significó tiempo y dedicación. “¿Cómo iba a pensar en aquel momento que iba a llegar a donde estoy ahora? Apenas era un adolescente acabando COU, me preocupaba más la selectividad que cualquier otra cosa. Pero en mi plan de vida si que estaba ser entrenador, de la categoría que fuera y con los jugadores que fueran. Jamás pensé que podría ocurrir esto. Lo que he intentado siempre es disfrutar del presente y las cosas han ido llegando”.
Moncho dirigió su primer partido de baloncesto en Liga ACB hace poco más de 7 años. Debutó un 11 de octubre de 2009 como primer entrenador del CB Murcia, enfrentándose al Caja Laboral: “Cuando ocurre algo por primera vez, como este debut, eres feliz, pero aquella felicidad me duró muy poco porque fue una derrota fea y no tuvimos opción de ganar el partido. Quizás recuerdo con especial felicidad, aparte de ese 11 de octubre, cuando debuté en Gijón como entrenador ayudante de Moncho López en ACB y derrotamos a Gran Canaria. Tenía 31 años y era como ‘¿Qué hago aquí sentado?’. Fue un momento de muchísima felicidad”.
Fue poco tiempo después de irse de Murcia, en el 2010, cuando Moncho fue escogido para liderar la vuelta del equipo santiagués, el Blusens Monbus en aquel entonces, a la élite del baloncesto español, convirtiéndose en el entrenador principal, hasta la actualidad. Con aquel Blusens Monbus ascendió a la Liga Endesa tras ganar la Copa Príncipe y finalizar en 2ª posición en LEB Oro. Durante su carrera, Moncho Fernández ha dirigido 11 partidos con el CB Murcia y nada más y nada menos que 189 encuentros sentado en el banquillo santiagués.
Poco más de siete años le ha llevado al técnico compostelano alcanzar su segundo centenario, un camino que, asegura, “tiene mucho que ver con aprovechar y vivir el presente. Al final ese camino de siete años empieza con un paso y, el primer paso, es el primer entrenamiento y siempre hay algo que hacer, ganes o pierdas. El deporte lo bueno que tiene es que siempre hay un día después y lo que hay que hacer es no pararse. No solo es tu trabajo, también tu vida y el tiempo va pasando y las experiencias que vives hay que disfrutarlas. Hay que aprender de las buenas y de las malas pero cada día, dando gracias por poder dedicarme a aquello que más me gusta y con un mantra que me acompaña desde siempre que dice que ‘sino mejoras, empeoras’. Y esa es mi bandera”.
Moncho alcanzó los 200 partidos y lo hace con el equipo de su ciudad, del lugar en el que nació y creció. Desde aquel día en la pista de Lamas de Abade hasta hoy han pasado muchos meses dedicados casi de manera exclusiva al baloncesto, semanas de partidos en casa y viajes, días de conversaciones y reuniones con sus compañeros del cuerpo técnico y charlas con el equipo, horas de entrenamientos y, por estadística pura, 800 minutos en pista de constantes ánimos, apoyo, gritos, correcciones, euforia, enfados y también felicidad. ¿La clave como entrenador? “Disfrutar, porque si realmente tienes pasión ésta te va a llevar a donde quieras. Disfrutar del camino, pasarlo bien, divertirse. Hay que hacerlo porque te gusta, porque te lo pasas bien, porque te diviertes y, al final, el baloncesto te da muchas cosas siempre a cambio. Todo ese trabajo y dedicación te da alegrías, te da amigos, te hace vivir y te hace sentir vivo. Creo que es lo mejor que tiene el baloncesto”.
Nota de prensa Obradoiro CAB
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