Los Warriors demostraron mayor entereza mental en otro partido donde se jugó con gran tensión y donde de nuevo la actuación arbitral no pudo librarse del foco mediático
Ya en el primer cuarto ocurrió una de las claves partido, cuando Stephen Curry, con un golpe en la mano izquierda, y James Harden, con una herida en el rostro debido a un manotazo de Draymond Green, tuvieron que abandonar la cancha. Curry regresó enseguida, Harden tardó algo más con los ojos totalmente enrojecidos.
Esto hecho hizo que los Rockets empezaran muy descentrados, más pensando en otras cosas que en ponerse a jugar. 9 pérdidas de balón y un baloncesto muy descabezado hizo a los tejanos ponerse 14 abajo con rapidez (8-22). A partir de todo el partido fue un constante intento de remontada por parte de lo Rockets, con Chris Paul asumiendo la responsabilidad en ataque en ausencia de Harden, además del esfuerzo físico de Rivers y Capela. Houston recuperó terreno, pero los Warriors dominaban con 8/10 puntos de ventaja en todo momento (49-58).
Poco a poco Harden, visiblemente dolorido del golpe recibido en el primer cuarto, se fue sumando a la reacción visitante, que llegaron a ponerse a tres puntos a falta de siete minutos para el final (89-92), pero llegó claramente tarde ante unos Warriors que a pesar de la distancia final en el marcador dominó con claridad este segundo partido de la serie.
Harden terminó con 29 puntos y 7 rebotes, Paul 18 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias, Gordon 15 puntos, y por dentro Capela (14 puntos 10 rebotes) y Tucker (13 puntos 10 rebotes), los mejores en los Rockets.
Kevin Durant (29 puntos 5 rebotes) volvió a ser el más destacado de los suyos, Curry (20 puntos 5 asistencias) mejoró sus prestaciones, Curry (21 puntos 5 rebotes), Iguodala (16 puntos 5 rebotes) y Green (15 puntos 12 rebotes 7 asistencias) siempre efectivo y polémico a partes iguales.
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