Maratoniana noche en la NBA con hasta 13 partidos con mucha tela que contar. Los Warriors rozaron los 150 puntos, Anthony Davis y Kevin Love se exhibieron… y los Heat siguen hundiéndose. Gentileza de fullbasket.es
Empezamos con la tremenda exhibición de los Warriors en casa ante los Lakers, que se vengaron de la derrota sufrida hacía unas semanas en el Staples. Los de Steve Kerr acabaron ganando 149-106, convirtiéndose en el equipo que más anota sin prórroga incluida desde los Suns en 2010, que le endosaron 152 puntos a los Wolves. El partido fue un auténtico recital de los de Oakland, que terminaron con un 61% en tiros de campo, incluido un superlativo 52,8% en triples. A eso hay que añadirle un total de 47 asistencias, récord histórico de la franquicia. 47 de los 53 tiros a canasta fueron precedidos por asistencia. Una animalada absoluta. En el show de los subcampeones destacó Curry con 31 puntos (7 triples) y 9 asistencias en apenas 28 minutos, Durant con un 28++6+5 y Klay Thompson con 26 puntos. Ian Clark, desde el banquillo, se fue hasta los 21 puntos con un inmaculado 5 de 5 en triples. Los angelinos, que tendrán de baja a Russell dos semanas, no pudieron hacer nada ante el recital de los Warriors, que ya les habían endosado 46 puntos en el primer cuarto.
Duelo de españoles en Philadelphia. Llegaban los enrachados Grizzlies ante unos Sixers también en buena dinámica. Pero Marc Gasol se convirtió en el héroe de la noche tras liderar a Memphis al sexto triunfo consecutivo, con prórroga incluida (99-104). Marc estuvo 45 minutos en pista para acabar con 27 puntos, incluidos 2 triples, y repartir 4 asistencias. Junto a él destacó otra vez Conley, que rozó el triple-doble (25+9+9) y le ganó la partida a un Chacho correcto (7 puntos y 5 asistencias). Memphis ha encontrado la tecla y va lanzado a por San Antonio (a dos victorias). Cuartos en el Oeste, con una idea muy clara, roles asumidos y confianza total.
Los Utah Jazz se divirtieron ante los Denver Nuggets en casa. Los de Colorado sorprendieron, pero para mal. Más aún cuando venían de ganar a todos unos Bulls que se habían paseado por el Oeste. En un mal partido, sólo Murray dio señales de vida con 23 puntos y 5/8 en triples. Los Jazz se encomendaron a Hayward y a Hill, que registraron estadísticas clavadas (22+5). Asimismo, Gobert se dio un banquete en la pintura (19+13).
Difícilmente olvidará Kevin Love la pasada madrugada. No por la victoria de los Cavaliers ante los Blazers (125-137), sino por su actuación individual. Love acabó con 40 puntos, pero 34 de esos llegaron en un primer cuarto abismal. Los de Oregon ganaban 31-30 y con un show personal sólo visto en Klay Thompson hace un año (aquel tercer cuarto de 37 puntos), Love dejó a los de Ohio con el partido medio encarrilado (31-46). 8 triples de 10 intentos. Sí, en el primer cuarto. Los campeones sólo tuvieron que mantener la renta lograda, con un Lebron James sobrado (31+10+13) y una batería de triples contra la que no pudieron hacer nada los hombres de Sttotts, que tuvieron en Lillard nuevamente a un gladiador persistente (40 puntos).
Con Horford, estos Celtics son otra cosa. Es como si el dominicano les aportase esa chispa que les faltaba en los primeros partidos. Los de Boston cosecharon un 4-5 sin el pívot; cuando ha regresado, llevan un 5-1. Los del trébol vencieron sin demasiados problemas en Brooklyn. De nuevo con Thomas y Bradley con la batuta del equipo, Boston se llegó a poner 20-37 y, aunque los Nets iban a plantar cara con un sorprendente Kilpatrick (23 puntos) aguantaron hasta los últimos minutos en el encuentro.
Jeff Teague se veía las caras con su exequipo. Sin Korver, los Hawks ganaron en un pabellón siempre complicado con un Howard que se montó una fiesta bajo el aro. El pívot se fue hasta los dobles-dobles dígitos (23+20) y fue todo un dolor de cabeza para Turner. Paul Millsap también contribuyó al triunfo con un 18+13 al 4. Las águilas aprovecharon la dinámica de estar por delante en el marcador durante todo el partido y no dieron cancha a la sorpresa. Por parte de los Pacers, los líderes fueron George (18+6) y Young (24+7). Easy.
