North Carolina Tar Heels logró el sexto título de su historia al lograr el triunfo por 71-65 en un partido marcado por el protagonismo arbitral durante toda la segunda parte. Faltas constantes y parones injustificados mancharon un partido en el que los flashes de Isaiah Hicks y Joel Berry decantaron la balanza ante la incapacidad para anotar de los Bulldogs en los segundos 20 minutos. Un broche final agridulce a una temporada de sensaciones encontradas, y que consolida a Roy Williams como uno de los grandes técnicos de la historia y a Joel Berry II como merecido MVP. Gentileza de fullbasket.es
Gonzaga 65-71 North Carolina
Como si no hubiese descanso. Así arrancó la finalísima con ambos equipos marcando sus cartas desde el minuto uno, como si no supiesen como iba a ser el desenlace. Gonzaga buscando cargar el juego a las espaldas de Karnowski, mientras que North Carolina hacía lo mismo con una transición que puso la primera canasta del partido a mate de Theo Pinson. Pero la realidad es que ni uno ni otro lograron el objetivo durante gran parte de la primera mitad. La labor de un Kennedy Meeks implacable en el primer partido tuvo continuidad en el segundo para ahogar una y otra vez las intenciones del polaco de cara a crear desde el poste bajo. La potencia del hombre alto de los Tar Heels obligó a Karnowski a salir fuera y anular por completo el plan inicial de una Gonzaga que poco a poco supo ajustarse.
Esta toma de contacto entre contendientes tuvo en un inicio lento y errático su punto más álgido durante los primeros cinco minutos de choque, donde no fue hasta el acierto desde la larga distancia con tres triples consecutivos de Perkins, Berry y Jordan Matthews cuando Bulldogs y Tar Heels comenzaron a mejorar sensaciones (14-14 min 8). A partir de ahí Few jugó al desajuste, y sorprendiendo la defensa inicial de Williams-Goss sobre un Jackson muy discutible en la selección de tiro, hizo lo mismo abusando de Berry en ataque generando a partir de la diferencia de estatura. Fue en ese momento y con la inspiración, completamente inesperada, de un Josh Perkins letal desde la línea cuando los de Spokane comenzaron a mostrar su mejor cara. Un parcial de 7-0 con el backcourt en locura ofensiva sumado al siempre trabajo positivo de Johnathan Williams dejaba a UNC sin respuesta más allá de la soberbia actuación de Meeks sobre las piezas interiores de Gonzaga. La completa anulación del rebote ofensivo y la falta de segundas oportunidades dejaba a un Hicks frustrado en la misma tesitura que frente a Oregon, y a los Bulldogs en esa sintonía perfecta que tanto ha sonado en lo que llevamos de temporada.
Fue otro triple más de Berry el bálsamo que necesitaron los Tar Heels para engancharse en el encuentro a base de veteranía y experiencia. Con NWG mejor defendido por un Jackson más intenso en la presión, UNC se reencontró consigo misma a base de juego interior y el ímpetu de un Isaiah Hicks que en ningún momento dejó de intentarlo. Cuatro puntos suyos de forma casi consecutiva redujeron la máxima ventaja de unos Bulldogs que llegaron a amenazar con el 28-21, y junto a los esfuerzos del juego interior y tres tiros libres de Berry, los de Roy Williams minimizaron daños en el momento crítico para poner el 33-30 en el marcador (min 19). Sólo una canasta de Melson y dos tiros libres de Williams-Goss fueron la actividad total en los últimos tres minutos para Gonzaga, que entró en una serie de errores continuos para dejar el partido y todo por decidir de cara a la segunda parte (35-32 min 20).
La segunda parte arrancaba con la obligatoria necesidad de ver más a Justin Jackson por parte de UNC, y el esfuerzo se vio en los primeros instantes. Dos tiros libres y un tapón volvieron loco el University of Phoenix Stadium y lideraron a los de Williams a un parcial de 8-0 con Berry como principal protagonista. La tónica había cambiado y Gonzaga se arrugaba por primera vez en lo que iba de torneo. Dos pérdidas inmediatas, faltas absurdas y mala selección de tiro dejaba a los de Few lejos del nivel mostrado durante los primeros 20 minutos, hasta que el maestro desde el banquillo decidió poner las cosas en su sitio tras el tiempo muerto. Del 8-0 al 0-8 casi inmediato por medio de Jordan Matthews, que con un triple y un robo dejó la reacción de North Carolina en una mera anécdota, lo que sumado al desfile del silbato arbitral ralentizó un partido que dejo la puerta abierta al más lento de los ritmos de juego posibles.
De ahí el partido se fue a otros derroteros. La cuarta falta de Collins obligó a Few a gestionar el banquillo, y con ello comenzaron a aparecer las piezas interiores de North Carolina. Con una canasta tras contacto, Isaiah Hicks se encargaba de volver a colocar a los suyos por delante (43-44 min 27) y ese fue el principio del fin del partido. Faltas constantes, cortes para reviews e infinidad de incongruencias arbitrales que transformaron una final en un auténtico espectáculo negativo en el que el baloncesto quedó en segundo plano durante más de 10 minutos. Más de 40 faltas y unos porcentajes paupérrimos dejaban el partido en balance ajustado, con canastas desde la linea de tiro libre y el colapso de los Zags para anotar en canastas en juego. Ya con el partido entrando en su fase decisiva y con 52-54 en el marcador, cuatro puntos consecutivos de Hicks intentaba animar un partido completamente muerto a pesar de los intentos de Johnathan Williams por seguir poniendo su propia pincelada.
Últimos cinco minutos y entre pito y pito se produjo la quinta falta de un Zach Collins que abandonaba la cancha cuando comenzaba a recuperar sensaciones en un partido completamente trabado. Few de nuevo obligado a ajustar, pero las cosas no iban a ser sencillas para ninguno de los dos equipos. Los líderes buscaban el protagonismo, y a diferencia de un Jackson bloqueado en la línea de 3 (0/9 T3), Nigel Williams-Goss tiró de galones para anotar los siguientes ocho puntos de los Zags que dejaban todo por decidirse. Con el 65-63 en el marcador, UNC tiró de experiencia para por medio de un Jackson negado y un canastón clave de Hicks sellar un triunfo merecido en un partido que no evitó la sensación de habernos dejado un espectáculo que pudo ser mucho más.
Sexto título para unos Tar Heels que se colocan ya como el segundo equipo más títulos de la historia, al mismo tiempo que Roy Williams logra su tercer título y entra de lleno en ese Top 5 de entrenadores históricos. Los Zags perdieron su oportunidad, pero cabe duda de que volverán a tenerla de la mano de un técnico destinado a ganar.
Foto: NCAA
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