En una tarde cargada de emociones en la Motor City, los Knicks sellaron una dramática victoria de 94-93 sobre los Pistons, asegurándose una ventaja decisiva de 3-1 en la serie. Lo que parecía un partido en poder de Detroit se transformó en un duelo de infatigables guerreros
Durante el primer tiempo, la defensa de Nueva York se mostró implacable. Los Pistons, incapaces de encontrar su ritmo, cometieron 10 pérdidas de balón y, en un curioso balance, igualaron la cantidad de tiros convertidos con sus erráticas pérdidas (7 cada uno). Incluso la figura de Cade Cunningham, normalmente decisiva para Detroit, pasó desapercibida, al lanzar solo 3 de 9 y anotar únicamente seis puntos. Además, el equipo visitante se mostró muy flojo en los triples, encestando apenas 2 de 16 intentos.
En el aspecto ofensivo, los Knicks brillaron por su juego colectivo. Karl-Anthony Towns (13 puntos), Jalen Brunson (12) y Josh Hart (10) cerraron la primera mitad con cifras a dos dígitos, mientras que OG Anunoby también hizo sentir su presencia con ocho puntos. Como suele suceder, Brunson marcó el compás y controló el tempo del partido, complementando sus 12 puntos con siete asistencias y cinco rebotes, demostrando ser el motor del equipo.
Pero el partido dio un giro cuando, en los últimos instantes de la primera mitad, parecía que Nueva York podría distanciarse hasta 16 puntos. Los Pistons, sin embargo, respondieron con una racha electrizante de 11-2 que reavivó al público y redujo la diferencia a tan solo siete puntos al descanso.
El tercer cuarto se pintó de tensión. A poco de tres minutos para el cierre, Brunson sufrió una evidente lesión en la parte baja de la pierna derecha tras enredarse con Dennis Schroder luego de un robo de balón. Tras caer de forma incómoda y tratar de reponerse en la zona de anotación sin éxito, se dirigió de urgencia al vestuario. Lo sorprendente llegó minutos después: el valiente base regresó al banquillo y volvió al terreno de juego cuando restaban 10 minutos, en un contexto en que los Knicks ya estaban 9 puntos abajo, luego de haber cerrado el tercer cuarto 7 puntos abajo. Cabe resaltar que Detroit dominó ese periodo, superando a Nueva York 28-14, con Cunningham imponiéndose con 12 puntos.
El último cuarto se convirtió en una verdadera batalla. A pesar de la evidente molestia, Brunson no se dejó intimidar y fue fundamental en la remontada. Un triple decisivo de Mikal Bridges empató el marcador a solo tres puntos a mitad del cuarto, justo en un momento en que los Pistons habían llegado a liderar por 11. Luego, con serenidad en el clímax del partido, Brunson encestó un tiro en suspensión desde la banda que igualó el marcador 84-84, tomando el control de la situación.
Con ambos equipos intercambiando canastas cruciales, Towns se hizo presente con lanzamientos claves que dejaron a Detroit con una mínima ventaja de dos puntos a poco más de un minuto del final. Tras una posesión algo desorganizada, Towns conectó un tiro lejano que entregó a los Knicks una ventaja de un punto con 47 segundos en el reloj. En los últimos compases, luego de que Brunson fallara un tiro en carrera tras un pase ofensivo, los Knicks cometieron una falta estratégica, dejando a los Pistons con 11,1 segundos para intentar empatar. Sin embargo, la defensa de Nueva York se mantuvo firme: tras fallos de Cunningham y un triple impugnado de Tim Hardaway Jr., el marcador se selló y se consagró la victoria.
Las estadísticas individuales fueron destacadas. Brunson remontó con 32 puntos, 11 asistencias y 5 rebotes, sumando además 15 puntos tras su breve pero crucial ausencia. Towns aportó 27 puntos y 9 rebotes, siendo infalible en sus tiros desde la línea de tres (5 de 6). Mientras tanto, aunque Cunningham logró un triple-doble (25 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias), su actuación no fue suficiente para cambiar el destino del partido.
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