El combinado belga lo intentó pero Rusia tiró de sus hombres importantes para evitar el susto. Los 20 tantos de Shved fueron decisivos
La pequeña Bélgica empezó sin miedo ante la todopoderosa Rusia y con el control y el tempo de Jonathan Tabu y la intensidad y acierto de Serron obligaron al técnico rival a frenar el choque. El parón sirvió para que Shved pusiera su ley, y con una canasta de Antonov sobre la bocina llegaran al final del primer cuarto por delante (18-19).
La igualdad entre ambos países duró hasta bien entrado el ecuador partido. Mozgov usaba su físico cada vez que podía mientras que los belgas usaban los tiros de media y larga distancia. El 33-35 al descanso dejaba las opciones totalmente abiertas para ambos en la segunda mitad del encuentro.
Tras el descanso, los de Bazarevich siguieron usando a tu torre, que con un mate en ‘put-back’ dejó claro que iban a luchar hasta el final. Fue un golpe de efecto también para Bélgica, que no iba a venderse tan rápido. Y aunque hubo un intento ruso de irse, los belgas aguantaron los golpes para quedarse solos seis abajo (47-53).
Los de Casteels dependían del perímetro pero no siempre conseguían el objetivo y sus imprecisiones les iban lastrando ante la velocidad de Kulagin y la fuerte defensa planteada, además del buen hacer de Zubkov. Al final, los leones se quedaron sin tiempo, la lógica se impuso y Rusia firmó el 67-76.
Nota de prensa ACB • Foto: FIBA
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