El anfitrión tira de defensa para dar el primer paso, 71-50

No es fácil para el anfitrión el primer partido de Copa. Pero la puesta en escena, con una gran intensidad defensiva y el talento de Fiebich y Gatling, fue clave para conseguir el pase a semifinales

Las armas de este Casademont Zaragoza para conseguir esta Copa son muchas y variadas. Empezando por la afición, que no va a fallar ningún partido. Siguiendo por un talento espectacular como Leo Fiebich y una pívot dominante como Keisha Gatling. A partir de ahí, calidad, defensa y compromiso con Gimeno, Oma, Ortiz, Tate, Grande… con esas piezas se ha deshecho de un voluntarioso Kutxabank Araski, que llegó con su estrella (Tanaya Atkinson) con problemas físicos.

Leo Fiebich golpea primero (17-6)
El partido comenzó como un típico primer encuentro de una gran competición. Errores, nervios y pocos puntos. El marcador se quedaba en 2-2 con cuatro minutos de juego. El público, ya en una muy buena entrada, también parecía esperar momentos más intensos. Cinco puntos consecutivos de Fiebich parecían despejar los nervios. Carlos Cantero rotaba el equipo y la defensa no bajaba su intensidad, con Txell Alarcón como única arma ofensiva de las vitorianas.

La defensa como arma ofensiva (34-18)
El Casademont Zaragoza se lo jugó todo en la defensa. Una individual con muchas ayudas y anulando a Tanaya Atkinson en ataque. Markeisha Gatling comenzaba a hacer daño en la zona, y se imponía a su antagonista Diarra en la lucha de ‘cincos’ dominantes. Van den Adel tiraba del ‘carro’ verde, pero el dominio del partido lo ponía una Mariona Ortiz que no necesitaba anotar para ser eficaz. Sólo un triple de María Asurmendi sobre la bocina le daba esperanzas a las alavesas.

Gatling sofoca la revolución verde (53-33)
Las fuerzas iban disminuyendo, y el partido, por fin, se descontroló. Era la única solución que tenía Made Urieta para intentar la remontada. Un triple de Chatrice White ponía el 37-29 y algo de nerviosismo en las gradas del Príncipe Felipe. Pero volvieron a aparecer Fiebich y Gatling, dos jugadoras diferenciales. La americana ponía el +20 (49-29) y se iba al banquillo pensando ya en el partido del sábado.

Fiesta en las gradas… y la mente en el sábado (71-50)
El trabajo estaba ya hecho. Sólo faltaba no tener un cortacircuito y esperar que pasase el tiempo. Carlos Cantero pedía intensidad para que las mentes no empezaran a pensar todavía en el encuentro del sábado ante el Valencia Basket, uno de esos momentos importantes en la corta historia del equipo aragonés. Quedaba tiempo para que salieran a pista Davinia Angel y Leyre Urdiain, dos de las promesas del Casademont Zaragoza.

nota de prensa FEB

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