Una final inédita, es más, estos dos históricos equipos jamás se han enfrentado en una final four, jugándose el todo por el todo por ser el campeón de la máxima competición continental
Curioso este dato porque estamos ante dos equipos de los más laureados del viejo continente. El Real Madrid tiene a mano, en su 21º final de su historia, la tercera que disputa de forma consecutiva, alcanzar su 12º título, y de lograrlo el segundo de forma consecutiva.
El Panathinaikos es el 4º equipo más laureado, con seis títulos en siete finales disputadas, la última en el ya lejano 2011.
El Real Madrid tiene la oportunidad de ganar el campeonato de la EuroLeague en años consecutivos por primera vez desde 1968. Solo tres equipos han logrado defender exitosamente el campeonato en el siglo XXI: Maccabi Tel Aviv (2004, 2005), Olympiacos Piraeus (2012, 2013) y Anadolu Efes Istanbul (2021, 2022).
Este año se han enfrentado dos veces, la primera, en la jornada 13, donde el Real Madrid ganó en suelo griego, por 78-90, con un bonito duelo anotador entre Nunn y Hezonja, y en la segunda, en la jornada 27, el Panathinaikos le devolvió el golpe, venciendo en Madrid por 86-97, con un Lessort muy decisivo con sus 26 tantos, y con Sloukas haciendo daño con su juego.
Chus Mateo sale de forma habitual con un quinteto formado por Facundo Campazzo (11.7 puntos y 6.5 asistencias) de base, Fabien Causeur (5.3 puntos y 1.3 rebotes) como comodín en el dos, Dzanan Musa (13.2 puntos y 2.7 rebotes) como referente en el juego exterior de los blancos, y por dentro, como falso cuarto, Gabriel Deck (9.0 puntos y 3.2 rebotes), aunque el argentino no jugará más esta temporada por su lesión de rodilla, con lo que Chus tendrá que valorar otras alternativas, y su faro en la pintura, el imponente Walter Tavares (9.6 puntos y 6.6 rebotes).
En el banquillo el arsenal de los blancos parece infinito. Sergio Rodríguez (4.1 puntos y 4.3 asistencias) aún es capaz de cambiar un encuentro con su sola presencia, Sergi Llull (7.9 puntos y 2.0 asistencias) se siente muy cómodo aportando verticalidad desde la segunda línea, al igual que un Rudy Fernández (3.6 puntos y 2.0 rebotes). Este trio mágico español, habituado a competir durante tantos años juntos, le da una gran solidez al Real Madrid. La calidad del banco blanco parece no tener fin, con Mario Hezonja (13.7 puntos y 4.4 rebotes), y los galos Guerschon Yabusele (10.7 puntos y 5.1 rebotes) y el Vincent Poirier (8.9 puntos y 5.4 rebotes), que otorgan a los madrileños una rotación excelente.
Una rotación que la pueden completar con hasta tres jugadores más, Alberto Abalde (3.7 puntos y 2.0 rebotes), Eli Ndiaye (2.8 puntos y 2.4 rebotes) y Carlos Alocén (1.5 puntos y 1.3 rebotes).
Real Madrid inició la temporada a todo vapor y nunca miró hacia atrás. Abrió la temporada regular de 34 rondas con 10 victorias consecutivas, asegurando el primer lugar en la clasificación de forma permanente. En la Ronda 19 jugaron el primer partido con cuatro prórrogas en la historia de la competición, derrotando a Efes en casa 130-126 con una destacada actuación de Dzanan Musa, quien anotó 40 puntos, estableciendo así un récord del club. Real fue el primer equipo en asegurar su boleto a los playoffs y confirmó el primer lugar después de la Ronda 31, cuando derrotó a Partizan Mozzart Bet Belgrado 76-88 en la capital serbia.
Los blancos también brillaron en los playoffs. Real venció a Baskonia 90-74 en el Juego 1 en la capital española, dominando el juego de principio a fin. Musa lideró el camino con 16 puntos en menos de 18 minutos. En el Juego 2, Real nuevamente derrotó a Baskonia, esta vez 101-90, asegurando la victoria mucho antes del último silbato. Facu Campazzo jugó un papel destacado, liderando con 24 puntos, 4 rebotes, 7 asistencias y un PIR de 33. Y luego, en el Juego 3, Guerschon Yabusele anotó 23 y Walter Tavares logró un doble-doble para liderar en un emocionante partido que terminó 98-102.
