Golden State Warriors o Boston Celtics. De esos dos equipos saldrá el campeón de la 76ª temporada de la NBA cuya final al mejor de siete partidos comenzará el próximo jueves en el Chase Center de San Francisco. La última dinastía versus la historia en una definición que no tiene un claro favorito y que se repite por segunda vez. La anterior fue en 1964 y la franquicia que se quedó con el trofeo fue la del este de Estados Unidos al imponerse 4-1 sobre la que por entonces se denominaba San Francisco Warriors
Emparejados, la principal diferencia está en lo que anotan cada uno por partido. El conjunto de Steve Kerr tiene una media de 118 puntos y el de Ime Udoka llega a 103,3. Ello impacta de lleno en las asistencias: uno da 29,8 cada 48 minutos y el otro, 22,8. En rebotes la distancia a favor de los Warriors es escasa (47,8 contra 45,3) al igual que lanzamientos de campo (44,3% de aciertos sobre 42,2%). Los Celtics se imponen en triples (36,3% de conversiones frente a 34,6%) y en libres (83,3% a 74,7).
Por pertenecer a diferentes conferencias, Golden State y Boston se enfrentaron dos veces en la temporada regular y se ganaron a domicilio. El 17 de diciembre pasado los Warriors celebraron 111 a 107 en el TD Garden y el 16 de marzo los Celtics se tomaron revancha en el Chase Center 110 a 88.
Golden State Warrios, la última dinastía
Con seis anillos, dos de ellos logrados bajo el nombre Philadelphia Warriors, la franquicia de San Francisco está entre las más ganadoras de la historia de la NBA después de Los Ángeles Lakers y Boston Celtics, que tienen 17 cada una, y junto a Chicago Bulls, que acumula la misma cantidad. Se trata de cuatro equipos que en diferentes momentos de la historia marcaron una época y reinaron en la liga de básquet más importante del mundo.
Los Lakers y los Celtics fueron, en varios períodos, los monarcas con títulos y subcampeonatos. Más acá en el tiempo, los Bulls de Michael Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman dominaron la década del 90 con sus seis campeonatos en ocho temporadas (1990/91, 91/92, 92/93, 95/96, 96/97 y 97/98). Luego aparecieron Kobe Bryant y Shaquille O’Neal para guiar a Los Ángeles a las coronas del 1999/2000, 01/02 y 02/03 y Tim Duncan, Tony Parker y Emanuel Ginóbili para darle a San Antonio Spurs los trofeos Larry O’Brien del 2002/03, 04/05 y 06/07.
Golden State Warriors es la última dinastía con el rey Stephen Curry y los reyes Klay Thompson y Draymond Green. Campeones en la 2014/15, 16/17 y 17/18, los últimos dos con Kevin Durant, más finalistas en la 2015/16 de Cleveland Cavaliers y en la 18/19 de Toronto Raptors, en las últimas dos temporadas, aquejados por lesiones en sus estrellas, se quedaron afuera de los playoffs y ahora, sanos, regresaron a la postemporada y a la final. En síntesis, seis definiciones en los últimos ocho certámenes con tres títulos más uno por disputar.
Su entrenador desde 2014, Steve Kerr, tiene una marca envidiable: cada vez que su equipo llegó a playoffs, jugó la serie más importante. Y su influencia no fue solo en resultados, sino también que cambió la manera de jugar al básquet en la NBA y en el mundo con un esquema de jugadores de menor estatura, pero con más vértigo y de posiciones cortas donde el lanzamiento de tres puntos es la llave del triunfo. ¿La defensa? Intensa, en línea de pase y con cambio de marca en la mayoría de los bloqueos.
Su camino a la final: Golden State acabó tercero en la conferencia oeste con un récord de 53 victorias y 29 derrotas, a más de cinco triunfos de Phoenix Suns que lideró la zona. En primera ronda de los playoffs eliminó 4 a 1 a Denver Nuggets de Facundo Campazzo, 4 a 2 a Memphis y 4 a 1 a Dallas de Luka Doncic. En la postemporada es el líder en puntos y asistencias por juego
El mejor quinteto: Klay Thompson, Stephen Curry, Andrew Wiggins, Draymond Green y Jordan Poole.
Stephen Curry, la figura: el base es el líder deportivo del equipo que busca su séptimo anillo en la NBA. En la temporada promedia 25,9 puntos, 4,9 rebotes y 6,2 asistencias por juego con 38% de efectividad en lanzamientos de triple y 82,2% en libres. En la final de la conferencia oeste contra Dallas, sus números se elevaron considerablemente: 34,8 unidades, 6,6 recobres y 7,4 asistencias.
