El equipo turco sufrió hasta los minutos finales pero se clasificó para los octavos de final. El jueves jugará contra Letonia en un partido donde el perdedor se cruzará con España
El anfitrión Turquía venció a Bélgica por 78 a 65, y se clasificó para los octavos de final después de un partido al que se llegó en empate a falta de cuatro minutos para el final y donde se rozó el drama.
Aupado anímicamente por su buena actuación previa, Mehli Mahmutoglu (10 puntos) lideró un primer cuarto de Turquía donde anotó sus 10 primeros lanzamientos. Impoluto en el tiro, únicamente las pérdidas de balón frenaron mínimamente a un conjunto otomano que antes de terminar el primer cuarto ya doblaba en el marcador a una Bélgica superada por los acontecimientos (21-10). Para los locales, el equipo belga era el rival más propicio porque, como ellos, carece de grandes pívots y así Turquía podía tener emparejamientos más equilibrados e incluso Semih Erden (el primero en romper el idilio con el aro) se sintió fuerte en la zona frente a los livianos en peso y calidad pívots belgas.
Pocos escenarios más contrarios pueden presentarse a un equipo de baloncesto que jugarse el futuro en un torneo enfrentándose a Turquía en su pista y comenzar con semejante panorama, por lo que Bélgica más que buscar soluciones en la pista (que también), comenzó a trabajar la cuestión anímica para no irse del partido y esperar que el lógico desacierto llegara a Turquía. Ese momento llegó con el inicio de cuarto y un parcial de 2-12 le dejó tan cerca del rival que ya le olía el perfume del miedo (23-22). Esto podía haberle dado un sentido nuevo al encuentro, pero Bélgica volvió a desconectarse y con varias pérdidas dejó que Turquía (sumó 16 puntos tras fallo del rival y 10 al contraataque antes del descanso) cobrara una nueva vida en el encuentro (40-26). En este nuevo parcial de 8-0 Furkan Korkmaz tomó el relevo anotador a Erden (12 puntos, todos en la primera parte) ofreciendo un equilibrio ofensivo que los belgas no tenían porque sólo Sam van Rossom parecía responder a la entidad del encuentro.
Precisamente el segundo triple del base belga volvió a aproximar a su equipo a una Turquía que cuyo ataque era un Guadiana constante, aparecía y desaparecía, según la necesidad del momento y, así, tras quedar aletargado en el inicio de tercer cuarto, sumó un parcial de 8-2 cuando sintió la presión del rival y se escapó nuevamente… antes de volver a desaparecer y permitir la enésima aproximación de Bélgica. Sin embargo, y a diferencia de en otras ocasiones, la desconexión turca provocó que su oponente le diera tiempo para completar la remontada y se colocara con un favorable 50-51. El partido navegaba por las aguas de la bipolaridad y de vez en cuando los fallos en uno y otro equipo convertían al juego en un correcalles donde la tensión se percibía en cada acción.
Pérdidas, faltas, malos tiros… el tercer cuarto acabó y todo estaba abierto para unos 10 minutos finales que arrancaron con máxima igualdad (58-58) por mor del tercer triple de Van Rossom (el mejor belga con 13 puntos y cinco rebotes). Por delante seis minutos para decidir que equipo ganaría y se clasificaría para octavos de final y qué equipo quedaría eliminado.
Pero claro, quedarse fuera de su Eurobasket una semana antes de su final y sin pasar la primera fase era demasiado shock y dos faltas en el rebote ofensivo de Bélgica alivió los problemas ofensivos de una Turquía que respiró desde la personal y gritó con el triple de Mahmutoglu (67-60). Todavía quedaban 200 segundos, pero ya todo pareció resolverse cuando Serron falló una bandeja al contraataque y el equipo turco anotó un segundo triple gracias a Kormaz (14 puntos). Parcial 13-0, victoria y clasificación de una Turquía que sonríe y respira… por el momento.
Nota de prensa ACB • Foto: FIBA
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