Para los Warriors no había margen de error, no podían ir a Boston con dos derrotas, y su respuesta ante una situación extrema fue una victoria que no deja lugar a la duda
El partido tuvo dos mitades muy diferentes. Una primera donde reinó la igualdad, se llegó al descanso con un ajustado (50-52), y una segunda, donde los Warriors aceleraron en el tercer cuarto para imponer un parcial de (14-35) que rompió el partido en pedazos.
Curry fue de nuevo el faro al que los Warriors se encomendaron, terminando con 29 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias, con Poole secundándole con 17 tantos, aunque muchos de ellos fueron con el partido ya decidido.
Looney, 12 puntos y 7 rebotes, Wiggins, 11 puntos y 6 rebotes, Klay Thompson, 11 puntos, bastante desacertado como en el primer encuentro, sumaron en la anotación, aunque tanto igual de importantes fueron Green, con 9 puntos, 7 asistencias y 5 rebotes, como Payton, 7 puntos y 3 rebotes, con su aporte de intensidad y defensa.
En los Celtics Tatum fue el mejor, con sus 28 puntos y 6 rebotes, seguido de Brown, 17 puntos y 6 rebotes, y White, 12.
Pero a diferencia de en el primer encuentro los Celtics cometieron muchas imprecisiones en el tiro, y muchas pérdidas, 19, que los Warriors aprovecharon para anotar 33 puntos después de cara una de ellas. También echaron de menos a Horford, de ser el mejor hace unos días a hoy quedarse en dos tantos.
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