En la semifinal ganaron de forma solvente al Olympiacos, por 87-76. En un partido marcado por el gran inicio de los blancos, parcial de (28-10) y luego supo contener a los arreones de los helenos hasta el pitido final. Musa, con 20 puntos, Hezonja, explosivo al comienzo, 12, y el binomio galo Yabusele y Poirier, ambos con 11 tantos, fueron los más destacados.
Enfrente se toparán con el Panathinaikos de Ataman, un entrenador con enorme capacidad para llevar a sus equipos hasta lo más alto, junto con Chus Mateo, son entrenadores que han ganado los tres últimos títulos.
El cinco más habitual en los verdes lo forman con el base y estrella del equipo Kendrick Nunn (15.9 puntos y 3.0 asistencias), Jerian Grant (8.4 puntos y 3.5 asistencias) como excelente complemento en el puesto de escolta, Marius Grigonis (9.4 puntos y 2.7 rebotes) siempre amenazando el aro rival, y por dentro, uno de los mejores interiores del viejo continente Mathias Lessort (13.7 puntos y 6.2 rebotes) y Konstantinos Mitoglou (11.6 puntos y 6.3 rebotes).
En el banquillo para empezar nos encontramos a una leyenda de este deporte, Kostas Sloukas (12.6 puntos y 5.7 asistencias), que junto con Nunn forman una de las mejores parejas de bases del continente. Completan el juego exterior con dos jugadores griegos, de raza, Panagiotis Kalaitzakis (2.0 puntos), más preocupado de ser intenso en su faceta defensiva, e Ioannis Papapetrou (5.5 puntos y 2.0 rebotes), toda una institución en Atenas. Por dentro Juancho Hernangómez (4.3 puntos y 3.6 rebotes), capaz de ayudar por dentro y amenazar desde fuera, y Kostas Antetokounmpo (2.8 puntos y 1.8 rebotes).
Es tal el calibre de esta plantilla que en el fondo del banquillo disponen de jugadores que serían titulares en cualquier equipo, como el base Luca Vildoza (5.8 puntos y 1.5 asistencias) y el pívot polaco Aleksander Balcerowski (2.8 puntos y 1.3 rebotes).
Aunque la temporada no comenzó como todos en Atenas esperaban, no pasó mucho tiempo antes de que el entrenador Ataman estabilizara el barco. Panathinaikos perdió cuatro de sus primeros seis juegos y tenía un récord de 6-7 a principios de diciembre, solo para que el equipo ganara ocho de sus próximos nueve juegos. Esa racha ganadora hizo que Panathinaikos subiera en la clasificación, y el gigante griego nunca estuvo por debajo del cuarto lugar después de la Jornada 18.
Panathinaikos necesitaba un fuerte final de temporada regular para asegurar la ventaja de local en los playoffs, y el equipo lo logró, ganando sus últimos cinco juegos. Necesitó cada uno de ellos, incluida una dramática victoria por 79-81 en Bolonia con un tiro ganador en la bocina de Kendrick Nunn.
Los altibajos no terminaron con el final de la temporada regular, sin embargo, ya que Panathinaikos perdió esa merecida ventaja de local con una derrota por 87-91 en el Juego 1 de su serie contra Maccabi. Liderados por Kostas Sloukas e Ioannis Papapetrou, los Verdes se recuperaron con una victoria por 95-79 en el Juego 2, pero cuando la serie se trasladó a Belgrado, fue Maccabi quien volvió a tomar la delantera con una victoria dramática por 85-83.
Enfrentándose a un déficit de 1-2 en la serie, y con la espalda contra la pared, Panathinaikos volvió a apoyarse en Sloukas, Nunn y Mathias Lessort en el Juego 4, sacando una victoria por 88-95 para forzar el quinto partido.
Con un juego de vida o muerte frente a sus apasionados fanáticos, los Verdes no iban a dejar pasar la oportunidad. En el Juego 5, Panathinaikos derrotó a Maccabi 81-72, después de sólidas actuaciones de Kendrick Nunn, con 26 puntos, y Kostas Sloukas, con 15.
En la semifinal se llevaron por delante al Fenerbahce, por 73-57, exhibiendo una defensa que les permitió dominar a su antojo a los turcos. Lessort, con 17 puntos y 10 rebotes, fue el más destacado, acompañado de Nunn, 14 tantos, y Grant, con 13.
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