Sus escuderos, Klay Thompson y Draymond Green: el escolta regresó esta temporada tras una larga inactividad aquejado por lesiones y, de a poco, va tomando ritmo. Su incursión es clave en el esquema de Kerr y tiene medias de 19,8 puntos, 4,2 rebotes y 2,4 asistencias. El ala pivote, por su parte, es el corazón y líder espiritual y defensivo de los Warriors. También, el mejor asistidor con una media de 6,3 pases gol por cotejo. A ello le añade 8,7 tantos y siete rebotes.
El factor X, Andrew Wiggins: el alero canadiense, que en sus inicios en la NBA prometía más de lo que finalmente demostró, hizo más de lo que muchos esperaban para que los Warriors estén en la final y su relevancia tomó mayor notoriedad en la serie contra Dallas porque se encargó defensivamente de Doncic y lo limitó. Sus números son interesantes: 15,8 puntos, siete rebotes y 1,7 asistencias de promedio por duelo.
A tener en cuenta, Jordan Poole: el joven escolta de 22 años elevó su nivel con el paso de la temporada y promedia 18,4 puntos, 3,2 rebotes y 4,5 asistencias. Fue determinante en la serie con Memphis y una garantía para el director técnico cuando alguna de sus figuras no estuvo a disposición.
Boston Celtics, la historia
Los Celtics son, con 17 títulos, una de las franquicias más ganadoras de la historia de la NBA junto con Los Ángeles Lakers, con la que protagonizó memoriosas finales, la última en la temporada 2009/10 la cual ganó 4-3 el conjunto liderado por Kobe Bryant. Esa fue, justamente, la última definición que jugó Boston, que regresa a la instancia decisiva tras más de una década y quiere cortar una sequía de 14 años sin anillos porque el último lo consiguió en la 2007/08 ante los Lakers y guiado por Paul Pierce y Kevin Garnett.
El equipo que dirige el nigeriano Ime Udoka quiere recuperar parte de su historia y convertirse en el mayor campeón de la liga de básquet más importante del planeta, que monopolizó en la década del 60 con nueve coronaciones sobre diez posibles. Desde 1974, llegó a lo más alto en seis oportunidades, la misma cantidad que tiene Golden State Warriors en toda su existencia.
Talento individual en Jayson Tatum y Jaylen Brown, sus principales figuras; corazón y defensa en Marcus Smart, experiencia en Al Hordford y frescura en Derrick White y Robert Williams III es lo que exhiben los Celtics en cada presentación. Todos confían en las estrellas e imponen un juego físico, casi al límite, al momento de proteger el aro.
El camino a la final: Boston se ubicó segundo en la conferencia este con 51 triunfos y 31 derrotas, a dos victorias de Miami Heat. En la primera ronda de los playoffs despachó a Brooklyn Nets de Kyrie Irving y Kevin Durant 4-0; luego eliminó al último campeón, Milwaukee Bucks 4-3 y a Miami Heat por el mismo resultado.
El mejor quinteto: Jayson Tatum, Jaylen Brown, Al Horford, Marcus Smart y Grant Williams.
Jayson Tatum, la figura: 27,1 puntos –quinto máximo anotador de la postemporada-; 6,5 rebotes y 5,9 asistencias por duelo promedia en playoffs la estrella de Boston, que jugará sus primeras finales de la NBA y, en consiguiente, buscará su primer anillo. Es su mejor temporada en números y su eficacia es abrumadora: 44,7% de aciertos en tiros de campo; 36,6 en triples y 83,5 en libres.
Sus escuderos, Jaylen Brown y Marcus Smart: el alero de 25 años, segunda arma ofensiva de Boston, hace un poco de todo y ello se refleja en sus estadísticas en playoffs (22,9 unidades; 6,8 rebotes; 3,4 asistencias y 1,1 robos por encuentro en playoffs). Smart es el alma del equipo y principal argumento defensivo, pero tampoco desentona para atacar porque aporta 14,9 tantos; 4,2 tableros y 6,3 asistencias siendo el líder del plantel en ese rubro.
El factor X, Al Horford: el dominicano que el próximo 3 de junio cumplirá 36 años quiere su primer anillo y está haciendo más de lo que muchos esperaban para lograrlo. Es el máximo rebotero del equipo con 9,3 de media por duelo y desde su rol de pivote marca 12,3 puntos y reparte 3,5 asistencias.
A tener en cuenta, Robert Williams III: el interior es una garantía con su aporte es principalmente en defensa, donde con sus 2,06 metros de altura y 2,27 metros de envergadura más una envidiable versatilidad para moverse protege el cesto como pocos en la NBA y obliga a modificar lanzamientos. En las estadísticas que sí se reflejan, acumula en playoffs 8,4 unidades y 5,7 rebotes de media.
Fuente: yahoo sports · Foto: @NBA
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