Otra victoria fuera de casa. Y ya van 8. Los Spurs igualaron el récord de victorias fuera de casa en un inicio de temporada, y volvieron a dejar las sensaciones propias de un equipo ganador y difícilmente franqueable. Con Leonard y Aldridge como estiletes, los de Popovich se llevaron un encuentro tremendamente igualado, que se cerró con 2 tiros libres de Parker. Un francés que ya no está a su mejor nivel, pero que sigue conociendo a la perfección al equipo y le hace jugar. Walker, por su parte, volvió a ser la referencia (26+9+7) de unos Hornets que tuvieron a 7 hombres en dobles dígitos.
El regreso de DeJordan a Dallas siempre tiene morbo. Entre abucheos, los Clippers, el equipo con mejor registro de la NBA, se preparaban para batirse con los Mavericks, que tiene el peor balance de la liga. El destino parecía estar escrito. Tras un primer parcial de 11-3, los de Doc Rivers pronto se pusieron las pilas e iban a recuperar terreno antes de acabar el primer cuarto. A partir de entonces, el tempo y el control fue suyo. Pese al regreso de Nowitzki (10+6), los Mavs estuvieron muy endebles en defensa y no pudieron seguir el ritmo del encuentro. Speights se hinchó a rebotes desde el banquillo (16+12), mientras que Griffin se alzó al 12+6+7.
Que desde la llegada de Jrue Holiday los Pelicans no hayan perdido y acumulen cuatro triunfos consecutivos no es casualidad. O sí, quien sabe. Pero en cualquier caso el equipo de Louisiana parece otro. Los ataques tienen un patrón más definido y la defensa ha mejorado. También ayudó anoche el descontrol de los Timberwolves, a los que ganaron 117-96 con un extraterrestre Anthony Davis (45+10) con un notable 17 de 27 en tiros de campo. Los de Thibodeau acusaron la mala noche de Wiggins (2 de 19 en tiros de campo), el poco impacto de Towns en la pintura (9) y un Ricky que no vio aro. LaVine se salvó un poco de la quema con 26 puntos, pero Minnesota sumó su tercera derrota seguida.
Partido poco atractivo el que jugaron Suns y Magic, con victoria para los de Arizona 87-92 gracias al juego coral y un Alex Len imperial en la zona (17+12), que le ganó la partida a Ibaka (5). Vucevic y Fournier intentaron lo imposible para sumar la séptima victoria del curso, pero ésta no llegó y los de Florida desaprovechan la oportunidad de sumarse al carro de Playoffs en la competida Conferencia Este.
Importantísimo triunfo de los Raptors en Houston (102-115) para mantenerse en la zona alta de la Conferencia Este y no descolgarse tras una semana un tanto irregular. Los canadienses fueron superiores desde buen comienzo, con un segundo periodo que puso una brecha interesante (parcial de 19-30) y un DeRozan que supo mantenerla tras el descanso, finalizando con 24 puntos y 9 asistencias. El segundo máximo anotador de la liga tras Westbrook. En el bando texano, fue nuevamente James Harden el que hizo todo lo posible para que la victoria no volara para Canadá (29 puntos y 15 asistencias), pero acusó la mala noche de Gordon (4 de 13 en tiros de campo) y un Capela que no pudo con Valanciunas (15+16).
No fueron capaces de ganar ni un sólo parcial, perdían de 14 al descanso y se quedaron sin opciones tras un parcial de 0-11 que certificó la victoria de los Pistons en casa (84-107). Los Heat, actualmente el peor equipo de toda la NBA, siguen de mal en peor. Sin ideas, sin solidez, sin alma. Drummond dominó a placer en la zona (18+15), amargando la noche a un irreconocible Whiteside (6+8), prácticamente inédito. La segunda unidad de los de Spoelstra intentó tirar de pundonor, pero ya era demasiado tarde. Veremos cuánto dura el técnico en el banquillo…
¿Qué pasa con los Thunder? Con la derrota de esta noche ya van 3 consecutivas. Indiana, LA Lakers… y ahora Sacramento. Los de Bill Donovan volvieron a jugar un mal partido a nivel defensivo y Westbrook volvió a salirse para nada. El (casi) triple-doble del base (31+11+9) sólo fue tenuemente acompañado por los 18 puntos de Oladipo. En el otro campo, Cousins explotó con 36 tantos y 13 rebotes. Los californianos remontan un poco el vuelo tras un mal inicio de campaña.
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