La caída, por Tim Shea

Hay una expresión estadounidense muy conocida que describe la experiencia de ser llamado de vuelta a un entorno social o profesional familiar. Esta frase es, “Been there, Done that” (Ya lo he hecho). Personalmente, me identifico con este dicho, ya que lo experimenté primero en Ferrol y luego en Ourense. En ambos casos, me contrataron a finales de temporada para asumir el cargo de entrenador jefe de la ACB, con el objetivo de “salvar” al equipo. Ambas experiencias fueron lamentables y me dejaron una huella imborrable

El descenso, la relegación, un aspecto clave del sistema de ascensos y descensos, se introdujo por primera vez en el fútbol español con la creación de La Liga en 1929.

¡Felicitaciones al descenso por acercarse a su centenario!

A diferencia del fútbol, que puede terminar en empate, casi todos los demás deportes concluyen con un resultado definitivo: una victoria o una derrota. Esta es la realidad. Además, algunas ligas, al coronar a un campeón al final de la temporada, también eliminan a un número determinado de equipos en función de su rendimiento (victorias y derrotas). Me gustaría compartir mi interpretación personal de este fenómeno histórico. El descenso es una experiencia terrible. Es duro, cruel y profundamente inquietante. Desde la perspectiva de este estadounidense reubicado, se siente fundamentalmente antideportivo.

Para un equipo o club que se enfrenta al descenso, la tensión es palpable, casi tangible. Los participantes están nerviosos, jugando no para ganar, sino para evitar perder. La ansiedad es abrumadora y el miedo al fracaso se cierne sobre él, como un muro infranqueable. El prestigio, el orgullo, las finanzas y el honor están en juego. Una nube oscura y amenazante se cierne sobre el equipo, el club, sus aficionados y toda la ciudad.

Estar en la cima de la liga se siente como el paraíso, mientras que estar en el fondo es como el infierno. Esta reliquia de 1929 ha dejado de ser útil y debería ser reconsiderada. El deporte profesional se ha convertido en una industria madura. No debería verse limitado por ideas obsoletas. Los dinosaurios también se enfrentaron a la extinción.

A continuación, se presentan las principales consecuencias del descenso para los clubes deportivos europeos, ya que les afecta tanto dentro como fuera del campo.

1. Impacto financiero

• Disminución de ingresos: El descenso suele suponer una caída significativa de los ingresos de los clubes, principalmente debido a la pérdida de ingresos por derechos televisivos. Las ligas de mayor categoría suelen generar sustancialmente más ingresos por retransmisión que sus homólogas de menor categoría.

• Ingresos por jornada: Competir en una liga menos competitiva suele resultar en una menor asistencia, especialmente para los clubes que antes disfrutaban de una mayor afición en la primera división. Esta disminución en la asistencia influye directamente en la venta de entradas, los patrocinios y la venta de productos.

2. Fuga de talentos

• Salidas de jugadores: El descenso suele impulsar a jugadores clave a buscar oportunidades en ligas superiores. Los clubes descendidos tienen dificultades para ofrecer el mismo nivel de competencia o salario.

• Cambios en la directiva y el cuerpo técnico: El descenso suele provocar cambios en la directiva. Un club puede contratar a un nuevo entrenador con experiencia en divisiones inferiores, o el actual podría marcharse. Los cambios de personal pueden ser extensos, afectando a los equipos técnicos e incluso al personal médico.

• Desafíos de reclutamiento: Atraer jugadores de alto calibre en una división inferior se vuelve cada vez más difícil. Si bien algunos talentosos podrían desear quedarse y ayudar al club a recuperar su estatus de élite, muchos otros se mostrarán reacios a unirse a un equipo descendido.

3. Efectos en la identidad y reputación del club

• Disminución del prestigio: El descenso reduce la posición de un club como equipo de élite, lo que también puede perjudicar su reputación internacional, dificultando la atracción de patrocinadores o talentos de élite en el futuro.

