Historia de la Virtus Bolonia – Temporada 1998/99 (II)

Como homenaje a la Virtus Bolonia, vamos a repasar su historia desde el año 1997 hasta el 2002. Cinco años donde los italianos dejaron una huella imborrable para muchos aficionados. En esos cinco años ganaron dos Legas, tres coppas en cuatro finales disputadas, y dos copas de Europa/Euroleague en cuatro finales disputadas. Cuatro finales europeas en cinco temporadas no está al alcance de muchos equipos en la historia

En la temporada 1998/99 la Kinder Bolonia sufrió pocos cambios en su plantilla, reforzándose con el alero Bill Edwards como única cara nueva que llegó comenzada la temporada para suplir la marcha de Zarko Paspalj (8.2 puntos y 4.0 rebotes), que como curiosidad pondría fin a su carrera tras marcharse de Bolonia. Olowokandi (4.7 puntos y 5.7 rebotes) jugó durante la huelga de jugadores en la NBA del aquel año, significando su debut como jugador profesional, luego se iría a la NBA, donde disputó 9 temporadas sin demasiado éxito para un número 1 del Draft.

Curiosamente este año ganó un título, el que no ganó la temporada anterior, la Coppa, y en cambio no pudo vencer tanto en la Lega como en la Copa de Europa, donde llegó hasta la final pero perdió de forma sorprendente ante el Zalgiris Kaunas que no contaba en las apuestas para llevarse el cetro europeo.

En la competición doméstica su rival este año fue el Varese, con quien se enfrentó en la final de Coppa, y en las semifinales, que finalmente perdieron de forma clara.

En la Coppa vencieron por un ajustadísimo 65-63. Fue un partido a cara o cruz que finalmente se llevaron los boloñeses. Sin Danilovic, Abbio destacó con 19 puntos, bien secundado por Nesterovic (11 puntos), Frosini (11 puntos), seguido de Rigaudeau (9 puntos), Edwards (8 puntos) y Sconochini (7 puntos).

En el Varese, Mrsic (19 puntos), Pozzecco (12 puntos), Santiago (9 puntos), De Pol (8 puntos), Galanda (6 puntos) y Meneghin (5 puntos).

En Lega la Virtus Bolonia cayó eliminada en semifinales a manos del Varese por un claro (3-1). Los de Varese comenzaron la serie ganando los dos primeros encuentros, encaminando su clasificación a la final, en el tercer encuentro fue un cara o cruz que se llevó la Virtus para forzar el cuarto.

83-69 (1-0) / 72-77 (2-0) / 81-82 (2-1) / 60-63 (3-1)

La Virtus poco pudo hacer ante un Varese más sólido, con un juego más coral, y además tenemos que contar que en Bolonia no pudieron contar con un Danilovic sano, una tónica esta temporada.

En la serie Nesterovic fue el mejor por la Virtus con sus 15.5 puntos y 5.2 rebotes, seguido de Edwards (14.0 puntos 7.2 rebotes), Abbio (13.0 puntos 3.2 rebotes) y Rigaudeau (10.5 puntos 2.0 asistencias). Sconochini aportó 7.7 puntos y 2.5 rebotes. Danilovic se quedó en 7.0 puntos y 2.3 rebotes.

Poco ante un Varese liderados por un bloque muy solvente, con Pozzecco (13.2p, 4.2a), Meneghin (12.0p, 4.5r, 3.0a), Mrsic (13.7p, 3.2r.), De Pol (12.7p, 5.2r.), Santiago (5.5p, 4.0r.), Galanda (10.7p, 4.5r.) y Vescovi (7.0p, 1.2r.).

La final four de la Copa de Europa se celebró este año en la ciudad alemana de Múnich. Quedando los cruces de la siguiente manera, por un lado el duelo entre dos eternos enemigos VIRTUS BOLONIA contra la FORTITUDO BOLONIA, por el otro lado el OLYMPIACOS contra el sorprendente ZALGIRIS KAUNAS.

La primera semifinal entre italianos ofreció el juego intenso que se presumía. Eran dos rivales que se conocían a la perfección y el partido no tuvo dueño hasta las últimas posesiones. En ese momento, al final, sobresalió la calidad de Nesterovic, Danilovic y Sconochini.

VIRTUS BOLONIA 62
*Rigaudeau – 7p, 2r.
*Danilovic – 12p, 3r.
*Sconochini – 12p, 4r.
*Frosini – 3p, 6r.
*Nesterovic – 16p, 12r.
Abbio – 7p, 3a.
Crippa – 3p, 1a.
Binelli – 2p, 3r.
Panichi – 0p.
O´Sullivan – 0p.

FORTITUDO BOLONIA 57
*Mulaomerovic – 5p, 3a.
*Myers – 18p, 3r.
*Jaric – 17p, 4r.
*Fucka – 0p, 3r.
*Betts – 5p, 5r.
Karnisovas – 2p, 3r.
Pilluti – 5p, 2r.
Damiao – 3p, 2r.
Gay – 2p, 4r.
Cittadini – 0p.

En la otra semifinal el Olympiacos de Ivkovic partía como favorito sobre el papel pero lo cierto es que el Zalgiris Kaunas dominó el partido desde el principio. Edney impuso el ritmo y Bowie fue una verdadera amenaza para la defensa griega. En el Olympiacos destacó Tarlac pero echaron de menos una mayor aportación de Komazec y Oberto.

