Los Miami Heat están a un solo paso de las finales de conferencia, eliminando al favorito Milwaukee Bucks, y todas las miradas están posadas en sus protagonistas
Hace seis años que no son campeones de su conferencia y siete desde su último título NBA, desde aquella época del tridente LeBron-Wade-Bosh, y este año, cuando en realidad pocos se fijaban en ellos desde su quinta posición en el Este con un balance de (44-26), todo el mundo se fija en este equipo dispuesto a bajar a los infiernos a los Milwaukee Bucks, que por segunda temporada consecutiva no van a cumplir con las expectativas.
Y es que a estos Miami Heat están en modo imparable, eliminando a los Indiana Pacers en primera ronda con un contundente (4-0), y ahora a los Milwaukee Bucks les tiene contra las cuerdas con (0-3).
Los Heat juegan con este sistema tan instaurando en algunos equipos de la NBA, la de jugar con jugadores de menor estatura, un baloncesto con mayor movilidad en toda la cancha, intensidad defensiva y amenaza constante casi desde cualquier punto de la cancha rival. Su cinco titular tiene una media de 1,99 de estatura y su hombre más alto llega escasamente a los 2,06.
En ataque seis jugadores anotan 10 o más puntos, su cinco titular y su sexto hombre, con dos estrellas anotando más de 20 y dos jugadores en plan escudero con más de 15.
El juego se inicia con Goran Dragic, es una de las claves de los actuales Heat, el gran nivel que muestra el esloveno con 22.3 puntos, 4.6 rebotes y 4.6 asistencias en estos playoffs, que con Jimmy Butler, con sus 23.1 puntos, 5.0 rebotes y 4.3 asistencias, además de 2.3 recuperaciones, forman la pareja más amenazante de la plantilla. El juego exterior se completa con Jae Crowder, que promedia 11.6 puntos y 6.4 rebotes, aportando es nivel físico y de esfuerzo tan necesario.
Por dentro nos encontramos con Duncan Robinson, un cuatro bajito al que les gusta tirar más de tres, lanza 6,7 triples por partido y anota 2,6, para anotar 10.4 puntos, y huye del esfuerzo por ayudar en el rebote (solo 2.9 rebotes) y pegarse dentro, y Ben Adebayo, aspirante a jugador con mayor progresión del año, se quedó a las puertas del premio que fue finalmente para Ingram de los Pelicans, y el jugador más físico del cinco titular. En números aporta 15.3 puntos, 12.4 rebotes y 4.7 asistencias por partido en estos playoffs. Es vital su aportación en los actuales Heat.
En el banquillo el jugador con más minutos y números es Tyler Herro, un escolta que aporta 15.3 puntos y 4.6 rebotes por partido en su casi 32 minutos en pista, luego nos encontramos con todo un clásico de los playoffs en la NBA Andre Iguodala, que aporta 4.4 puntos y 2.9 rebotes. Por fuera se echa de menos la aportación del novato Kendrick Nunn, que está un poco desconectado de estos playoffs tras realizar una gran temporada regular, que le permitió optar al premio de novato del año, que al final fue a parar a Ja Morant. Sus números lo dicen todo, en la regular promedió 15.3 puntos y 3.3 rebotes, y ahora en los playoffs solo aporta 4.3 puntos y 1.3 rebotes. La diferencia es notable.
En el juego interior el banquillo ofrece a Derrick Jones, un alero de 1.98, que promedia 2.8 puntos y 1.0 rebote en solo 9 minutos en pista, y Kelly Olynyk, que aporta 6.7 puntos y 5.5 rebotes, el jugador interior más solvente en la segunda línea de la plantilla.
En el fondo del armario, y con muy poca aportación, solo han jugado un partido en lo que llevamos de playoffs, nueve minutos escasos para Meyers Leonard, con 0 punto y 2 rebotes, y Gabe Vincent, pocos segundos en pista sin estadísticas destacables.
Foto: NBC Sports & cluthpoints
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