Victoria sufrida, agónica, de un Barça que venció al Real Madrid por 71 a 69 en un vibrante encuentro disputado hoy en el Palau. Los de Saras sacaron el orgullo y lograron un triunfo decisivo para sus aspiraciones, que se decidió en los últimos instantes. Con este resultado el conjunto azulgrana empata la eliminatoria y deberá, como mínimo, ganar un partido en el WiZink Center si quiere volver al blaugrana. Por su parte el Madrid desaprovechó la oportunidad de dejar herido de muerte a los azulgranas. El 0-2 habría sido casi definitivo para el devenir del campeonato
El arranque de partido fue un calco de lo visto en el primer duelo de la serie. Un Barça nervioso, con pérdidas a las que no nos suele tener acostumbrados y un Madrid directo, que con muy poco, tomo las primeras ventajas en el marcador (0-8 minuto 3).
El conjunto blaugrana errático en el tiro y blando en ataque veía como los de Chus Mateo se colocaban diez arriba (2-12 minuto 5) y Saras obligado, tenía que parar el encuentro.
Las defensas eran asfixiantes y en este panorama de dureza, el conjunto blanco se estaba sintiendo más cómodo. El paso de los minutos fue asentando a los azulgranas que llegaron a situarse a cuatro puntos (10-14 minuto 8).
La entrada de Jokubaitis dio un poco más de energía y dinamismo al equipo culé. Un triple del lituano colocó en el luminoso el 13 a 17 con el que se llegaría al final del primer cuarto. El Barça había podido parar el primer golpe del equipo blanco.
Una canasta de Brandon Davies en el inicio del segundo acto acercó a los de Saras a tan solo dos puntos… Pero fue un espejismo. En un abrir y cerrar de ojos, con un Adam Hanga que está de dulce en esta serie, volvió a poner tierra de por medio (15-22 minuto 13).
Este parcial no afectó a los locales. Hoy eran otros, con más energía. El trabajo bajo los aros de Davies y Smits permitió a los blaugranas empatar el partido (22-22 minuto 15). El partido estaba siendo muy disputado.
Una canasta de Nick Calathes situó por primera vez al Barça por delante (26-24 minuto 16). Las alternancias en el marcador estaban siendo la tónica pasado el ecuador de este segundo periodo.
Los dos equipos intentaban imponer su estilo, pero ninguno lo conseguía ya que la igualdad era total. Se llegaba al descanso con empate a 32, con el encuentro muy abierto y con todo por decidir. El Barça había colapsado la pintura en esta primera parte obligando al Madrid a tirar desde tres y éstos, de momento, no estaban teniendo la noche (2 de 16).
La intensidad por parte de ambos conjuntos volvió a ser máxima. Calathes recibió un golpe en la cara que le dejó grogui y tuvo que marchar unos instantes a vestuarios. Había mucho contacto en la pista y en este escenario, el Madrid volvió a sentirse más cómodo (41-46 minuto 25).
Un triple lejano de Llull dio una ventaja de seis puntos (46-52 minuto 27). Mucho botín viendo el ritmo anotador del encuentro y Saras no tuvo más remedio que pedir un tiempo muerto para arengar a los suyos.
El parón le vino de perlas a los locales. De la mano de Nicolás Lapprovittola, que sacó a relucir orgullo y carácter, el Barça le dio la vuelta al partido y finalizó el tercer acto con ventaja (56-54). El Palau enloquecía.
En el último periodo el Barça seguía con la inercia positiva de haber remontado el resultado. Un sensacional Mirotic (18 puntos) lideraba a los azulgranas que conseguían su máxima renta (61-56 minuto 31).
El Madrid andaba un poco desconcertado y la ventaja de los azulgranas iba en aumento (65-57 minuto 33). Sin embargo, cuando peor estaban las cosas para los blancos, volvieron a entrar en el partido (65-65 minuto 35). Quedaban cinco minutos y estaba todo por decidir.
La igualdad y la emoción eran totales (67-67 minuto 38). Restaba minuto y medio y quien manejara mejor estos 90 segundos, se llevaría el encuentro.
Dos tiros libres de Cory Higgins a falta de 27 segundos pusieron por delante a los locales (71-69), que fueron decisivos. El Madrid tuvo la oportunidad de llevarse la victoria, pero Causeur erró el triple. Triunfo de orgullo y carácter de un Barça por 71 a 69 que empata la eliminatoria, ante un Palau que entró en éxtasis.
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Redactor · Opinión · NBA · Liga Femenina
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