La Selección Absoluta más joven de los últimos tiempos ha dado un golpe de futuro este viernes en Gliwice derrotando a la anfitriona Polonia con una actuación sobresaliente. Ha sido una victoria coral, con una actuación especialmente brillante de Jonathan Barreiro, que ha rubricado en el último segundo un tiro libre del debutante Fran Guerra
Mejor celebración del partido 150 de Scariolo al frente de España, imposible. La Selección Absoluta más joven de los últimos tiempos ha dado todo un golpe de futuro, superando a los anfitriones con una actuación coral sobresaliente, un partido especialmente brillante de Jonathan Barreiro y tres nuevos debutantes como internacionales absolutos.
Con un buen nivel de acierto en ataque por parte de ambos equipos, el primer cuarto ha marcado ya desde el principio la igualdad que ha presidido los primeros 20 minutos. Al triple con que ha abierto el marcador Michalak ha respondido de forma inmediata Brizuela también desde más allá de la línea. Pero mientras el juego de Polonia se ha basado casi exclusivamente en la habilidad de AJ Slaughter, España ha seguido jugando como un equipo y ha reaccionado en cada ocasión en que los locales se ponían por delante. Su máxima ventaja, de todos modos, no ha pasado del +4 (13-9, minuto 3), la misma que ha conseguido la Selección minutos más tarde (21-25) con la primera canasta de Joel Parra como internacional absoluto. en este primer cuarto, que ha acabado con un apretado 27-26, también han tomado la alternativa Fran Guerra y Miquel Salvó.
La igualdad se ha mantenido en el segundo cuarto, aunque con el rendimiento defensivo por encima por parte de ambos equipos. Ni cuando Slaughter ha estado en cancha ni cuando ha descansado, Polonia no ha logrado marcar el ritmo. Y Scariolo ha ido dando minutos a todos. La única acción desequilibrante de estos diez minutos ha sido un 3+1 del base estadounidense, pero sólo ha logrado poner a los polacos con un +2 (35-33). Poco después ha vuelto a recuperar España el mando del marcador, y no se ha atascado con una defensa zonal enfrente. Jonathan Barreiro ha firmado, con un triplazo sobre la misma bocina, el 43-43 con el que se ha llegado al intermedio.
Los dos primeros minutos del tercer cuarto han sido claramente polacos. Un par de imprecisiones en ataque y errores en defensa le han hecho encajar un parcial de 6-0 (49-43, minuto 22). Pero todo ha cambiado tras el tiempo muerto de Scariolo. Slaughter ha seguido sumando, pero ya jugando con más incomodidad con López Aróstegui encima, y la reacción española ha sido fulminante, con solidez bajo el propio aro y dos contraataques claros, que la han vuelto a poner por delante (49-50, minuto 24). Ha sido el inicio de momentos especialmente inspirados, que han sellado cinco triples poco menos que consecutivos de Bassas (3) y Barreiro (65-70, minuto 29), con Polonia desbordada.
El relevo de Xabi sobre Slaughter lo ha tomado Sergi García, y después también Paulí, y los polacos han perdido algo de fluidez y resolutividad. España, en cambio, ha seguido desplegando sus mejores virtudes como equipo ya en el último tramo del partido. Dos acciones anotadoras de Brizuela han puesto la máxima ventaja española en el marcador por dos veces (70-76 y 73-79). Con todo, el duelo ha seguido siendo igualadísimo, hasta llegar a un último minuto y medio en el que España ha dado lo mejor de sí. Sobre todo reaccionando a dos triples, de Wacinski y de Michalak. Con el primero, Polonia se ha vuelto a poner por delante (85-83, a 1:36); y con el segundo ha empatado (88-88, a 0:17). El orden en el ataque final ha permitido a Guerra forzar una falta en su lucha por el rebote. Quedaban sólo 6 décimas en el reloj, y no ha desaprovechado la oportunidad de rubricar la victoria con un tiro libre.
Una victoria de prestigio, de valores de equipo y de futuro para no dejar de soñar.
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