La “marea verde”, el equipo lituano del Žalgiris Kaunas del que es co-propietario Arvydas Sabonis, se convirtió en el primer campeón báltico de la máxima competición europea de baloncesto con dos armas fundamentales: intensidad defensiva y contraataque. Frente a las durísimas defensas y la lentitud (confundida con control) que se habían impuesto en las finales previas, cuyo más inmediato resultado fueron unos marcadores paupérrimos —el Limoges de Maljković fue el que mostró el “camino” a todos los demás—, el equipo de Kaunas demostró que es posible mantener un ritmo constante de juego, tanto en defensa como en ataque. La clave de lo primero: defender más el balón que la canasta; la de lo segundo: acierto en el tiro exterior y contraataque.

En Múnich se enfrentaron dos concepciones antagónicas del baloncesto: la especulación italiana frente al talento lituano. El objetivo de la Kinder era imponer su mayor fortaleza defensiva y un ritmo lento a fin de frenar el caudal ofensivo del Žalgiris, y durante los primeros minutos parecieron lograr su objetivo, pese a que los hombres de Kazlauskas trataban de acelerar el juego. En medio de una lucha feroz por cada balón, por cada rebote, con constantes fallos y tapones, el equilibrio presidió la final durante el primer cuarto (17-13, min. 10); sin embargo, el ritmo trepidante marcado por el base norteamericano Edney y la mayor capacidad de tiro lituana empezaron a abrir una importante brecha en el marcador (42-26, min. 39), con canastas de todos los colores, contragolpes, palmeos y, en general, una alegría ofensiva que contrastaba con la ineficacia en ataque de la Kinder(apenas ocho canastas de campo en esta primera mitad). Al descanso se llegó con una clara ventaja para los de Kaunas (45-30) y la sensación de que, por vez primera en los últimos años, el ataque se imponía a la defensa en una final europea.

Quince puntos abajo al iniciarse la segunda parte obligaron a Ettore Messina a cambiar radicalmente sus planes. Ya no servía para nada el baloncesto control de la Kinder, porque ese control lo habían perdido en la primera mitad. ¿Qué había ocurrido para que esto fuera así? Sencillamente, el Žalgiris había impuesto un ritmo constante e incisivo de la mano de su base Edney (MVP de la final) y el acierto de Štombergas, Bowie y Mindaugas Žukauskas, que anotaban a los pocos segundos de posesión. Quedó demostrado de esta forma que se podía ganar la Euroliga jugando al baloncesto en lugar de “racanear”. Defensa fuerte cuando el contrario tiene el balón y anotación lo más rápido y fácil posible.

Los mayores problemas para la Kinder vinieron en el juego interior, ya que los hombres altos del Žalgiris, veloces, versátiles y grandes tiradores de perímetro, resultaban muy difíciles de defender. Para neutralizar el ataque italiano, Kazlauskas había dispuesto en individual a Edney y uno de sus pivots (Eurelijus Žukauskas o Zídek), mientras que los otros tres jugadores cambiaban constantemente de asignación en todos los bloqueos. Este tipo de defensa requería una condición física formidable, que los lituanos poseían. De esta forma tan sencilla y efectiva, el Žalgiris consiguió reivindicar el baloncesto en estado puro.

Conforme avanzaba la segunda mitad, la Kinder se dio cuenta de que su baloncesto control era inútil para intentar frenar al Žalgiris. Los hombres de Messina, carentes de lanzamiento exterior, intentaron recurrir entonces a penetraciones para intentar forzar faltas en los hombres interiores del equipo de Kaunas, pero la defensa lituana estaba siempre atenta en las ayudas y no se dejó sorprender. Cuando el Žalgiris alcanzó su máxima ventaja de todo el partido (68-48, min. 31), la Kinder busco a la desesperada el recurso de los lanzamientos triples, lo que le sirvió para recortar espectacularmente las diferencias (77-72 a 1’28’’ para el final). Sin embargo, la entereza mental del conjunto lituano le permitió mantener la calma en estos momentos decisivos. Un triple de Bowie a falta de 1’01’’ (80-72) y un posterior tiro libre de Edney (81-72) sentenciaron el encuentro y permitieron al Žalgiris conquistar de forma merecida la primera Euroliga de su historia.

ZALGIRIS KAUNAS 82
*Edney – 14p, 6r, 6a.
*Bowie – 17p, 2br, 1r.
*Stombergas – 12p, 3a, 2r.
*Maciulis – 4p, 4r, 1a.
*E.Zukauskas – 4p, 4t, 1r.
M.Zukauskas – 11p, 2r, 2a.
Zidek – 12p, 6r, 1t.
Adomaitis – 8p, 2a, 1r.
Maskoliunas – 0p, 1t.

VIRTUS BOLONIA 74
*Rigaudeau – 27p, 2r, 1a.
*Abbio – 8p, 5r, 2a.
*Danilovic – 7p, 1r, 1a.
*Frosini – 5p, 3r, 1t.
*Nesterovic – 12p, 13r, 3a.
Sconochini – 15p, 3a, 2r.
Crippa – 0p.
Binelli – 0p.
O´Sullivan – 0p, 1r.

Total
2
Shares
Deja una respuesta
Artículo Anterior

Historia de la Virtus Bolonia – Temporada 1997/98 (I)

Siguiente Artículo

El Real Madrid se impone con autoridad en Vitoria (65-83)

Artículos Relacionados
Artículos Relacionados