El Látigo: Lakers, Magic tras Kupchak ante la degeneración del All Star en Male-Star

Las gafas de Jack Nicholson, el flow, las cheer leaders que quitan el hipo, el ritmo, el confeti púrpura, Hollywood, América (la grande)… todo eso eran Los Ángeles Lakers del show time, hoy (re)convertidos en un infierno que ha quemado a Mitch Kupchak y ahora quiere apagar la sonrisa Magic, un ídolo de cuando el All Star aún no había degenerado en Male-Star

Cuando cientos de miles de niños degustábamos Nocilla entre tiro y tiro (que no tirito) en la España de los 80, a los jugadores como Kupchak no se nos ocurría llamarles agitatoallas cuando gritaban desde el banquillo. Eran la élite y Kupchak era parte de ella, de nuestro asiento cerca de las estrellas.

Mitch estudió en la misma Universidad que Michael Jordan, North Carolina pero lo hizo en unos años 70 de NBA alicaída. Sus 2,06 m. y 104 kilos le daban perfil de center con una polivalencia de power forward ideal para aquel baloncesto más blanco, más blando. Entró en la NBA elegido por Washington Bullets y tras destacar saltó a los Lakers del año 1981-82 con apenas 26 años. Allí, el hoy directivo en paro, asombró. El mundo era suyo.

En sus primeros 26 partidos en Los Angeles Lakers promedió 14,3 puntos (más del 57% en tiros de dos) y 8,1 rebotes en 31 minutos pero… una lesión de rodilla le tuvo en puerto seco durante un año, y aquello acabó como Puerto Urraco, con la sangre quemando todo.

Tras el suceso, Mitch jugó sin jugar durante tres temporadas púrpuras, con unas medias bajísimas hasta retirarse a los 31 años.

A partir de entonces… mister Kupchak pasó 36 años en la trastienda de los Lakers, sufriendo en este siglo XXI donde los Lakers han sufrido el egoísmo de Kobe Bryant, un mito que pensaba que al basket se juega uno contra cinco (ni Pau Gasol le hizo rectificar).

Retirado Kobe (malas lenguas dicen que quiere hacer un tour de adiós por las high school) y despedido Kupchak… en este 2017 brota la duda: ¿puede Magic hacer milagros?

Pasar de equipo de leyenda a peleles de lujo exigió años de naufragio continuado y darle la vuelta a ese calcetín exigirá mucha (pa)ciencia. Igual que hace meses Xavi Pascual no era el principal culpable de la deriva del Barcelona, tampoco Kupchak comía niños para desayunar cada mañana cuando trabajaba en los Lakers.

En los años 80, a Magic le bastaba sacar el primer pase de contragolpe para hacer feliz a media humanidad (la otra media era de los Celtics), se tiraba más de dos que de tres, los vestuarios carecían de espejo individual y los All Star eran finales donde saber (e)STAR, así que Magic, we love you pero ten cuidado.

Aquí tenemos un dicho que dice: “Detrás vendrá quien bueno te hará”. Y Bartzokas lo está descubriendo tarde.

¡¡¡ZAS!!!

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