“Queridos Reyes Magos, este año hemos sido muy buenos y queremos alejarnos un poquito de los puestos de abajo”, ponía en la carta de Movistar Estudiantes. Y un Rey Mago venido de Oriente, en concreto de Tel Aviv, se encargó de liderar a los colegiales a una remontada que mediado el tercer cuarto, 18 puntos abajo, parecía imposible. Pero… la previa de Reyes es una noche mágica
Los mismos que empezaron el derbi (Cook, Cvetkovic, Landesberg, Suton y Arteaga) empezaron el clásico, el de los hidalgos venidos a menos pero que presumen con orgullo de su linaje e historia mientras trabajan para no vivir en los recuerdos. Pero ya lo advirtió Salva en la previa: jugar bien contra el Real Madrid CF no significa que entonces tengas que ganar fácil contra equipos de tu nivel.
Y así fue. El intercambio de canastas y la igualdad fueron la tónica para empezar el encuentro (8-8), con un Movistar Estudiantes que aunque llevaba el ritmo del partido con buenos contraataques (13-8) estaba fallón y perdonaba a la Penya, que con un parcial de 0-8 obligaba a Salva a pedir tiempo muerto (13-16) a 2:49 para acabar el cuarto.
No reaccionaba un Estu frío como el Magata en enero, que dejaba que Divina Joventut aumentara con facilidad la ventaja hasta los 7 (13-20). Pese a un par de chispazos de Vicedo y Savané la sensación al acabar el primer cuarto era de que había mucho que mejorar (20-25). Lo hizo en ataque, con un parcial de salida de 5-0 para empatar (25-25). Pero las ventajas seguían siendo de los badaloneses (30-34) y flotaba en el aire la sensación de que “tenía que pasar algo” para entrar de verdad en el partido. Maldonado movía el banquillo buscando ese “algo”, pero mientras que aparecía la magia tocaba seguir bregando (35-37). Ese “algo” fueron tres geniales chispazos de “Landismo” en el último minuto antes del descanso, para que la cosa llegar con 43-46 a la segunda mitad.
No hubo continuidad tras el paso por vestuarios.
Divina Joventut salió mucho más serio y en un abrir y cerrar de ojos puso la máxima con un parcial de 0-11 en apenas 2 minutos y medio: 43-57. A un mal Movistar Estudiantes por no entrarle, no le entraban ni los tiros libres y no logró anotar hasta el minuto 5:46 por medio de Savané bailando en la pintura. 45-61 para romper el tremendo 0-15 de salida.
Una antideportiva sobre Landesberg despertó al WiZink Center, que haciendo gala de una bendita paciencia – que rima con Demencia- se arrancó a animar como requería la ocasión. Aferrados a Landesberg en ataque y mucho más intensos en defensa, los colegiales lograron un parcial de 11-0, 54-61.
La desventaja seguía siendo mucha y la Penya se aferraba al partido con uñas y dientes, pero el Estu ya mostraba otra cara. Con un canastón de Hakanson se llegaba al último cuarto con un ajustado 61-67 en el marcador. Llovía menos tras un cuarto que fue un buen resumen de la temporada ciclotímica de Movistar Estudiantes.
La cuarta personal de Landesberg, nada más empezar el último cuarto, obligaba a agarrarse a otra fe diferente al Landismo. Esa fe fue la defensa intensa, pero Movistar Estudiantes se cargó muy pronto de faltas: en bonus en dos minutos y medio, y Brown también con cuatro. 64-70, minuto 7.
Con los dos equipos nerviosos y con algunos ataques más dignos de Benny Hill que de otros clásicos como Pinone o Villacampa, la dinámica del encuentro favorecía al que iba por delante. Pero el Palacio no perdía la paciencia y alentaba a los suyos. Omar Cook lo agradecía metiendo de nuevo a Movistar Estudiantes en el encuentro: 69-72 tras 2+1 del Bronx y asistencia milimétrica para Sitapha Savané.
Parecía tener prisa el Estu por finiquitar la remontada, errando varios tiros rápidos con 69-72 en el marcador y eso lo aprovechaba otro veterano de guerra como Sergi Vidal para mantener la ventaja para los suyos: 71-75 a 2:44 para el final.
Con la quinta personal de Jordan y ambos equipos en bonus, Landesberg regresaba para poner el 73-75 a falta de dos y medio. Un triple de Darío Brizuela a 2:04 para acabar volvía a poner por delante a Movistar Estudiantes por primera vez desde el primer cuarto. Tiempo muerto de Ocampo. Delicatessen de Cook. Respuesta de Ventura. Y ¡¡triplazo frontal de Brizuela!! 81-78 a falta de 32 segundos.
Triple rápido de Wayns tras tiempo muerto. El instant replay que da la posesión a Movistar Estudiantes a falta de 10 segundos. Tiempo muerto y 4.9 de posesión. No fueron ni el tiro de Landesberg ni, tras rebote, el de Brizuela. La prórroga estaba servida con 81-81.
En el tiempo añadido, golpeó primero la Penya pero poco tardó en responder Cook con un triple. Intercambio de golpes, tensión cortándose con un cuchillo: 86-86. Wayns de tres dio la ventaja a los verdinegros, y los colegiales erraban por dos ocasiones bajo el aro. Landesberg volvía a empatar en dos ocasiones. Al “Landismo” le ponen estos finales. Birgander tuvo dos tiros libres para empatar pero los erró y el Landismo en acción, canasta y adicional del de Queens, sentenciaron: 97-92 a falta de 10 segundos. Ya solo quedaba rematar la faena: 101-94 para abrir 2018 con buen pie.
Nota de prensa Movistar Estudiantes · ACB Photo
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