La Selección U16F culmina el verano de formación con una valiosa medalla de bronce (72-57)

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No resulta sencillo el reponerse anímicamente tras caer en un partido de semifinales pero Bernat Canut y su cuerpo técnico supieron tocar la tecla exacta para poder recuperar el mejor juego de una Selección U16F que ofreció su mejor versión para poder derrotar a Francia. Así, el equipo nacional se colgó una valiosa medalla de bronce tras un encuentro sin fisuras en defensa y marcado por la generosidad ofensiva

Tras un completo verano en el que las diferentes Selecciones de formación apenas han perdido un solo encuentro por cada Campeonato de Europa, la Selección U16F ha culminado tanto su paso por el Europeo de Macedonia del Norte como el periodo estival de 2019 con una valiosa medalla de bronce.

Un objetivo que llegó tras la reconstrucción anímica lograda por el equipo de Bernat Canut superando la derrota sufrida en semifinales en un encuentro que no se resolvió hasta los últimos segundos. Así comenzó a forjarse un triunfo por el que España pujó alto ya desde el mismo salto inicial para poder apoderarse de las primeras rentas a través de una sólida defensa (4-12) No tardó el seleccionador francés en recurrir a su primer tiempo muerto para tratar de reordenar ideas sobre su pizarra pero al equipo francés le costaba superar la defensa española a lo largo de un primer cuarto que comenzaba a dejar sensaciones positivas entre las nuestras (23-16). Se sentían cómodas las jugadoras españolas y eso se notó con el inicio de un segundo periodo donde España fue capaz de dar un nuevo paso al frente en defensa para poder incrementar su ventaja. Todo ello tras exhibir una más que notable circulación de balón en la que destacó la generosidad de las diferentes jugadoras a la hora de encontrar el aro (42-24).

Había sido capaz la Selección Española de doblegar a su rival en el electrónico a lo largo de un completo primer tiempo y eso pesó en el aspecto anímico de un rival al que España restó confianza. Pese a ello, el plantel francés logró rearmar su juego reduciendo ligeramente las ventajas ante una España que comenzaba a notar en las piernas el cansancio tras el notable esfuerzo previo (54-43). La medalla estaba en juego y, ante un reto tan ambicioso, la Selección Española ya no falló poniendo todas sus ilusiones sobre el parqué para cerrar el choque y, con él, la medalla de bronce (72-57).