“Una persona que tiene tres coches en el garaje no va a ir al rebote ofensivo”, dijo Pesic cuando fue presentado como nuevo entrenador del Barcelona, poco antes de ganar la Copa del Rey. Era broma pero lo decía muy en serio. Y los concursos del All Star 2018 le dan su ración de razón: “Un jugador de la NBA que tiene treinta y tres coches en el garaje no va a sudar en un concurso amistoso”. Visto lo visto, hubiéramos gozado más con una final olímpica de curling
Pesic, con su humor ácido, árido, resume un mal que muerde la NBA: quien mucho tiene poco lucha. El nuevo contrato televisivo de la liga estadounidense ha sumado un cero (o más) a todos los sueldos, impulsando esa indolencia que casi nos mata de aburrimiento en los concursos del All Star 2018. Guillermo Giménez y Antoni Daimiel no sabían dónde meterse para comentar en Movistar + el desastre de una noche abierta con una prueba de habilidades convertida en debilidades, o mejor… “devilidades”, sí… con “v” de devil, es decir, diablo, porque hay que ser endiabladamente malo para ofrecer al mundo un tinglado que hace bueno el spanish show con vaquilla del Grand Prix de TVE. ¿Tan complicado es meter el balón dentro de un donut gigante?
Tras las debilidades, digo… habilidades, llegaron los triples, o sea, sumar de tres en tres pero, en este caso, sumando fallo tras triple fallo. La motivación y concentración de los jugadores fue la misma que si apuntásemos a Harden y Cristiano Ronaldo a retarse en un pulso de modestia: nula. Ganó Devin Booker ante Klay Thompson, protagonistas de una final digna que llegó tras una serie de series previa bien propia de un congreso de ladrillos.
A todo esto. En la presentación de los jurados de cada concurso, vimos a celebrities como el humorista Chris Rock (¿qué se ha hecho en la cara?) o el actor Mark Wahlberg, famosos que ni se saludaban entre ellos, ni al presentador, personalidades que ni se inmutaban y más parecían castigados que invitados. ¿Tan malo es el catering del All Star, mister Silver?
En cuanto a los mates, fallar ya no es noticia y cruzar imágenes presentes con vuelos del pasado, como hizo la realización televisiva, daña la vista tanto o más como ponerse a ver un partido retro del Limoges de Maljkovic. Solo por respeto al Dr J deberían cambiar de sistema. Por dar ideas, y sin ofender a Joel Embiid, se me ocurre que el ganador del concurso de mates podría recibir como premio una cita para cenar con Rihanna, o con Neil Patrick Harris, si lo prefiere.
IMPORTANTE NOTA FINAL: Canadá ha logrado el oro ante Suiza en la final olímpica de curling dobles mixtos. Tenía que soltarlo 🙂
Por Xabier Sanmartín C. / Periodista y Asesor de Comunicación en www.amplitude.es
Photo NBA Media
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