• Sentimiento de la afición: Tras el descenso, la afición de clubes históricos puede experimentar desilusión o frustración. Este cambio de sentimiento puede resultar en una reducción del apoyo y la asistencia, lo que puede perjudicar aún más la salud financiera del club.

4. Impacto psicológico y social

• Moral del equipo: Un descenso a una división inferior suele tener un efecto negativo en la moral del equipo. Los jugadores pueden sentirse menos motivados, lo que puede llevar a una disminución en su rendimiento.

• Impacto en la comunidad: Los clubes con fuertes vínculos locales o regionales influyen significativamente en sus comunidades. El descenso puede dañar el orgullo local, pudiendo causar malestar social o disminuir la participación comunitaria.

5. Carrera de Ascenso y Presión por el Regreso

• Presión por el Regreso: Los clubes descendidos a menudo se enfrentan a una intensa presión para recuperar rápidamente su estatus anterior. Las repercusiones financieras de permanecer en una división inferior durante un período prolongado pueden ser graves, lo que impulsa a los clubes a reestructurar y mejorar sus plantillas para ascender. Sin embargo, la competencia para ascender de nuevo a la máxima categoría es intensa.

• Fenómeno Yo-Yo Descenso/Ascenso: Algunos clubes se ven inmersos en un ciclo de descensos y ascensos repetidos, a menudo conocido como efecto Yo-Yo, ya que luchan por mantener la regularidad después del descenso, pero logran ascender de nuevo en una o dos temporadas.

6. Cambios Estratégicos

• Cambio en el Estilo de Juego: Los equipos que han descendido modifican con frecuencia sus estrategias tácticas. Pueden adoptar un estilo más defensivo y adaptarse a las exigencias físicas y al estilo de juego de las divisiones inferiores, que a menudo priorizan el fútbol directo sobre el control del balón.

• Desarrollo de la Juventud: El descenso puede impulsar un cambio de enfoque hacia el desarrollo de jóvenes talentos o la inversión en opciones más asequibles para mantenerse competitivo en las categorías inferiores.

7. Consecuencias Legales y Estructurales

• Asuntos Legales y Contractuales: Tras el descenso, los contratos y salarios de los jugadores pueden estar sujetos a renegociación. Muchos jugadores de alto perfil tienen cláusulas de descenso en sus contratos, lo que les permite salir por tarifas de transferencia más bajas o incluso gratis.

• Propiedad y Gobernanza: En casos graves, el descenso puede llevar a cambios en las estructuras de propiedad o gobernanza, con posibles adquisiciones por parte de inversores que buscan restaurar el estatus de élite del club.

8. Impacto de las Competiciones Europeas

• Ausencia de Competiciones Europeas: El descenso excluye al club de participar en torneos europeos (como la Champions League y la Europa League), lo que puede afectar significativamente tanto a su situación financiera como a su reputación, especialmente si el club ha sido un contendiente constante.

9. Consecuencias a largo plazo para la estructura del club

• Presión financiera: Una ausencia prolongada de la máxima categoría puede suponer una considerable presión financiera para el club. Esto puede obligar a la venta de activos clave, incluyendo jugadores, e incluso podría provocar inestabilidad financiera o la quiebra.

• Iniciativas de reconstrucción: Los clubes de divisiones inferiores necesitan con frecuencia modernizar su infraestructura, centrándose en el desarrollo de jugadores, la mejora de las instalaciones y las estrategias de marketing para recuperar su posición en la élite.

En conclusión, el descenso para los clubes deportivos europeos representa más que un simple obstáculo competitivo; es una crisis compleja que puede afectar la estabilidad financiera, la fidelidad de los jugadores y la afición, y las perspectivas de futuro del club. He ganado dos campeonatos y también me he enfrentado a retos de descenso en dos ocasiones. Puedo afirmar con seguridad que ganar un campeonato es una experiencia increíble; mientras que el descenso es algo que no se le desearía ni a un enemigo.

¡Que quede claro! El mundo del deporte ha evolucionado significativamente desde 1929, y ya es hora de que las federaciones deportivas también se adapten a estos cambios.

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