Habemus Final, por un lado el Fenerbahce, los locales, con ganas de ganar el primer título de su historia, con Obradovic como excelente aval, y por el otro el Olympiacos, quienes de nuevo, no partían como favoritos, y de nuevo se volvieron a meter en la final de la mano de uno de los dioses del baloncesto, el diablo rojo Vassilis Spanoulis
El Fenerbahce está obligado a llegar a lo más alto, a ser el mejor equipo de Europa, después de ser el actual subcampeón y tocar con los dedos el título. Por trayectoria de proyecto y plantilla no cabe la menor duda, a pesar de que en la regular terminaron quintos con un balance de (18-12), luego han demostrado ser un rival temible.
A la hora de la verdad se han convertido en un equipo letal y llamado a ser campeón con el permiso de Olympiacos. En cuartos de final endosaron un contundente (0-3) al Panathinaikos, y en semifinales ganaron con solvencia a un Real Madrid que no encontró su juego en ningún momento ante las trampas dispuestas por Obradovic (84-75), liderados por un Udoh impresionante, con 18 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias, y bien acompañado por Bogdanovic (14 puntos), Kalinic (12) y Vesely (12), en una rotación muy corta de ocho jugadores.
Fenerbahce sale con un quinteto titular formado por Dixon (11.5 puntos 3.2 asistencias), Bogdanovic (14.5 puntos 3.9 asistencias) en su última temporada en Europa antes de irse a la NBA, Datome (9.2 puntos 3.7 rebotes) completando el trío exterior, y por dentro con una pareja tremenda con Vesely (9.6 puntos 4.5 rebotes) y Udoh (12.0 puntos 7.6 rebotes) marcando la diferencia con su presencia física. Un cinco realmente impresionante y que verano tras verano sufre mil rumores de intereses NBA por desmenbrenarlo.
Desde el banco el Fenerbahce ofrece un fondo de armario de primer nivel, con Sloukas (9.5 puntos 4.6 asistencias), Nunnally (5.9 puntos 2.0 rebotes), Kalinic (7.1 puntos 2.9 rebotes) titular casi toda la temporada por la lesión de Bogdanovic, Mahmutoglou (4.2 puntos), y por dentro, el tirador Antic (4.2 puntos 2.5 rebotes).
De sólida, muy sólida podemos catalogar la liga que ha disputado el Olympiacos, que tras un año de paréntesis vuelve a la final four. Los griegos, siempre en posiciones altas de la tabla, han terminado terceros con un balance de (19-11). Olympiacos ha tirado, como siempre, de sus valores para competir con otros presupuestos mucho más poderosos, como oficio, compromiso, y sobre todo saber a lo que juegan en una plantilla que cada uno de sus integrantes sabe cuál es su labor. En los cuartos final volvieron a demostrar sus credenciales superando a un Anadolu Efes (3-2) que no se lo puso para nada fácil, necesitando para ello irse hasta el quinto partido de la serie, pero de nuevo el Olympiacos mostró su capacidad competitiva, la misma que ofreció en la semifinal ante el CSKA, donde de nuevo fue capaz de remontar el dominio inicial de los rusos y hacer aflorar a los moscovitas los fantasmas del pasado (78-82), con una final de locura liderado por Spanoulis (14 puntos), Printezis (14), Papanikolaou (14) y Mantzaris (12).
Una combinación entre estrellas de la casa, que llevan muchos años jugando juntos, y refuerzos que otorgan profundidad y tangibles a un equipo siempre muy difícil de vencer, que no da un partido, una jugada, un esfuerzo por perdido. Desde el 2013 no tocan el metal de la copa, en el 2015 perdieron en Madrid contra el Real Madrid, ahora les toca el Fenerbahce en Estambul, pero, ¿alguien duda de ellos?.
De inicio Sfairopoulos lo tiene claro, siendo su quinteto más habitual el formado por Mantzaris (5.6 puntos 2.7 rebotes) de base, Spanoulis (12.4 puntos 6.0 asistencias) como absoluto faro y líder de este equipo, y Papanikolaou (8.1 puntos 4.7 rebotes) siempre generoso en su esfuerzo en toda la cancha, completando el juego exterior. Por dentro, Printezis (12.9 puntos 5.3 rebotes), el otro icono del Olympiacos, y Birch (7.1 puntos 5.7 rebotes), un bastión en defensa, que otorga una gran dureza táctica al juego de los rojos. Cuatro griegos y un USA en el quinteto titular, una configuración que marca muy a la claras el sentir y la unión con la grada que tiene este Olympiacos.
En el banco el equipo no afloja, esa es una de las grandes bazas de este Olympiacos, su casi granítico bloque, con un juego exterior muy interesante con Green (10.1 puntos 1.8 rebotes) que con su facilidad anotadora ha suplido la difícil baja por lesión de Hackett, Waters (4.4 puntos 1.6 asistencias) y Lojeski (9.9 puntos 3.1 rebotes), uno de los hombres fuertes de Olympiacos, muy cómodo saliendo desde el banco. Por dentro, Milutinov (4.2 puntos 3.3 rebotes), Young (2.9 puntos 2.6 rebotes) que sin cumplir con las expectativas mantiene el nivel físico desde la segunda línea, y la nueva hornada de jugadores griegos que poco a poco van consiguiendo responsabilidad y minutos, como Agravanis (3.7 puntos 2.1 rebotes) y Papapetrou (4.5 puntos 2.6 rebotes) completan la rotación.
Hay que destacar que en la fase regular sus enfrentamientos se saldaron con empate (1-1), con victorias en casa para cada uno de ellos. Olympiacos ganó en el Pireo en la jornada 15 (71-62), y el Fenerbahce se desquitó en Estambul con un más ajustado (67-64).
Foto: EuroLeague Media
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