Cooper Flagg, el futuro ya está aquí en Dallas
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Cooper Flagg, el futuro ya está aquí en Dallas

El inicio de la era Cooper Flagg en los Dallas Mavericks ha dejado de ser una simple promesa. Las primeras apariciones del joven fenómeno en la pretemporada NBA han confirmado lo que se intuía desde sus días en Duke: su impacto puede sentirse desde el primer día, especialmente en el costado defensivo y en la energía que imprime al juego.

Un impacto inmediato

Flagg, con apenas 18 años, ha mostrado una madurez poco común para un novato. En los partidos de pretemporada promedió 11,3 puntos, 4,5 rebotes, 2,8 asistencias, 1,3 robos y 0,8 tapones en poco más de 21 minutos, unas cifras que reflejan su naturaleza versátil y su capacidad para influir en diferentes apartados del juego.

Su defensa ha sido su carta de presentación. Flagg ha demostrado una capacidad excepcional para cambiar en los bloqueos, contener a exteriores más rápidos y ofrecer ayudas en el aro. Su lectura defensiva y sus manos activas ya lo posicionan como uno de los jóvenes más adelantados en ese apartado dentro de su generación.

En ataque, su rol ha sido más discreto, pero no menos interesante. Ha asumido responsabilidades en la creación, moviéndose con naturalidad como point forward y mostrando una visión de juego madura para su edad. En varios encuentros, Jason Kidd lo utilizó como generador secundario, una función que le permitió mostrar su capacidad para tomar decisiones y castigar defensas rotas.

Virtudes de un perfil moderno

Flagg encarna el tipo de jugador que define al baloncesto contemporáneo: atlético, polivalente y con impacto en ambos lados de la pista. En transiciones rápidas, es capaz de correr la cancha, finalizar con potencia y contagiar energía a sus compañeros. En media cancha, su lectura sin balón le permite aprovechar cortes hacia el aro o recibir en ventajas.

Donde más brilla, sin embargo, es en la defensa. En la pretemporada destacó con actuaciones de gran intensidad —como los 11 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias y 3 robos en un solo partido— que confirmaron su instinto natural para el robo y la anticipación. Es un jugador que disfruta del contacto, que no rehúye el reto físico, y que se entrega con la intensidad de un veterano.

Las áreas a pulir

No obstante, hay aspectos que deberán evolucionar. El más evidente es el tiro exterior, todavía irregular. Su mecánica sigue siendo algo rígida y los porcentajes en pretemporada lo reflejan: sufrió para encontrar ritmo desde el triple (0 de 5 en su debut, 5 de 21 en tiros de campo). En una NBA cada vez más dependiente del spacing, mejorar la consistencia desde el perímetro será clave para elevar su techo ofensivo.

Otro punto pendiente es la definición de su rol. Jason Kidd aún no ha aclarado si Flagg partirá desde el banquillo o si será titular en un rol híbrido entre alero y ala-pívot. Su perfil le permite ocupar múltiples posiciones, pero encontrar estabilidad en una función concreta podría facilitar su adaptación inicial.

Un ajuste perfecto para el proyecto de Dallas

En una plantilla que busca equilibrio entre el talento de Luka Dončić y la energía de los nuevos complementos, Flagg aporta juventud, intensidad y versatilidad. Es el tipo de jugador que puede cambiar el tono de un partido con su defensa, su instinto competitivo y su capacidad para conectar jugadas.
Dallas necesitaba justamente eso: un jugador que mezcle impacto inmediato con proyección a largo plazo.

Si mantiene el ritmo mostrado en la pretemporada, Flagg puede convertirse en una de las sensaciones del curso entre los novatos. Su impacto defensivo podría ganarle minutos importantes desde el arranque y, si el tiro exterior empieza a acompañar, su progresión podría acelerarse hasta colocarlo en la conversación del Rookie of the Year.