Carlos Cabezas y David Doblas, ante la final de la Liga Sudamericana

A partir de este miércoles, Guaros de Lara y Estudiantes de Concordia comenzarán la final a cinco partidos del prestigioso torneo continental. Cabezas tratará de hacer grande la leyenda de Guaros, mientras que Doblas quiere seguir haciendo historia con el modesto equipo argentino. Ambos nos cuentan sus sensaciones

Este miércoles 6 de diciembre a miles de kilómetros de España dos clásicos del baloncesto español comenzarán la pelea final por uno de los más importantes trofeos de Sudamérica. Carlos Cabezas y David Doblas se miden con Guaros de Lara y Estudiantes de Concordia en la final de la Liga Directv Sudamericana.

Para Carlos Cabezas la final llega apenas un mes después de firmar contrato con Guaros de Lara, campeón continental. Un viaje fugaz donde ha tenido que competir sobre la marcha mientras trataba de acelerar el proceso de adaptación al país y a la competición. “El aterrizaje fue muy rápido porque nada más llegar me tocó jugar el primer partido. Por suerte, el club me lo ha puesto todo muy fácil, Guaros de Lara es muy importante no sólo en el país, sino en América. Tiene mucha reputación, posee un gran estadio y una afición espectacular. La organización es magnífica y todo ello ha hecho que la adaptación, aunque rápida, haya sido satisfactoria”, señala un jugador que sobre su adaptación al equipo afirma que “ha sido de menos a más. Al principio costó adaptarse al país, el juego y conocer al entrenador y los compañeros, pero ya me encuentro asentado y antes de la final tuvimos dos semanas de competición doméstica que me sirvió para encontrarme mejor”.

Carlos ha aterrizado en el equipo con buen pie, cuenta con la confianza del entrenador Fernando Duró y lo demuestra el hecho de haber sido el jugador extranjero elegido para competir en Liga Nacional, una competición donde sólo puede jugar un extranjero. Antes de llegar a Venezuela, Carlos ya estuvo poniéndose en forma en su tierra natal, pero estas semanas de adaptación le han servido para coger el ritmo de la competición. “Una cosa es estar bien físicamente y otra cosa es competir. Después de tres meses y medio sin competir me falta ese tiempo para sentir el feeling con el balón y el partido. Todo es un proceso y con mi experiencia he ido entendiendo, poco a poco, qué me pide el entrenador y qué necesita el equipo para serle útil”, dice.

Preguntado por las diferencias de estilo en el juego, el base campeón del mundo en 2006, afirma que en Venezuela “el estilo se acercaría al americano porque hay mucho jugador de universidad o de D-League. Es bastante físico, aunque en este club se nota la huella del Che García y hay un juego más organizado. De manera general, se suele ver un baloncesto muy vertical, muy de uno contra uno, donde la defensa de ayudas cuesta y yo, por ejemplo, trato de aportar mi dirección, hacer jugar a todos y dar un punto más de intensidad en defensa”.

Carlos, habituado a tantas grandes batallas, reconoce que volver a estar en disposición de pelear por un título le hace ilusión. “Jugar por algo importante siempre es bueno, he podido jugar finales o llegar a Playoffs con equipos más modestos y la verdad es que siempre estos partidos son especiales. Va a haber 10.000 o 12.000 espectadores en nuestra pista, el ambiente será fantástico y esta oportunidad en este punto de mi carrera es algo que valoro mucho”. Además, este título es muy ansiado por el club ya que es la final que le falta por conquistar y toda la organización y la masa social está poniendo mucha ilusión para agrandar la leyenda de uno de los mejores equipos del continente.

El rival será Estudiantes de Concordia un modesto club argentino que ha ido creciendo y que tiene caras conocidas como el entrenador, Lucas Victoriano, y el pívot David Doblas. Éste vive su segunda experiencia en el extranjero después de una buena temporada en el Doxa Lefkadas de la liga griega. Sobre su oponente en la final, Cabezas señala que “tiene a David Doblas, al que conocemos por haber jugado muchos años a gran nivel en Liga Endesa y que es muy importante para ellos. Además, tienen un par de buenos americanos y argentinos que le ponen ese carácter aguerrido tan propio de ellos. Es un equipo que lo lucha todo y que pone mucha garra en el campo. Es un club que con pocos recursos económicos ha conseguido colarse en la final venciendo a Flamengo, que era el favorito, y eso dice mucho del equipo y el entrenador”.

Precisamente éste es un viejo conocido tanto de Carlos como de la afición española, pues se trata de Lucas Victoriano, quien fuera base, entre otros de Real Madrid, Lleida y Zaragoza. “He compartido muchos momentos con él Zaragoza, le conozco de haber jugador en contra y me alegro mucho de cómo le están yendo las cosas. Mi entrenador, Fernando Duró, me ha hablado muy bien de él y del estilo de juego que propone. Sé que Lucas lo va a hacer muy bien como entrenador”, declara. Con un entrenador al que conoce muy bien y un rival con el que compartió muchas concentraciones desde pequeños con la selección española, no cabe duda que para Carlos “esta final va a ser bonita y curiosa. Es de estas cosas curiosas que tiene la vida y el deporte: después de tantos años vamos a jugar toda una final continental tan importante y que va a ser tan seguida”.

La final será al mejor de cinco partidos, donde los dos primeros se disputarán en tierras venezolanas (6 y 7 de diciembre) en el Domo Bolivariano que posee una capacidad para 10.000 espectadores. Luego la serie final se traslada a la ciudad argentina de Concordia para jugar el 13 y 14 en el Gigante Verde. En caso de ser necesario un quinto partido, el mismo volvería a jugarse en Venezuela el 20 de diciembre.

Dejado de lado el baloncesto, la actualidad manda y es inevitable preguntar por la situación social que se ha encontrado en un país convulso en los últimos años. Sobre la vida en Venezuela y su experiencia, Carlos reconoce que “la situación del país es compleja. Se ha devaluado la moneda y se nota que hay gente que pasa necesidades. En ese sentido el club y la organización nos trata muy bien, el presidente hace todo lo posible para que el jugador se centre en lo deportivo”.

Para terminar, y antes que el resultado puede distorsionar la evaluación final, Carlos habla de su futuro y declara que “hay una opción por ambas partes para seguir. Yo quería dejarme la oportunidad de ver cómo iba la adaptación o si alguna oferta en España pudiera ser interesante y el club también quería tener esa libertad. El futuro está abierto porque después de enero se juega la Liga de las Américas y es una bonita competición. Tras esta final volveré a España y pasaré la Navidad en casa y entonces será el tiempo para pensar y decidir”.

Nota de prensa ACB · Foto: FIBA

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